Un hecho que aún no saca del asombro a la colectividad larense por lo increíble en que se dio, ocurrió durante la madrugada de este domingo al norte de Barquisimeto, el cual involucró la vida de un hombre y una mujer, quienes aparentemente tenían poco tiempo saliendo juntos, porque las circunstancias no se los permitían. elimpulso.com
El sorprendente caso tuvo lugar en el sector José Sequera, concretamente en la nueva avenida del barrio El Trompillo, parte alta, parroquia Unión.
En ese sitio se produjo el hallazgo de los cadáveres de María Cristina Parra (19), quien vivía en la calle Canaima de la citada comunidad, y Eduard José González Urbina (26), llamado cariñosamente entre sus allegados “El Niño”; estaba domiciliado en el barrio La Pastora, parroquia Unión.
Fue un primo de González Urbina quien muy temprano en la mañana pasaba por la avenida principal de El Trompillo y observó estacionado, fuera de la vía, el auto que hace pocos meses compró su sobrino, una camioneta Chevrolet, tipo ranchera, gris, modelo Malibú Classic, placa AE875M, y fue en-tonces cuando detuvo la marcha de su carro para acercarse y saber porqué el joven había aparcado en ese lugar mucho antes de la salida del sol.
Más extrañado aún se puso porque la ranchera estaba prendida y todos los vidrios los tenía subidos. Pese a que se acercó lo más que pudo, no pudo visualizar hacia la parte interna, por el papel oscuro (ahumado) de los vidrios.
Al abrir la puerta y apagar el automóvil, quedó boquiabierto.
En el asiento delantero de la ranchera yacían los cuerpos sin vida de la mujer y “El Niño”. Ambos estaban juntos, casi que abrazados. Ella vestía solo una franela morada y medias blancas tobilleras; estaba sin pantalón ni ropa interior, y él, totalmente desnudo, solo llevaba puesta medias color gris.
En el asiento delantero de la ranchera yacían los cuerpos sin vida de la mujer y “El Niño”. Ambos estaban juntos, casi que abrazados. Ella vestía solo una franela morada y medias blancas tobilleras; estaba sin pantalón ni ropa interior, y él, totalmente desnudo, solo llevaba puesta medias color gris.
El primo del hoy occiso pensó que delincuentes de la zona, o venidos de otros lugares les habían disparado.
Su intriga fue mayor porque a los cuerpos no les observó por ningún lado una gota de sangre ni signos de haber sido torturados, y tampoco vio salpicaduras de líquido rojo en el vehículo, por lo que las dudas sobre sus fallecimientos empezaron a incrementarse en su mente.
Su intriga fue mayor porque a los cuerpos no les observó por ningún lado una gota de sangre ni signos de haber sido torturados, y tampoco vio salpicaduras de líquido rojo en el vehículo, por lo que las dudas sobre sus fallecimientos empezaron a incrementarse en su mente.
Mientras tanto, el sitio se fue llenando de curiosos.
Una comisión del Cuerpo de Policía de Lara, adscrita a la zona norte de Barquisimeto, se apostó en el lugar y resguardó la escena del suceso.
No permitió que más nadie se acercara a la ranchera para evitar que cualquier evidencia relacionada con el caso fuera alterada.
Una comisión del Cuerpo de Policía de Lara, adscrita a la zona norte de Barquisimeto, se apostó en el lugar y resguardó la escena del suceso.
No permitió que más nadie se acercara a la ranchera para evitar que cualquier evidencia relacionada con el caso fuera alterada.
Igualmente, hizo acto de presencia una Comisión del Cicpc, subdelegación Barquisimeto, cuyos efectivos, luego del levantamiento de los cadáveres y durante la revisión corporal determinaron la causa de sus inusitadas muertes.
Indicaron que María Cristina Parra y Eduard José González Urbina perdieron la vida tras inhalar grandes cantidades de monóxido de carbono proveniente del tubo de escape de la ranchera.
Mientras el carro estuvo estacionado, sin precisarse por cuántas horas, González Urbina lo dejó encendido y permaneció adentro junto a la dama con los vidrios subidos, y sin aire acondicionado.
A medida que transcurrieron los minutos, el monóxido de carbono penetró el área interna de la ranchera y se concentró, sin que se percataran de ello.
Este gas incoloro, inodoro e insípido comenzó a ser inspirado por Parra y González Urbina, quienes se habrían quedado dormidos en el automóvil, hasta que los dejó inconscientes, y finalmente les ocasionó la muerte por envenenamiento.
Este gas incoloro, inodoro e insípido comenzó a ser inspirado por Parra y González Urbina, quienes se habrían quedado dormidos en el automóvil, hasta que los dejó inconscientes, y finalmente les ocasionó la muerte por envenenamiento.
Así de trágico terminó para estas dos personas una salida nocturna de fin de semana, durante la cual ingirieron algunas cervezas de una caja que quedó en el vehículo.
Ambos fueron trasladados hasta la morgue del Hospital Central Universitario Dr. Antonio María Pineda.
La muchacha, quien era la segunda de siete hermanos, fue entregada ayer mismo y la velaron en su casa del barrio El Trompillo.
La muchacha, quien era la segunda de siete hermanos, fue entregada ayer mismo y la velaron en su casa del barrio El Trompillo.
Reina Parra, tía de la joven muerta, indicó en pleno velorio que ella vendía piñas desde hace unos cinco años en un puesto de la Zona Industrial 1, y no dejó hijos.
Manifestó que la hoy occisa era cuñada de González Urbina, la persona que murió junto con ella, quien era novio de su hermana.
Dijo tener conocimiento que González Urbina, su novia y Parra, la hermana de esta, salieron juntos el sábado, pero la novia del hoy occiso se desligó del grupo y se fue para la casa, dejándolos a ellos dos.
Puntualizó que pese a lo sucedido, no hubo recriminaciones hacia su hermana por parte de la novia de González Urbina, ya que ella la quiso demasiado y siempre estuvieron juntas.
Puntualizó que pese a lo sucedido, no hubo recriminaciones hacia su hermana por parte de la novia de González Urbina, ya que ella la quiso demasiado y siempre estuvieron juntas.
“Mi hermana me dejó sola”, afirmó que esto era lo único que expresaba.
En torno a González Urbina, su primo Lisander Sánchez indicó que él era nativo de Mene Grande, municipio Baralt, estado Zulia, donde vivió con sus padres hasta hace dos años que se vino a casa de un tío en Barquisimeto, en el sector La Pastora.
En torno a González Urbina, su primo Lisander Sánchez indicó que él era nativo de Mene Grande, municipio Baralt, estado Zulia, donde vivió con sus padres hasta hace dos años que se vino a casa de un tío en Barquisimeto, en el sector La Pastora.
“Allá dejó un hijo”, determinó.
Acotó que decidió comprarse la ranchera para trabajar de taxi, pero debido a una operación de columna por una hernia discal contrató a una persona para que le trabajara de avance.
Precisó que la última vez que lo vio fue a las doce de la medianoche del sábado cuando se negó a salir con él, luego de la invitación que le hizo para tomar, y andaba con la joven.
Acotó que decidió comprarse la ranchera para trabajar de taxi, pero debido a una operación de columna por una hernia discal contrató a una persona para que le trabajara de avance.
Precisó que la última vez que lo vio fue a las doce de la medianoche del sábado cuando se negó a salir con él, luego de la invitación que le hizo para tomar, y andaba con la joven.
Cabe recordar que hace más de una década una pareja falleció envenenada con monóxido de carbono dentro de un vehículo, en un autocine que existió al este de Barquisimeto, tras quedarse dormidos con el carro prendido.
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