(Caracas 20-07-2012) Un hombre de 24 años ataviado con un casco, una máscara de gas y un
chaleco antibalas irrumpió pasada la medianoche de ayer por la puerta de
emergencia de una sala de cine en las afueras de Denver, Colorado, en
la que se estrenaba la última película de la saga de Batman, El Caballero Oscuro: La leyenda renace.
Armado con un rifle, un fusil y dos pistolas, lanzó primero un bote de
gas para causar confusión, y abrió fuego primero al techo, y luego
contra los espectadores, matando a al menos 12 personas e hiriendo a
unas 38. Entre las víctimas se hallaban algunos niños, según los
testigos.
La matanza, iniciada a las 00:35 (las 08:35 en la España peninsular)
en el cine Century 16 de Aurora, cerca de Denver, es la peor en Estados
Unidos desde la masacre en el campus de la Universidad Virginia Tech en 2007,
en la que murieron 32 personas. El tirador, identificado como James
Holmes, aprovechó el hecho de que el estreno de la última entrega de
Batman, en la medianoche del jueves, ha sido uno de los eventos
cinematográficos más esperados de esta temporada de verano. Al cine
donde ocurrió la matanza, numerosos seguidores de la serie habían
acudido disfrazados de los héroes y villanos de esa veterana serie de
cómics.
De hecho, con su máscara de gas, y su chaleco antibalas, el hombre,
ya detenido, podría haber pasado por otro seguidor de la serie más, vestido precisamente como el villano de esta última película, Bane
,
que luce una máscara de respiración, que parece de gas. Algunos
espectadores pensaron que era parte de algún espectáculo organizado por
los dueños del cine. "Los testigos nos dicen que usó algún tipo de lata.
Oyeron un silbido, hubo algo de gas, y el tirador abrió entonces
fuego", dijo en conferencia de prensa el jefe de policía de Aurora Dan
Oates. Los hospitales han atendido a muchos heridos por inhalación de
gas. La policía llegó a escasos minutos de recibir la primera llamada de
alerta porque su comisaría está a sólo tres manzanas del cine.
El detenido dijo a los agentes que tenía artefactos explosivos en su
apartamento, por lo que estos desalojaron el edificio en el que residía.
Posteriormente, el jefe de policía confirmó que había dispositivos que
parecen ser "muy sofisticados", explosivos o al menos inflamables.
Desarmarlos, creen los agentes, podría ser una tarea de "horas o días".
El FBI, la policía judicial norteamericana, se unió pronto a las
pesquisas, y participa en el registro de las inmediaciones de su
vivienda.
“Tratamos este asunto como una investigación abierta sobre un
tirador, y estamos colaborando con la policía de Aurora”, dijo el FBI en
un comunicado. “No hay indicaciones, tan pronto en la investigación, de
que haya ninguna relación con el terrorismo”.
El sospechoso no opuso resistencia al ser detenido, en el
aparcamiento del cine. Se le incautaron un rifle, un fusil automático y
dos pistolas de mano, además de varios botes de gas y el chaleco
antibalas. La policía fue avisada inicialmente a las 00:39, y acudió en
cuestión de minutos. La gente corría a la calle aterrorizaba. El tiroteo
ocurrió en la sala nueve. Había proyecciones de la película en otras
salas. De los fallecidos, 10 murieron en el mismo cine, y otros dos en
los hospitales. En un principio, la policía había hablado de 14 muertos y
50 heridos.
El presidente Barack Obama fue informado de la masacre de madrugada, y
dijo que él y su mujer, la primera dama, están “conmocionados y tristes
por el horrible y trágico tiroteo en Colorado”. “Los cuerpos policiales
locales y federales están aún respondiendo a los hechos, y mi
Administración hará todo lo que pueda para apoyar al pueblo de Aurora en
este tiempo tan extraordinariamente duro”, dijo. Posteriormente canceló
un acto de campaña que tenía previsto en el Estado de Florida.
Un testigo, Benjamín Fernández, dijo al diario The Denver Post
que estaba viendo la película cuando escuchó una serie de explosiones.
Los espectadores huyeron a la calle y cuando la policía llegó les decía
que se tiraran al suelo. Fernández dijo que vio a al menos una niña caer
abatida al suelo.
“Era surrealista, como una película”, dijo otro testigo, Hayden
Miller, a la cadena local KUSA. Miller dijo que vio a gente que le decía
“que había un hombre lanzando bombas y disparando a la gente, no le
daba la oportunidad a nadie de huir”. Añadió: “estoy en estado de shock,
es una locura que algo así haya podido suceder en un sitio al que la
gente va a divertirse”.
La matanza ha provocado que otras ciudades, como Nueva York,
refuercen la seguridad en sus salas de cine como una medida de
precaución de cara a posibles ataques inspirados en el de Colorado.
"Como medida de prevención ante las imitaciones y para aumentar el nivel
de bienestar de los espectadores, tras el horrible tiroteo en Colorado,
el Departamento de Policía de Nueva York ofrecerá cobertura a los
cines que proyecten El Caballero Oscuro: La leyenda renace", ha dicho en un comunicado el jefe de policía de esa ciudad, Ray Kelly.
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