Revista Dominical entrevista de forma exclusiva a los protagonistas de Rápido y furiosos 6.
Una noticia inesperada congrega a la banda de corredores desaforados. Ahora millonarios y más maduros, se unen al lado bueno para alcanzar un objetivo
Cero 3D, cero IMAX, pocos efectos especiales. Rápidos y furiosos 6, la flamante entrega de la franquicia se mantiene fiel a la premisa de hipnotizar al espectador valiéndose de un ritmo indetenible de acción pura y dura.
La cinta, que arranca con el cierre de la entrega precedente, se suma a lo que el director, Justin Lin, y el protagonista/productor, Vin Diesel, han denominado “la segunda trilogía de RyF”. Según ellos, esta etapa nació a raíz del cameo de Diesel en el tercer filme y comenzó en el cuarto, con la incorporación de nuevos miembros a la multicultural pandilla; siguió con la reunión de todos en el quinto y, por supuesto, acaba con la ¿resurrección? de la novia del galán en el sexto.
Este último constituye un punto de llegada de lo que ha venido sucediendo y, en simultáneo, una vuelta a las raíces del equipo de arriesgados conductores comandados por Dominic Toretto y Brian O’Conner.
De carne y hueso
Cero capas y habilidades sobrenaturales, pocos recovecos en el relato. De frente, ellos son lo que son: expertos en carreras callejeras que han cometido algunos delitos, pero cuyas destrezas también les han permitido evitar crímenes de gran envergadura. Y, en ese camino que no es completamente bueno ni malo, han encontrado su verdadero poder: ser un clan inquebrantable.
Este desarrollo, acordado entre Diesel y Lin cuando el realizador le propuso a la estrella regresar a la serie y darle una unidad argumental, alcanza su cenit o queda perfectamente establecido en el largometraje de 2013. Así lo ratificó el fortachón principal, en entrevista exclusiva con Dominical en Los Cabos-México.
- Los han tildado como los “héroes de cuello azul”. ¿Cómo te va con ese apelativo?
- (Utiliza argot de barrio y manotea) ¡Lo siento muy adentro en mi corazón! ¡Jajaja! Es un sueño cristalizado. Los ídolos que admiro, desde niño, han sido de cuello azul y, de hecho, una de mis películas favoritas es La ley del silencio, que celebra la vida de los estibadores en los muelles y ¡me fascina!, porque le habla a quien soy. Yo soy un neoyorquino cualquiera y algunos de los instantes más felices de mi vida fueron cuando era muy-muy pobre; poder representar al proletariado me enorgullece.
- ¿Cómo explicas a “Dom”? Porque tiene ese apego familiar y, a la vez, es –o solía ser- un chico malo…
- Aún es un chico malo. Para los ojos de la sociedad, él es alguien fuera de la ley porque cuando cometes un delito menor y te recluyen, el mundo te ve como un infame por el resto de tu vida, te quedas sin voz ni voto y padeces las consecuencias de haber estado en la vía contraria, por más que lo hayas hecho para llevarle la leche a tu hija. Ese elemento del personaje es interesante para mí.
- Sin embargo, Toretto era un bandido sin medias tintas. Ahora podría decirse que está tratando de ligarse con los buenos…
- ¡No sé si es él quien se está vinculando con los tipos buenos o si ellos son los que lo están buscando a él!
- Eso es cierto
- Y, ¿quién sabe si ésos son, en realidad, los tipos buenos? ¡Ey!
- ¡No lo sabemos!
- ¡Todavía tenemos que ver la sieeeteeeeee! “Dom” es un hombre que hace lo que se tiene que hacer y en esta cinta él lo que quiere es salvar a “Letty” de cualquier manera, modo o forma, y no le importa quién está con él y quién no, él sólo tiene ese objetivo. Como siente algo de culpa, quiere asegurarse de que está a salvo, luego queda de ella lo que vaya a hacer en el futuro.
Varios en uno
- Te has descrito como una de esos sujetos que puede demostrar amor sin lucir débil y eso se parece mucho a Toretto. ¿Qué tanto de él hay en ti o viceversa?
- Hay más de Toretto en mí que de cualquier otro personaje que haya interpretado. Mientras crecía, mi pandilla me respetaba, era el cabecilla y me puedo identificar con ese aspecto de Toretto y con el de las responsabilidades. Cuando piensas en su frase icónica: “Vivo mi vida un cuarto de milla a la vez”, el segundo fragmento de esa línea indica que, por 10 segundos, él no se tiene que preocupar por ser el patriarca, porque su hermana se gradúe en la escuela de Medicina ni por ninguna de esas cosas por las que tuvo que empezar a mortificarse cuando su padre murió; yo puedo identificarme con ese individuo que es el líder, que es el padrino y que siente cierto peso por estar en esa posición.
- O sea, que también eres el hombre de la familia…
- Sí y siempre fue fundamental incluir eso porque en las películas de este calibre, en la actualidad, no ves a nadie celebrando la familia. Nunca vas a escuchar, en un proyecto gigante de acción que costó 250 millones de dólares, expresiones como: “No se le da la espalda a la familia, aunque ellos lo hagan”; las podrías oír una comiquita o en un material de Disney, jamás en una historia madura, “con bolas” y acerca de “tigres” (lo dice en español).
- Además de hacerlo frente a las cámaras, repites en la silla de productor. ¿Qué ganas, en términos profesionales, asumiendo ese otro rol?
- ¡Mucho! Tú sabes que comencé haciendo filmes independientes y pese a que expandes tu ingenio, allí nunca habría conocido de acción, de imágenes generadas por computadoras o de secuencias dinámicas y lo que eso implica, a este nivel. La educación que he obtenido haciendo los últimos Rápidos y furiosos ha sido invaluable, de hecho, si no hubiese obtenido esa formación, no habría podido producir las Crónicas de Riddick, que sale a finales de año, desde cero; sólo por eso lo logré.
El cuento
Al final de la apuesta número cinco, a Luke Hobbs (Dwayne Johnson), el policía que intentaba capturar a Dominic Toretto y lo tuvo que dejar escapar, le advierten que un grupo de corredores callejeros dio al traste con un convoy militar y, entre ellos, estaba Leticia Ortiz (Michelle Rodríguez), el antiguo amor de “Dom”.
Cuando, al inicio de la sexta, Hobbs le enseña esa pesquisa al exiliado Toretto, él y los suyos no lo pueden creer pues, en teoría, Ortiz falleció al alistarse como agente encubierta del FBI para proteger a su novio, en el cuarto capítulo del seriado.
No obstante, quedarse con la duda no es una opción. De inmediato, Brian (Paul Walker), cuñado de “Dom” y padre de un recién nacido junto con Mía (Jordana Brewster), se une a la misión y congrega, en Londres, a Roman (Tyrese Gibson), Han (Sung Kang), Tej (Chris Bridges) y Gisele (Gal Gadot). La condición, para Hobbs, es que ellos se quedan con “Letty” y le entregan a Owen Shaw (Luke Evans), el ex soldado élite de los Servicios Aéreos Especiales Británicos que la ha “secuestrado” y anexado a sus filas de mercenarios, que roban tecnología letal y costosa.
Aunque van armados con sus súper veloces Dodge Charger Daytona y Ford Escort, entre otros vehículos, el flip-car capaz de atravesar y volcar patrullas de policía sin siquiera rayarse, el tanque Chieftain de 10 toneladas, el avión Antonov 124, el ingenio de Shaw y las reacciones de una “nueva Letty”, les complican “un poquitico” la labor.
La gran sorpresa, man
Michelle Rodríguez se enteró de su regreso a la franquicia cuando vio 5control en un cine en París. Si bien los millones de cartas que les habían enviado sus fanáticos a los ejecutivos de Universal Pictures apoyaron su retorno, parece que el asunto ya estaba planeado.
Como buena conversadora, Rodríguez rememora: “Yo estaba haciendo Avatar cuando me contactaron para hacer la 4 y cuando me dijeron que querían matar a Leticia Ortiz, esa figura que trabajé tan duro para crear, yo dije: “Y, ¿por qué? No entiendo la justificación”. Vin me confirmó que iba a volver y yo le contesté: “Sí, sí, seguro”. Transcurridos dos años, vi la película y le marqué: “¿Qué es lo que pasa, man? Tú eres mi mejor amigo, ¿y no me llamas por esto?” y él me recordó que me lo había dicho y yo no le había creído”.
- ¿Qué es lo que tienen Vin y tú? ¿Por qué los fans se apegaron tanto a ustedes como pareja?
- Porque somos como esos pequeños estafadores que están en las calles, ambos venimos de la nada. Él no tenía recursos durante su infancia, se esforzó para hacer dinero y yo soy igual; no puedo hablar acerca de lo que solía hacer, pero ¡somos pequeños guerreros, man! Él entiende mi lucha cuando me mira a los ojos y yo la suya cuando veo en los suyos.
- ¿Cómo es para ti, como actriz, hacer de esta mujer ruda en busca de su costado más suave?
- Creo que Vin, como actor, me ayuda a quitarle lo rudo porque ella sigue la aventura, ella le coge, you know, los cuernos al toro y a jugar vamos; lo único que puede suavizar el carácter de alguien así, que tiene que sobrevivir en un mundo masculino, es un hombre que ama o uno que le atrae. Por otro lado, “Letty” le hace lo mismo a “Dom”, porque él tiene que ser rudo en su día a día y, a la par, ser un hombre de familia.
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