Una "noche de agua" en Sabaneta de
Barinas, en una humilde casa de palma con piso de tierra, en pleno
aguacero nació el hijo que parió la Patria, el gigante de cuyas manos
brotó una lluvia de vida que llenó de verdor y esperanza a los pueblos
del mundo que se encontraban sumidos en la sequía y en la oscuridad.
Cuando
Hugo Chávez hablaba de su nacimiento, la madrugada del 28 de julio de
1954, se refería a aquella lluvia. "Será por eso que me gusta tanto el
agua... un río para mí es una magia", afirmaba en una ocasión que
conversaba con su mamá Elena sobre esa noche sabanera.
El caudal de esa magia lo envolvía y siempre lo acompañó. Ríos de
miradas, de brazos, de sonrisas, de lágrimas y de corazones fluían casi
sin control en cada lugar al que llegaba. La cabecera de esa corriente
revolucionaria que generó Chávez estaba en Venezuela pero fue creciendo y
haciéndose más copiosa hasta desembocar con su fuerza en distintos
países de América Latina y el Caribe.
El júbilo del
pueblo haitiano cuando recibió al líder bolivariano, entre saltos y
gritos de "Viva Chávez" aquel 12 de marzo de 2007 desconcertó incluso al
presidente venezolano, quien tres años más tarde, ante la Asamblea
Nacional en su Memoria y Cuenta recordó esa visita: "Aquel pueblo en la
calle, con una alegría, una esperanza, una magia, aquella miseria...".
La multutitud eufórica acompañó a su amigo Chávez desde que se bajó del
avión hasta que culminó su recorrido, unos cuarenta y cinco minutos más
tarde, en Puerto Príncipe. Tanta era la magia de ese caudal desbordado
que el Presidente venezolano se bajó del automóvil que lo trasladaba y
empezó a trotar, codo a codo, con el pueblo haitiano.
"Como
siempre, está la masa del pueblo y yo me echo encima de la masa, me
abrazo con ella, sudo con ella, lloro con ella y me consigo. Porque allí
está el drama, allí está el dolor, y yo quiero sentir ese dolor, porque
solo ese dolor, unido con el amor que uno siente, nos dará fuerzas para
luchar mil años...", cuenta el propio Chávez en uno de los relatos
recogidos en el libro Cuentos del Arañero.
"Cuando
apareció el comandante Chávez lo primero que dijimos fue: 'Por fin Haití
va a tener un amigo de verdad en el mundo'. Gracias a él nosotros
estamos sobreviviendo. Él cambió nuestra manera de vivir y nos hizo
probar lo que es el gusto de la vida. Lo consideramos como nuestro
salvador", dijo Jean Dorisca, haitiano perteneciente al Club de los
Amigos de Cuba de Léogâne que visitó Venezuela para participar en el VI
Encuentro de Solidaridad con Cuba realizado recientemente en Caracas.
Cuando
Jean dice que ahora "Haití es otra Haití" se refiere a la cooperación y
solidaridad, impulsada por Venezuela, que existe entre los pueblos de
la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), Unión
de Naciones Suraméricanas (Unasur), Mercado Común del Sur (Mercosur) y
Petrocaribe con su país.
En las calles de Puerto
Príncipe, devastadas por el terremoto del 12 enero de 2010, se erigen
nuevas estructuras habitacionales y sociproductivas con el apoyo del
gobierno venezolano. Además, a través de Petrocaribe-Alba se ha
incrementado la generación de energía eléctrica y Jean también se
refiere a sus compatriotas que se forman en Medicina Integral
Comunitaria en Venezuela.
Al hablar de la Revolución
Bolivariana como alternativa para los pueblos de la región, Jean
expresa: "El mundo capitalista trae la muerte, la pobreza, el hambre. La
mejor vida está en el socialismo porque uno habla de compartir, no es lo que sobra, sino lo que tiene. Cuba y Venezuela no dan lo que les sobra, dan lo que tienen".
Chávez del pueblo
"Del presidente Hugo Chávez, uno siempre recuerda su sonrisa. Cuando
llegamos al barrio, sentía como si lo hubiera conocido desde toda la
vida. Y ahí pude ver el amor del pueblo, la veneración con que lo
saludaban, una veneración muy cercana, amiga, compañera, camarada,
cómplice de caminos" escribió la periodista argentina Stella Calloni en
un artículo titulado "Cuando el pueblo despierta", publicado en marzo de
este año.
Sin embargo, esa aguas tumultuosas y llenas
de amor no solo se desbordaban por las tierras venezolanas. El caudal
Chávez se derramó por cada país al que fue. Cada visita era acompañada
por un pueblo vivo que lo reconocía como líder regional pero también
como un entrañable amigo al que podía estrecharle la mano, tocarlo,
darle besos, abrazarlo y compartir su sudor.
"Yo tengo
una dicha, que la gente no me dice Presidente, sino Chávez. Y de
repente me dicen: 'Eje, Chávez'. Así me dicen y yo respondo igualito,
así como uno gritaba en el llano de una esquina a otra" recoge el libro
Cuentos del Arañero.
Incluso en lugares tan lejanos
como Teherán, capital de Irán, un grupo de periodistas de Kazajistán al
saber que unos compañeros son venezolanos automáticamente levantan el
puño izquierdo y dicen: "Chávez". No importa el idioma, su apellido
llega, literalmente, hasta a China, de los labios de quienes lo admiran,
escribe Sergio Rodríguez en el artículo "Chávez, hombre universal". De
igual manera está en el nombre de un barrio en Bogotá, en el aeropuerto
que se construye en Puerto Príncipe y en una calle de Moscú, por solo
citar algunos lugares.
Chávez y la integración
Chávez no solo conoció la pobreza en Venezuela, pues vivió por un corto
periodo, en los años ochenta, en los barrios marginales Los Mina y Los
Tres Ojos, en Santo Domingo, según él mismo contó durante una visita a
ese país.
Iván Rodríguez, perteneciente al capítulo
dominicano de los movimientos sociales hacia el Alba, presente en
Caracas recientemente, explica que el afecto de su pueblo por el líder
latinoamericano comenzó a gestarse desde aquellos años cuando vivió en
la isla.
"Chavez creó relaciones con la gente porque
era una persona humilde". La simpatía del pueblo dominicano con él se
acentúa en 1992 tras la rebelión cívico militar. "Seguimos muy de cerca
lo que pasaba, los medios dominicanos lo entrevistaron mientras estuvo
en la cárcel y al llegar a la presidencia ya contaba con una gran
simpatía de nuestro pueblo", contó.
Iván recuerda
cuando el Presidente venezolano fue a inagurar la Plaza Bolívar en su
país, en el año 2002, cuando el Mandatario asistió a la Cumbre
Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno, que se realizó en Punta
Cana: "Éll llegó y rompió el protocolo de seguridad porque sabía que
estábamos ahí y fue y nos dijo: 'nada más un minuto, vine a saludarlos' y
todo el mundo se abalanzó sobre él a abrazarlo, eso fue emocionante, la
gente en un abrazo tan sincero, en un momento excepcional. Era esa
forma sencilla de tratar al pueblo", recordó emocionado.
Iván, quien es secretario general de Alternativa Revolucionaria,
considera que Chávez entendió que debía golpear al Área de Libre
Comercio de las Américas (Alca), a la que denomina como una organización
de saqueo del imperio, y proponer, en 2001, en la III Cumbre de Jefes
de Estado de la Asociación de Estados del Caribe, al Alba, como una
alternativa para garantizar "la mayor suma de felicidad posible, la
mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política".
El
mexicano Gilberto López y Rivas, en su texto "La semilla de Hugo
Chávez" expresa que el líder venezolano le dio viabilidad a la
"integración latinoamericana como garantía de independencia y soberanía
frente al imperialismo, y en particular con la Alternativa Bolivariana
para los Pueblos de nuestra América (Alba) (...) Su legado político
regional también incluye Telesur, Petrosur, Petrocaribe, la naciente
Celac, Banco del Sur, entre otras iniciativas que, propias o conjuntas,
no podrían pensarse hoy sin la participación del Comandante presidente".
Fernando Vicente, integrante del Frente Popular Darío Santillán, de
Argentina, al hablar de integración recuerda que Chávez planteó que ésta
no solo partía desde los Estados y los gobiernos "sino que tenía que
estar también los movimientos populares", y es por ello que junto a
otras organizaciones populares se impulsó ese espacio de los pueblos del
Alba.
Chávez trasciende a Chávez
Este joven argentino cuenta que el 2 de abril hubo una inundación
importante en la ciudad de La Plata, en su país, que causó más de 50
víctimas. Tras esa emergencia el movimiento al que pertenece convocó a
los menos afectados con la tragedia a ayudar a los más necesitados.
"Hubo
un espacio político que impulsó las Brigadas de Solidaridad Hugo
Chávez, que consistió en convocar a quienes no habían sido tan afectados
para ayudar a los más humildes y más golpeados. Esta iniciativa llegó a
reunir más de mil personas con alimento, agua potable y atención
sanitaria. Su impacto fue extraordinario, tanto que a tres meses de lo
ocurrido aún siguen trabajando y organizando al pueblo" explicó.
Al hablar sobre la razón del nombre de las brigadas, recordó al líder
latinoamericano en su esencia, al que conocieron los pueblos, al que se
dejó arropar por el caudal de amor de sus iguales, al que trasciende su
tiempo y espacio: "Pensamos que Chávez significa la solidaridad ante la
contingencia, estar unidos ante las situaciones negativas, con la idea
de que el pueblo no es un sujeto pasivo, que se organiza, que construye
poder popular".
Este 28 de julio, ese río de magia que
lleva vida y esperanza a los pueblos del mundo, continuará con su curso
caudaloso e irreversible porque como dice Pablo Neruda en su poema El
río: Yo no sé/ lo que dicen los cuadros ni los libros/ (no todos los
cuadros ni todos los libros,/sólo algunos), pero sé lo que dicen/ todos
los ríos": ¡Viva Chávez!
Fuente: AVN
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