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Caracas 10 de Junio del 2014.- Ha desarrollado en los últimos seis años un procedimiento de
trabajo con disléxicos y, en los últimos dos años, ha implementado un
método en el que participan los logopedas de los centros educativos.
El profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la
Universidad de Murcia (UMU) y responsable de la Sección de Psicología
Educativa del Colegio Oficial de Psicólogos de la Región, Angel R. Calvo
Rodríguez, ha desarrollado un método que permite a los niños con
dislexia “normalizar” su capacidad lectora, tanto en la exactitud como
en la velocidad, mejorando su comprensión de los textos.
En declaraciones a Europa Press, Calvo explicó que lleva años
estudiando el efecto de la dislexia, el procedimiento de identificación
de los disléxicos y cómo recuperar o mejorar la capacidad lectora de los
afectados por esta dificultad neurológica en el reconocimiento preciso
de las palabras, algo que afecta a un seis por ciento de la población.
Calvo ha desarrollado en los últimos seis años un procedimiento de
trabajo con disléxicos y, en los últimos dos años, ha implementado un
método en el que participan los logopedas de los centros educativos,
complementada por una actuación de los padres de los niños disléxicos en
casa.
Otros métodos habían conseguido mejorar la exactitud lectura en
castellano, de forma que los niños disléxicos que eran bien entrenados
“podían llegar a ser mejores” que los que no padecen esta dificultad,
pero “seguían siendo terriblemente lentos”, con lo que la comprensión
lectora “se veía resentida”.
En cambio, el método desarrollado por Calvo ha conseguido mejorar no
solo la exactitud lectora, sino también mejorar el tiempo de lectura,
por lo que se ha logrado dar “un salto cualitativo” en lo que respecta a
la fluidez lectora. Con ello se ha logrado una lectura comprensiva
“mucho mejor”.
Calvo aclara que, hasta ahora, prácticamente ningún estudio
desarrollado con anterioridad reportaba situaciones en la que los
disléxicos llegasen a normalizar su lectura, pero con este nuevo método
se ha comprobado que los niños disléxicos de tercer curso de Primaria,
es decir, los más pequeños, “han llegado a normalizar su lectura”.
El profesor de la UMU resalta que este dato es “muy importante”
porque está sentando las bases de cómo había que trabajar. “No podíamos
dejar a estos niños llegar a ser mayores sin alcanzar esta recuperación
cuanto antes”, manifiesta.
En este sentido, Calvo recomienda a los padres y profesores que
actúen “en cuanto detecten las primeras indicaciones de que los niños
van a tener dificultades lectoras relacionadas con la dislexia”. Lo que
hay que hacer, añade, es aplicar este nuevo método y alguno más para
“evitar que el deterioro lector sea mayor.
HA SIDO UNA INVESTIGACIÓN “ESTRICTAMENTE PSICOLÓGICA”
Este investigador de la UMU ha desarrollado este método trabajando
con niños disléxicos –tanto fonológicos como de superficie– de tercero a
sexto de Primaria en la asignatura de Conocimiento del Medio, y ha
advertido que los alumnos “no solo mejoran su habilidad lectora, sino
que también mejoran en una disciplina o área en la que tienen
tradicionalmente mucha dificultad porque no pueden ponerse a
estudiarla”.
Ha valorado que se trata de un hallazgo “importante” y “adaptado a
las características” de los disléxicos en castellano, que son
“totalmente distintos a los disléxicos en otros idiomas”.
Calvo ha subrayado que su investigación ha sido estrictamente
psicológica. Así, ha reivindicado el papel de los psicólogos en la
intervención educativa, que hasta ahora “se había quedado un poco
abandonada”.
En cambio, remarca que este método ha sido desarrollado realmente por
psicólogos, aportando su perspectiva en la resolución de este tipo de
dificultades de aprendizaje y sobre los procesos cognitivos que están
implicados.
Este profesor de la UMU y psicólogo ha destacado que hay muchos
padres “angustiados” porque la dislexia tiene un carácter hereditario, y
es fácil que se transmita en familias con miembros que padecen esta
dificultad.
MÉTODO DE TRABAJO CON LOS NIÑOS
Este doctor en psicología explica que los niños con dislexia tienen
un problema emocional considerable, ya que tienen una capacidad
intelectual normal y se dan cuenta de que no aprenden. Por tanto, se
sienten frustrados, viendo a compañeros que aprenden más, mientras que
ellos permanecen estancados.
Ante esta situación, los niños disléxicos se sienten inferiores y
generan una respuesta de ansiedad propia de cuando una persona no es
capaz de hacer una cosa.
El método de trabajo, por tanto, comienza por una labor previa que
consiste en cambiar las atribuciones del menor, para que él vea que no
es incapaz, sino que tiene una dificultad que puede resolver. Con ello,
se reduce la ansiedad del menor al enfrentarse a la lectura, defiende el
profesor.
Calvo señala que los niños disléxicos, debido a un problema de origen
neurológico y fonológico, tienen una gran dificultad para crear
imágenes ortográficas, es decir, tienen problemas para quedarse con la
ortografía de las palabras.
Para resolver este problema, el método planteado por este
investigador consiste en realizar un trabajo de lectura y análisis de
palabras aisladas, que se lleva a cabo segmentando la palabra
fonológicamente, identificando las sílabas y viendo cómo sonaría
prescindiendo de cada una de esas sílabas.
A continuación, es preciso llevar a cabo un trabajo de índole
fonológico y ortográfico, que consiste en escoger una palabra para unir
sus sílabas y terminar escribiéndolo.
Calvo pone como ejemplo la dificultad que puede encontrar cualquier
persona para escribir el apellido ‘Schwarzenegger’.
En este caso, el
trabajo consistiría en descomponer las sílabas para que el afectado las
busque y las componga.
Finalmente, el método desarrollado por este investigador incluye una
tercera fase “muy importante” que consiste en cambiar la forma de leer
del disléxico.
Y es que el disléxico lee basándose en pistas parciales de las
palabras, por lo que identifican las primeras letras y se olvidan del
resto. Finalmente le atribuyen el significado de cualquier otra palabra
que comienza por las mismas letras pero que les resulta más familiar y
les viene primero a la cabeza.
Para cambiar esta lectura “falsamente ortográfica basada en pistas
parciales de las palabras”, Calvo aconseja hacer una secuencia de
actividades para evitarlo. El objetivo es hacer que el niño disléxico
lea sílaba a sílaba, con sentido.
Una vez que los niños se han ejercitado con palabras, se les propone
un texto a leer. El profesor es el encargado de hacer una lectura
inicial y pausada del texto, adaptando su velocidad a la complejidad del
documento, sirviendo de ejemplo al alumno.
En este sentido, Calvo afirma que “es un error la creencia de que hay
que leer rápido, sino que hay que leer de una forma veloz pero
adecuándose a las características de un texto”.
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