Por: Richard Canan en Ciudad Petare.
Estamos enfrentando el accionar de poderosos agentes económicos que han distorsionado todos nuestros procesos económicos y productivos, así como las redes de distribución y comercialización. Es un ataque abierto, directo y certero contra nuestra economía y nuestro pueblo.
En este nuevo capítulo de la guerra económica, las mafias especuladoras han creado toda una estructura delictiva, la cual podemos denominar /Bachaqueo Corporativo/. Operan mediante el desvío, sistemático y masivo, de productos de primera necesidad (con precios regulados por el Gobierno Bolivariano para proteger el poder adquisitivo del pueblo), desde las cadenas de distribución y comercialización formal hacia el mercado informal especulativo, evadiendo el control de precios, con el consiguiente aumento artificial e inducido del precio real, justo y verdadero que deben tener los productos. Este es un nivel superior especulativo, una especie de /trading/ bachaquero (trading que significa comercio, pero también hace referencia a la acción de especular), que cuenta y disfruta de ingentes recursos económicos y financieros, depósitos, flotas y rutas específicas de distribución. Y lo que es peor, es que sus ansias y su voracidad por la ganancia desmedida y mal habida, los ha llevado a especular no solo con alimentos, sino que también aplican sus métodos especulativos al sector de medicamentos e insumos médicos, a los pañales para niños y productos de higiene personal, y en general a todos los rubros donde puedan especular y lograr enormes márgenes de ganancia. Ya las autoridades han puesto al descubierto los métodos irregulares y pendencieros de grandes cadenas de distribución, los cuales a su criterio y discrecionalidad deciden los productos que se despachan, dónde se venden y hasta las horas específicas para su venta, restringiendo y limitando artificialmente la oferta de productos básicos disponibles en sus almacenes, generando así colas y molestias en el público consumidor.
La especulación y la escasez inducida por las mafias bachaqueras corporativas, busca producir desesperanza, desasosiego y malestar en la gente, incentivando y procurando, el sueño más pueril y miserable de la dirigencia opositora, un estallido social. La derecha goza incólume, están como estafermos, deseando vilmente que explote la rabia en la gente, que el pueblo salga de manera violenta. Esto nunca ocurrirá, pero estos miopes políticos, se tropiezan, una y otra vez, con la misma piedra. Son zamuros adventicios, unos oportunistas sin proyectos ni plan político. Solo los envuelve su sueño neoliberal privatizador. Ellos esconden muy bien sus verdaderas intenciones, disfrazan y matizan en todos sus discursos sus deseos de liberalizar toda la economía, desregular los mercados y reducir el rol del Estado a su más mínima expresión, todo para beneficio exclusivo de la burguesía. Para ponerle las garras al erario público nacional. La derecha solo quiere tumbar al Gobierno Bolivariano para imponer este modelo de privilegios en favor de la minoría a la que tributan. No les importa que tengan que arrasar con todo el pueblo venezolano. Sus ambiciones y miserias están por encima de todo escrúpulo o moral.
Pero nuestro pueblo, forjado en mil batallas, está preparado para resistir y contraatacar. No se deja engañar por la derecha, ni se deja azuzar por la burguesía parasitaria y sus lacayos. Está en estado de
alerta máxima. Todas las comunidades activas y en la calle con sus Comunas, Consejos Comunales, Salas de Batalla Social y UBCH. Todo el pueblo vigilante, cuidando los espacios productivos, las cadenas y medios de distribución. Descubriendo e identificando a los “profesionales” de las colas, que son agentes exógenos y perturbadores.
Ubicando a esos “personajes” extraños a la comunidad y que aparecen súbitamente en los supermercados y centros distribución solamente a llevarse los productos de la cesta básica con la intención manifiesta de desviarlos hacia el comercio informal. Todos los vecinos se conocen y están más que pendientes chequeando y avisando cuando aparece la nube de bachaqueros urbanos.
Tampoco nos calamos el discurso irresponsable y deschavetado de /Capriles/ de que nuestro pueblo es flojo y no produce. Que el único que trabaja en este país es él. Eso lo imagina él solo cada vez que se ve en el espejo y habla disparates consigo mismo y su ego desquiciado. Se la pasa soñando y desvariando con el deseo ferviente de alcanzar el “/trono/”, al cual se siente ungido como toda la burguesía criolla. Todo el país está claro que Capriles nunca llegará a /Miraflores/ por la vía del voto popular. Por eso la derecha y sus lacayos del norte, siguen intentando las salidas violentas y los atajos supraconstitucionales.
¿Cómo se pone en evidencia a esta derecha apátrida? Pues fácil, solo hay que observar que ante la delicada situación del país, ningún líder de la derecha ha realizado aportes o propuestas para acabar con la guerra económica. Solo cizaña y maldad sale de sus laboratorios de guerra sucia y de sus malintencionadas declaraciones cargadas de desconsuelo y desesperanza. La angustia del pueblo es felicidad para ellos, así demuestran sus miserias y precariedades.
Al contrario de la burguesía parasitaria, nuestro pueblo siempre ha sido abnegado y dedicado al trabajo. Sale cada día a trabajar, estudiar y construir un país mejor, en beneficio de sus familias y de sus comunidades. Tenemos genéticamente grabado la cultura del trabajo, tenemos un maravilloso país con todas las condiciones necesarias para producir y desarrollar plenamente nuestras potencialidades naturales y materiales. Solo los burgueses viven de sus rentas y de expoliar y explotar al pueblo. Esta burguesía parasitaria es desvergonzada y no le importa desconocer, irrespetar y menospreciar las decisiones del pueblo. Ellos están desbocados porque saben que tienen luz verde desde sus patronos en el imperio norteamericano para ensayar y aplicar todos los intentos de golpe de Estado y salidas violentas que puedan ejecutar.
Esta nueva intentona de la derecha fascista va a fracasar. Y contrario al fervoroso deseo de sus gestores y promotores, lo que ha generado es una mayor cohesión y unidad en las fuerzas revolucionarias, en sus líderes, en las organizaciones comunitarias y en los movimientos sociales a lo largo y ancho del país.
Este pueblo unido es invencible. Es el pueblo que formó el Comandante Chávez, un pueblo organizado, movilizado y desplegado que derrotará, una vez más, a la rancia oligarquía depredadora y parasitaria.
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