“La actitud de los delincuentes es
violenta y agresiva, por lo general, sus edades oscilan entre 15 y 30
años. El tono es amenazante”, dijo una usuaria. Autoridades aseguraron
que fortalecerán el patrullaje.
“Nosotros no queremos caer de nuevo en
el robo y los atracos. Así que lo mejor es que todos colaboren y nos les
pasará nada (...) lo hacemos por su seguridad”.
Una nueva modalidad de robo e
intimidación se viene registrando con frecuencia en las unidades de
transporte público marabino. Usuarios denunciaron, a este rotativo, que
delincuentes se montan en los buses para exigir “colaboraciones
forzadas” a sus usuarios y así evitar ser atracados.
“Hace dos semanas me monté en una unidad
en 5 de Julio y tres personas con mal aspecto estaban pidiendo
colaboraciones. Ellos decían que antes eran choros y que salieron del
retén El Marite, pero que no querían volver a la delincuencia. Como
nadie les prestó atención sacaron cuchillos y atracaron a todos los
pasajeros”, relató Marisabel Díaz, víctima del robo.
Los ciudadanos afirmaron que el mismo
“modus operandi” se viene registrando en otras rutas como San Jacinto,
Ziruma, Delicias, Ruta 6, Cuatricentenario, San Martín-La Curva y La
Polar (San Francisco). Por lo general se embarcan tres personas, una que
da el discurso y el resto pasa por todos los asientos exigiendo el
dinero.
“La actitud de los delincuentes es
violenta y agresiva, por lo general, sus edades oscilan entre 15 y 30
años. El tono es amenazante (...) y la mayoría se ve en la obligación de
dar un billete de 100 y Bs. 50 porque no quieren de menor denominación.
Uno está expuesto a la inseguridad, a que a uno le quiten la cartera o
el celular”, denunció José González, usuario de San Jacinto.
Marisol Díaz, estudiante de Enfermería
de LUZ, relató que hace un mes una compañera de clases recibió una
herida en su estómago, luego de negarse a dar dinero. “Fue en uno de los
buses que van hacia El Marite (...) los ladrones se montaron pidiendo
colaboración y ella no les quiso dar el efectivo. Uno de ellos sacó un
cuchillo y la hirió”, dijo.
“Así no se puede trabajar. Hasta dos
veces me han atracado en un solo día (...) a veces no dan chance de
bajarlos (a los delincuentes) porque se montan cuando el bus arranca. No
les importa pedir el dinero a niños y ancianos(...)”, denunció Ramón
Soto, conductor.
Otros choferes denunciaron sentirse
impotentes ante la presencia de los antisociales en las unidades,
además de la seguidilla de atracos.
“La seguridad es muy poca. No se ven
patrullas cercanas cuando los antisociales están pidiendo dinero. He
visto que se bajan con más de 1.000 bolívares en las manos cuando pasan
por los asientos, imagínese cuánto dinero hacen en un día con esa
táctica, eso se está transformando en un negocio de impunidad”, opinó
Lázaro Rojas, chofer.
Los afectados también explicaron que el
sistema deriva en una especie de “cobro de peaje” por parte de los
antisociales. “Esto se está convirtiendo en minis alcabalas en plena vía
pública. Hacen que los pasajeros paguen hasta 100 bolívares para
dejarlos seguir en la ruta. La actividad está creciendo y podría
descontrolarse”, comentó Jesús Vivas, de la línea Cuatricentenario.
Gladys Suárez, presidenta de la
Federación Bolivariana de Transporte, aseguró a este rotativo que todos
los presidentes de las líneas se reunirán hoy en la sede del organismo
para evaluar los distintos problemas del sector, en especial, el
relacionado con la inseguridad.
Se trató de contactar a Erasmo Alián,
presidente de la Central Única de Transporte del estado Zulia, pero no
respondió las llamadas telefónicas.
Recientemente, el comisario general
Biagio Parisi, secretario de Seguridad y Orden Público del Zulia,
aseguró que se fortalecerá el patrullaje constante en las principales
avenidas de la ciudad, en especial en 4 parroquias de Maracaibo:
Libertador, Olegario Villalobos, Coquivacoa y Chiquinquirá.
“Estamos trabajando para reforzar la
seguridad en los sectores con más incidencia delictiva, atendiendo el
llamado de las comunidades”, expresó Parisi quien destacó que el
operativo está integrado por ocho unidades radio patrulleras, 16
motocicletas y un camión B-9 con 32 oficiales, al mando del comisionado
agregado Gustavo Dávila.
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