Los tatuajes han existido a lo largo de la historia y en todo tipo de civilizaciones. Anteriormente se asociaban a expresiones religiosas, míticas o espirituales. Hoy en día, pueden tener múltiples significados: demostrar gustos, recuerdos de personas, etc.
A pesar de la creencia de que deben durar para siempre, muchas personas se arrepienten después de haberse tatuado y buscan desesperadamente una solución rápida y sin consecuencias ni efectos secundarios para desaparecer esa imagen, frase o símbolo que se hicieron en algún momento de sus vidas.
Existen alternativas para desaparecer estas “permanentes” marcas:
* Láser Q-switched: Fragmenta el pigmento del tatuaje, el cual es absorbido por el organismo, desapareciendo gradualmente en las siguientes semanas.
Los mejores resultados se logran en tatuajes de colores oscuros (negro y azul oscuro). El proceso consiste en sesiones cada 4 ó 6 semanas, con un tiempo de recuperación aproximado de 10 días. El resultado es progresivo y satisfactorio al eliminar el tatuaje. El procedimiento es poco doloroso. Estos láseres pueden emitir sus pulsos en distintos tiempos, variando entre nanosegundos hasta los más modernos que emiten en picosegundos, esto favorece el proceso de eliminar la tinta.
* La coloración gris blanquecina del tejido después del procedimiento significa que la energía usada fue suficiente pero no excesiva.
“Estas técnicas parten de la premisa de romper la tinta de los tatuajes de forma mecánica con el láser en diminutas partículas sin causar un daño térmico en el tejido, de esta forma el tatuaje desaparece con mínimos riesgos de cicatrización o hipo pigmentación en la piel”, explica el Dr. Edwin González, médico cirujano especialista en medicina fotónica.
A la hora de realizarse cualquier procedimiento para eliminar los tatuajes es importante tener en cuenta lo siguiente:
* Los tatuajes profesionales son más resistentes, pues la tinta está localizada profundamente dentro de la dermis, son multicolores en su mayoría.
* Los tatuajes de aficionados requieren menos sesiones, generalmente de 4 a 6, debido a que las tintas basadas en carbono están muy esparcidas y más superficiales dentro de la piel.
* En general estos tratamientos son bien tolerados, pero se pueden ver efectos adversos tales como hipo e hiperpigmentación, principalmente con el láser de rubí; para evitar esto las sesiones deben hacerse cada 8 semanas, dando tiempo para que la piel cicatrice.
* Tatuajes negros y de colores oscuros responden más rápido al tratamiento.
* Tatuajes verde, púrpura, café, anaranjado claro y celeste requieren de mayor número de sesiones y uso de mayor variedad de tecnología para lograr la eliminación completa.
La recomendación siempre es identificar al médico especialista para así poder garantizar los resultados que la terapia láser le puede aportar a su condición en la piel.
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