El nombre del presidente aparece citado en la investigación oficial, que podría pasar a manos del Tribunal Supremo.
El nombre del presidente Jair Bolsonaro aparece en la investigación sobre el asesinato de la concejala de Río Marielle Franco, destacada defensora de los derechos humanos y las minorías asesinada a tiros en Río de Janeiro en marzo de 2018.
Según una filtración de la cadena TV Globo, uno de los presuntos asesinos, el ex policía militar Élcio Queiroz, entró en la urbanización de Río de Janeiro donde tiene una residencia el presidente alegando que iba a visitar al entonces diputado. El portero del recinto llamó a la casa número 58, y según la versión que dio a la policía, alguien que se identificó como 'don Jair' autorizó la entrada de Élcio en la urbanización.
El portero anotó en el registro del libro de visitantes su nombre y la matrícula del coche, pero después, a través de las cámaras de seguridad vio que el visitante no se digirió a la casa del presidente, sino a la número 66, donde vivía Ronnie Lessa, el acusado de disparar contra Marielle.
Pocas horas después, los dos fueron juntos al centro de Río de Janeiro y mataron a la joven política de varios tiros en la cabeza. Queiroz conducía y Lessa disparó. También murió Anderson Gomes, el conductor del vehículo en el que viajaba la concejala.
A pesar de la versión del portero y de que la entrada de Queiroz quedó en el libro de visitas, lo cierto es que Bolsonaro ese día no estaba en su casa de Río de Janeiro, sino en Brasilia, según consta en el registro de asistencia de la Cámara de Diputados. La policía trabaja ahora para saber con quién habló realmente el portero ese día y quién estaba en la casa del presidente.
La filtración ha caído como una bomba en Brasil. Los familiares de Marielle y políticos de la oposición se apresuraron en calificar como gravísimas estas nuevas revelaciones. La simple mención a Bolsonaro podría llevar el caso a manos del Tribunal Supremo Federal, y en última instancia, si se comprueba el vínculo del presidente con el crimen, habría base para un 'impeachment'.
BOLSONARO AMENAZA A LA TELEVISIÓN QUE FILTRÓ LA NOTICIA
Bolsonaro ha reaccionado rápidamente, de madrugada, desde Arabia Saudí, donde se encuentra en viaje oficial. Ha grabado un vídeo de 20 minutos en el que aparece visiblemente alterado, gritando y al borde de las lágrimas. Ha acusado a la televisión Globo, la más influyente del país, de estar conspirando en su contra, y ha amenazado con no renovar la concesión pública para que pueda continuar sus emisiones en 2022.
"Construyen una narrativa y me colocan como sospechoso de haber participado o de ser uno de los mentores de la muerte de la señora Marielle Franco, concejala del PSOL de Río de Janeiro (...) ¿será que quieren crear algo, una narrativa donde yo debería dimitir o que el pueblo debería ir a la calle a pedir que dimita, en base a lo que ocurre con el caso Marielle ahora? ¡Es todo el rato lo mismo!", criticaba el presidente.
"Dejadme gobernar Brasil, vosotros perdisteis (...) Pensabais que me ibais a derribar el primer año y no lo conseguisteis... Estoy haciendo un viaje, trabajando todo el día, estamos recuperando la confianza en Brasil, y vosotros, TV Globo, medios podridos. Infames. Canallas. Queréis destruirme. ¡Hacéis de mi vida un infierno, joder! ¡No tenéis vergüenza!", clamaba exaltado.
Bolsonaro también ha atacado a un antiguo aliado, el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, a quien ha acusado de haber filtrado a la prensa los detalles del caso para atacarle. Witzel, también un populista de ultraderecha, fue elegido el año pasado en parte por asociar su imagen a Bolsonaro, pero en los últimos meses se han distanciado. Witzel quiere ser candidato presidencial dentro de tres años y Bolsonaro cree que ya ha puesto en marcha la guerra sucia para desgastarle.
Tras el revuelo inicial, Bolsonaro ha ordenado este miércoles al ministro de Justicia, el ex juez Sérgio Moro, que haga lo posible para que la Policía Federal interrogue de nuevo al portero. Cree que citó su nombre en la investigación policial porque "se equivocó o no leyó lo que firmó", añadiendo que el comisario que lleva el caso podría haber escrito cualquier cosa y pedirle que firmara, algo que en su opinión podría haber ocurrido porque se trata de "una persona humilde". Moro ha cumplido órdenes y ha pedido a la Fiscalía una investigación sobre la mención a Bolsonaro en el caso Marielle. Cree que hay un "posible equívoco" o incluso un "eventual intento de involucrar de forma indebida el nombre del presidente de la República en el crimen".
VARIAS COINCIDENCIAS
Estos no son los primeros indicios que vinculan a la familia Bolsonaro con la muerte de Franco. El año pasado, el comisario que investigaba el caso por entonces, Giniton Lages, confirmó que el hijo menor del presidente, Renan, salía con la hija de Lessa, el presunto asesino. El comisario aseguró que en ese momento ese detalle no tenía importancia, y que esa relación se abordaría en el momento oportuno. El comisario fue apartado de su cargo poco después y enviado a Italia a realizar un intercambio.
También ha salido a la luz una foto de Bolsonaro con Queiroz, pero el presidente ha alegado que la foto era antigua y que él se fotografía con miles de policías por todo Brasil. Otra coincidencia. Uno de los hijos del presidente, el actual senador Flávio Bolsonaro, contrató en su gabinete en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro cuando era diputado en este estado, a familiares de milicianos, a los que también rindió homenaje. La implicación de estos grupos paramilitares en la muerte de Marielle siempre ha sido una de las principales líneas de investigación.
El año pasado, meses después del asesinato, Flávio fue el único diputado que se negó a condecorar a título póstumo a la concejala con la Medalla Tiradentes, máximo honor de la Asamblea de Río. Bolsonaro padre también fue el único candidato a la Presidencia que no condenó el asesinato de la concejala.
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