Soy un hombre de 63 años y no tengo pareja estable. Cuando voy a tener relaciones sexuales no puedo tener una erección, he probado con diferentes mujeres y siempre ocurre lo mismo. A pesar de ello, al despertar sí que tengo una buena erección. ¿Qué podría hacer?
Primero de todo tenemos que empezar definiendo el concepto de disfunción eréctil. Es una disfunción sexual donde aparece la incapacidad persistente para conseguir y/o mantener una erección suficiente para llevar a cabo una relación sexual satisfactoria.
Además, para diagnosticarla como tal hace falta que el malestar se mantenga durante un período de, como mínimo, 3 meses. Esta problemática sexual afecta a 1 de cada 5 hombres en España. Otros estudios indican que la disfunción eréctil afecta al 25% de hombres mayores de 40 años.
La disfunción
Dentro del mundo de la sexualidad intervienen dos grandes aspectos, el físico y el mental. En base a la cuestión planteada parece que la dificultad estaría más localizada en la parte psicológica, ya que de buena mañana cuando hay mayor segregación de testosterona no aparece ningún problema.
De todos modos, es necesario un chequeo médico para descartar cualquier factor físico. El malestar reside en el instante de mantener una relación sexual con alguien, en ese momento aparece la presión, el “tengo que” bloqueando el deseo y la excitación, creando ansiedad por el miedo a no conseguir esa deseada erección.
Para poder revertir esta situación lo primero es buscar ayuda psicológica. Muchas veces creemos que podemos con todo, que lo sabremos resolver, que con el tiempo todo se pondrá en su lugar, pero lo que acaba ocurriendo es que se nos hace una bola cada vez más compleja de resolver.
A través de una terapia se trabajarán los pensamientos negativos, las creencias erróneas, las inseguridades, el malestar, etc. y se darán las pautas sexuales pertinentes para cada caso modificando así la vivencia negativa de la sexualidad.
Es muy importante buscar ayuda psicológica
Entender que el éxito o fracaso de la relación depende del desempeño masculino es una creencia que condiciona el bienestar sexual. Cuando se logra cambiar la perspectiva y aceptar que eso depende de los dos y de cómo fluye la relación, la presión sexual va a disminuir.
El hecho de estar muy pendiente del disfrute del otro también va a influir negativamente. La erección es básicamente una consecuencia de la excitación, si se está pendiente del otro más que de uno mismo se van a anular las propias sensaciones y va a disminuir la excitación y con ella la erección.
La mujer también cumple un papel fundamental
En este caso no debemos olvidarnos de la mujer porque también cumple un papel fundamental, puede intensificar la problemática o ayudar a combatirla apoyando al hombre. En ocasiones hay mujeres que se ofenden si el hombre pierde la erección, sienten que es por ellas y se ponen a la defensiva, otras evitan tratar el tema. Lo mejor es afrontarlo, hablarlo con naturalidad y apoyando, buscando el camino para resolverlo.
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