El ataque contra el político más conocido del país, de 67 años, tuvo lugar en un mitin para las elecciones senatoriales del domingo, y pese a las estrictas leyes en el archipiélago contra la tenencia de armas.
La noticia del crimen desencadenó una ola de mensajes de condolencia en todo el mundo y, en Brasil, país que alberga la mayor comunidad japonesa fuera del archipiélago, con alrededor de 1,9 millones de emigrados y descendientes, el presidente Jair Bolsonaro decretó tres días de luto en señal de solidaridad.
El actual jefe de gobierno, Fumio Kishida, abandonó la campaña electoral y viajó a Tokio en helicóptero.
«Rezaba para que pudiera salvarse, y acabo de conocer» la noticia de su muerte, dijo Kishida, con la voz embargada por la emoción.
«No tengo palabras (…), que su alma repose en paz», agregó.
Disparos en acto electoral
El ataque se produjo poco antes del mediodía en Nara, donde Abe pronunciaba un discurso en el marco de la campaña, cuando se escucharon disparos, informaron la cadena nacional NHK y la agencia Kyodo.
La policía indicó que el asesino confeso de Abe era un desempleado de 41 años, Tetsuya Yamagami, quien aseguró haber usado un arma de fabricación casera.
«El sospechoso declaró tener rencor hacia cierta organización, y confesó haber cometido el crimen porque creía que (…) Abe estaba vinculado con ella», declaró la policía.
Según varios medios locales, el sospechoso había pertenecido a la Fuerza Marítima de Autodefensa japonesa, la marina nipona.
Imágenes transmitidas por NHK muestran de pie a Abe en un escenario, cuando se escucha un estallido y se observa humo. Luego se puede ver cómo un hombre es inmovilizado por agentes de seguridad.
«Estaba dando un discurso y un hombre llegó desde atrás», comentó a la red NHK una joven que estaba en el evento.
«El primer disparo sonó como un juguete. Él no cayó pero luego hubo una fuerte detonación. El segundo disparo fue más visible, se podía ver la chispa y el humo», agregó.
Abe se derrumbó y sangraba del cuello, dijo una fuente de su formación, el Partido Liberal Democrático (PLD), a la agencia Jiji.
«Tras el segundo disparo, la gente lo rodeó y se le hizo un masaje cardíaco» relató la testigo.
Responsables locales del PLD precisaron no haber recibido ninguna amenaza antes del ataque.
El primer ministro más joven
Abe tenía 52 años cuando asumió el puesto de primer ministro en 2006, convirtiéndose en la persona más joven en ocupar el cargo.
Su primer período fue turbulento, acosado por escándalos y disputas, y terminó con su abrupta renuncia un año después.
Se postuló nuevamente, y volvió a la jefatura de gobierno como un salvador en diciembre de 2012.
Golpeado por los efectos del tsunami en 2011 y el posterior desastre nuclear de Fukushima, Japón encontró en Abe una mano confiable.
Abe se dio a conocer en el extranjero por su estrategia de reactivación económica, conocida como los «abenomics», lanzada a partir de 2012, en la que mezclaba flexibilización monetaria, una masiva reactivación presupuestaria y reformas estructurales.
«Gran demócrata»
El ataque y la muerte de Abe desencadenaron un alud de reacciones internacionales.
La reina Isabel II envió un mensaje de condolencias al emperador Naruhito afirmando estar «muy triste» por la noticia.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se dijo «atónito, conmocionado y profundamente entristecido» ante un asesinato que calificó de «tragedia para Japón y todos los que lo conocieron».
Por su lado, el presidente ruso Vladimir Putin aludió el viernes a una «pérdida irreparable», mientras los lideres de la Unión Europea se declararon conmocionados por la muerte «brutal» del ex primer ministro japonés, a quien calificaron de «gran demócrata».
En Japón no ocurría nada así «desde hace más de 50 ó 60 años», declaró a la AFP Corey Wallace, especialista de política japonesa y conferenciante de la Universidad de Kanagawa.
Según este experto, el último incidente parecido en Japón fue el asesinato en 1960 de Inejiro Asanuma, el dirigente del Partido Socialista japonés, apuñalado por un estudiante cercano a la extrema derecha.