Se trata de un sensor inteligente destinado para apósitos que detecta el grado de cicatrización de una herida midiendo su nivel de pH y utilizando sistemas de comunicación de identificación por radiofrecuencia (RFID).
Este vendaje inteligente puede detectar infecciones y recopilar datos que los profesionales de la salud pueden analizar para determinar el tratamiento adecuado.
Las heridas crónicas afectan la calidad de vida de casi el 2,5 % de la población estadounidense, por lo que nació la idea de facilitar el diagnóstico de la cicatrización, porque es difícil ver el estado de una herida cubierta por un vendaje. El error más común para solucionarlo es cambiar el vendaje con frecuencia, tal y como explican los creadores de smartHEAL.
Este sensor inteligente no permite que la evaluación de la herida se base en su color, olor y temperatura, así como pruebas bioquímicas de laboratorio, que suelen ser costosas. De esta forma, se puede controlar la inflamación de los tejidos y evitar la necrosis o incluso enfermedades graves.
Ahora, el equipo planea completar las pruebas y comenzar los ensayos clínicos. Una vez finalizado el proceso de certificación estos apósitos podrán distribuirse y venderse en 2025.