La infección se transmite al ser humano a través del contacto directo e indirecto con orina, heces, sangre y tejidos de animales contaminados.
Altos de Pipe, 15 de julio de 2010 (Vanessa Ortiz Piñango).-
Un hecho curioso en el estado Vargas está siendo estudiado actualmente en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC): todos los meses del año se registran casos positivos de leptospirosis. Esta frecuencia sugiere que la enfermedad puede ser endémica, es decir, que ha afectado a esta región costera en particular durante mucho tiempo.
La leptospirosis es producida por la bacteria Leptospira interrogans, presente en animales salvajes y domésticos como roedores, perros, vacas, cerdos y caballos. Estos vertebrados actúan como vectores de la afección en los seres humanos, pues la transmiten mediante el contacto directo e indirecto con orina, heces, sangre y tejidos contaminados, los cuales ingresan al organismo a través de cortaduras en la piel o membranas mucosas de los ojos, nariz y boca.
Desde el Laboratorio de Genética Molecular del Centro de Microbiología y Biología Celular del IVIC, se adelanta una tesis doctoral cuyo propósito es investigar las dimensiones del problema de la leptospirosis en la entidad varguense. Su autora es Lizeth Caraballo, bióloga egresada de La Universidad del Zulia (LUZ), quien además es estudiante del séptimo semestre del Doctorado en Ciencias, Mención Microbiología, del IVIC, bajo la asesoría de su tutor Howard Takiff, jefe del laboratorio. Para capacitarse en la investigación de Leptospira, Caraballo realizó sus pasantías en la Fundación Oswaldo Cruz del Ministerio de Salud de Brasil, donde se entrenó en el uso de métodos y técnicas epidemiológicas (diagnóstico, caracterización y control) y en la formulación de proyectos.
Caraballo explicó que la caracterización consiste en determinar la incidencia de leptospirosis en Vargas, es decir, cuantificar los casos que ocurren en un año e identificar los meses más recurrentes, las parroquias más susceptibles, las vías de transmisión más comunes, la especie de bacteria contraída y los factores de riesgo que facilitan la aparición de la infección.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la temperatura promedio anual en el estado Vargas oscila entre 25,6° y 27° C; Leptospira crece en ambientes cálidos. La principal actividad económica de Vargas es el comercio marítimo a través de El Puerto de La Guaira, fundado en 1589 para facilitar la importación y exportación de mercancía. “En los barcos, las playas y los lugares cercanos a la costa siempre hay roedores. Además, la tragedia de 1999 cambió las condiciones urbanas de la zona; ahora hay quebradas y depósitos improvisados de basura donde antes había carreteras” comentó.
Aunque la mayoría de la población vive en áreas urbanas, en parroquias como Caruao, Carayaca y El Junko existen muchos asentamientos rurales con criaderos de cerdos y gallinas que “también pueden contraerla y transmitirla a los humanos. El reservorio principal es la rata, pero ésta puede infectar a otros animales domésticos e incluso al ganado” dijo.
Desde el 26 de febrero cuando comenzó su investigación hasta el 11 de junio de este año, Caraballo ha estudiado 20 casos de presunta leptospirosis, de los cuales ocho han resultado positivos. Todos eran pacientes del Hospital del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) “Dr. José María Vargas” y del Hospital “Dr. Rafael Medina Jiménez”, mejor conocido como el Periférico de Pariata.
El muestro finalizará en febrero de 2011 a fin de abarcar los períodos lluvioso y seco a lo largo de 12 meses. En ese lapso, se esperan obtener al menos 40 casos positivos de leptospirosis para una población de 298.109 habitantes según el último Censo de Población y Vivienda (INE, 2001), proyectada para el año 2008 en 337.825 habitantes. “40 es un número significativo que pudiera demostrar que la enfermedad es endémica en el estado Vargas” aclaró Caraballo.
Difícil de diagnosticar
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las estadísticas de leptospirosis no están bien documentadas. Sin embargo, varía entre 0,1 a 1 caso por cada 100.000 habitantes al año en los climas templados, y 10 ó más casos por cada 100.000 habitantes al año en los trópicos húmedos. En presencia de brotes o grupos de individuos de alto riesgo, pudieran detectarse unos 100 ó más casos por cada 100.000 habitantes al año.
La leptospirosis es difícil de diagnosticar clínicamente porque puede ser confundida con otras patologías endémicas, como la hepatitis, el dengue y la gripe. La OMS ha señalado que en las primeras etapas de la infección, los síntomas incluyen: fiebre alta; dolor muscular, abdominal y de cabeza; escalofríos, enrojecimiento de los ojos, ictericia (la piel se torna amarilla por acumulación de bilirrubina) y membranas mucosas. En casos severos, puede producir vómitos, diarrea, erupción cutánea y hemorragia pulmonar.
De no acudir inmediatamente al médico, la leptospirosis puede progresar a etapas más graves y potencialmente mortales. La bacteria tiene preferencia por el riñón, pero si el tratamiento con los antibióticos adecuados se aplica a tiempo y el sistema inmunitario está saludable, la persona puede recuperarse sin secuelas de ningún tipo. “En cambio, si la bacteria afecta al riñón, puede ocurrir la pérdida total de la función del órgano y requerir terapias de reemplazo renal (diálisis)” explicó Caraballo.
Regla de oro: prevención n Si tiene animales en casa, báñelos frecuentemente y llévelos al veterinario para su debido control y vacunación. n Evite el contacto directo e indirecto con fluidos (sangre, orina y heces) de animales expuestos a roedores. n No nade en aguas contaminadas. n Use guantes y tapabocas para interrumpir las vías de transmisión. n Lave los utensilios de cocina antes de usarlos. n No ingiera alimentos sin enjuagarlos previamente. n Beba siempre agua potable. n Evite tener escombros dentro de la vivienda para evitar que los roedores se escondan o establezcan madrigueras. |
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