Cualquier paciente que se inyecte alguna sustancia que contenga
biopolímeros tendrán siempre reacción en su cuerpo, a corto o largo
plazo.
Muchas mujeres en el mundo han pasado por la angustia de comenzar a ver la aparición de severas infecciones en sus cuerpos, e incluso percibir su piel necrosada, tras haberse practicado un procedimiento estético.
La mayor complicación que se puede presentar después de una inyección de biopolímeros en el cuerpo es un tromboembolismo pulmonar, lo que ocasiona falta de oxígeno, según aseguran varias fuentes relacionadas con la salud.
Héctor Chaurán, contralor sanitario en la entidad, añade que el riesgo será mayor, dependiendo de la cantidad de material inyectado.
Informó que hasta los momentos tres mujeres han sido víctimas por haber sido sometidas a este tipo de inyecciones, pero dos han realizado sus respectivas denuncias ante la Contraloría y Fiscalía del estado Monagas.
“Todos los biopolímeros son dañinos, porque es un material que el cuerpo no degrada, sino que permanece y viaja por el cuerpo hasta alojarse en una arteria”, explicó Chaurán.
Las complicaciones e infecciones en el sitio suceden por inoculación, presencia de granulomas, reacciones alérgicas, presencia de nódulos, necrosis, migración (se mueve del lugar donde lo colocaron hacia otra zona del cuerpo).
Un paciente que tenga biopolímeros puede sentir malestar general, dolor articular y astenia de forma crónica.
Pueden surgir complicaciones locales como deformidad, cambio de coloración en la piel, engrosamiento de la piel, erupciones, abscesos y fistulas.
Héctor Chaurán añade que toda persona que va a someterse a una cirugía plástica debe comprobar si el médico tratante está inscrito en la sociedad, porque tienen el derecho de saber qué sustancia le están colocando en su cuerpo.
Las sustancias que están prohibidas son: Siliconem silixano, Phema, Pema, ácido hialurónico, Biosquín, Metacol, Bioder, Polifi, Silicone 1000 entre otras.
Médicos a nivel nacional aseguran que el biopolímero no puede retirarse por completo, siempre queda un resto de sustancia con la que el organismo va a luchar durante toda la vida.
Pese a que en Venezuela está prohibido su uso y se ha alertado acerca de los peligros que representa para la salud, aún las personas han seguido aplicándose biopolímeros en su cuerpo como tratamientos de belleza en centros estéticos, spas y gimnasios, sin pensar en las consecuencias.
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