jueves, 12 de noviembre de 2015

Justicia autoriza a paciente a adquirir polémica píldora de cáncer en Brasil

La Justicia brasileña informó el pasado miércoles de que autorizó a un paciente a adquirir fosfoetanolamina sintética, una polémica píldora que ha sido empleada como “remedio” contra el cáncer, a pesar de que las autoridades niegan que existan pruebas de que esa sustancia sea eficaz.
El fallo judicial, de carácter provisional, fue dictado el pasado 6 de noviembre por el juez Cássio Benvenutti de Castro, del estado de Rio Grande do Sul, pero tan solo fue dado a conocer este martes.
La fosfoetanolamina, desarrollada por la Universidad de Sao Paulo (USP) y que durante más de una década fue distribuida de manera gratuita, está prohibida hasta conseguir la homologación de la Agencia Nacional de Salud (Anvisa), por lo que pacientes enfermos de cáncer han recurrido a la justicia para su liberación.
En su decisión, el juez Benvenutti de Castro argumentó que tuvo en cuenta el sufrimiento del paciente de la localidad de Terra de Arei (Rio Grande do Sul), portador de un tipo de cáncer maligno diagnosticado en 2014 y que se encuentra en una fase avanzada.
“La decisión tiene en cuenta el sufrimiento del paciente que relata dolores severos, la esperanza de vida y la mejora del cuadro general, algo que el tratamiento convencional no estaría proporcionando”, señala un comunicado del tribunal de Justicia de Rio Grande do Sul.
La Justicia de este sureño estado de Brasil ya había concedido otras dos autorizaciones para la utilización de la píldora a dos pacientes de las localidades de Caxias do Sul y Cachoeira do Sul.
La substancia comenzó a ser producida en laboratorio químico del instituto de química de Sao Carlos, en la Universidad de Sao Paulo, a comienzos de la década de 1990 y fue distribuida de manera gratuita a los pacientes que la solicitasen hasta el pasado año.
A pesar de los relatos positivos de algunos enfermos, la comunidad médica y científica considera que fosfoetalonamina no puede ser considerada como un medicamento porque no han sido comprobadas sus supuestas propiedades curativas.
Igualmente, la USP informó recientemente, tras una anterior decisión judicial, de que cumplirá las órdenes, pero reiteró que la fosfoetanolamina “no es un medicamento” y que la universidad “no es una industria química o farmacéutica”.



 
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