Un preso que cumplía condena por robo y por estrangular a su exmujer en 2006 cuando fue a verlo en prisión, confesó haber asesinado a su nueva pareja durante una visita íntima en un penal de la provincia de Salta, en el noroeste de Argentina, un caso que ha generado gran conmoción en el país.
Gabriel Roberto Herrera, de 39 años, asesinó el jueves pasado a su novia, de 19 años, cuando la joven fue a visitarlo junto al hijo de ambos en el penal salteño de Villas Las Rosas.
La chica y el bebé ingresaron a la celda del interno, ubicada en el pabellón E del penal, para hacer uso del derecho a la visita íntima, pero a los pocos minutos, Herrera salió con su hijo en brazos y, según Télam, le confesó a un celador que acababa de matar a su mujer, por lo que de inmediato se alertó a la Policía.
A pesar de que en un principio los investigadores pensaron que fue asesinada con algún elemento cortopunzante, los peritos no descartan que fue estrangulada.
En marzo de 2006, Herrera estranguló con una camiseta a su exmujer de 29 años, Verónica Castro, cuando ella lo visitó junto a sus hijos y su madre al penitenciario en el que cumplía condena por robo.
El hijo de Castro y Herrera, Gabriel Herrera, aseguró que no conocía personalmente a la pareja de su padre pero que le había advertido en varias ocasiones, a través de mensajes en la red social Facebook, que “se alejara de él” porque es una “persona enferma”.
A pocos meses de que se cumplan once años de la muerte de Castro aseguró que este suceso le “tocó muy de fondo” porque le hizo “revivir” todo lo que ocurrió.
En aquella ocasión, su madre entró en la celda de su padre y unos minutos más tarde el preso le dijo a la madre de Castro: “ya la maté a su hija”, relató.
Entonces, Gabriel Herrera, quien tenía 10 años, comenzó a llorar mientras que su padre “se reía” y “se burlaba”, comentó en sus declaraciones a la cadena argentina.
“Lo único que llegó a decir fue ¿qué llorás maricón?, no llorés, sos un marica. ¿La quieres besar a tu mamá? Allá tenés a tu mamá, muerta mirá. (…) se burló, abrió la celda y estaba mi madre ahorcada muerta, no había nada que hacer”, explicó Gabriel Herrera.
Herrera afirmó que “lo único” que pide es que a los violadores y asesinos “directamente” se les prohíba recibir visitas de “toda clase de familia”.
“Son personas enfermas que si lo hacen una vez lo van a hacer dos, tres y reiteradas veces y van a seguir destruyendo vidas de muchas familias que son inocentes y que nada tienen que ver con los problemas que uno puede pasar”, agregó.
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