martes, 1 de diciembre de 2020

La realidad de la ex Liga Profesional de Baloncesto (+Deudas)

 


Caracas, 30-11-2020.- En una reciente reunión, hace 10 días del mes de noviembre, participaron varios empresarios dueños de equipos que alguna vez pertenecieron a la extinta Liga Profesional de Basquetbol. La finalidad del encuentro fue más que de impulsar el deporte de los cielos en Venezuela, es buscar la forma de generar ganancias para sus respectivas empresas. En esta reunión participó el presidente de la Liga Profesional de Baloncesto, Alison Chacón, y otros directivos participaron de manera virtual.

Estos empresarios al ver el éxito que ha tenido la Súper Liga de Basquetbol, la cual fue inaugurada con éxito hace un mes, se han dado a la tarea de tratar de reactivar una Liga que falleció hace un buen tiempo, principalmente por los desastres en el uso de los recursos otorgados por el estado para la ejecución de tal fin. Prueba evidente está en la cuenta de Instagram de la antigua organización en la cual postearon una nota haciendo alarde de la reunión que habían sostenido. Grandes jugadores del Básquet profesional y de la NBA, como nuestro Oscar Torres, y otros como el entrenador, Pepito Romero, salieron a comentarle esa reunión y a decirle que por favor les pagaran a los obreros, a los empleados, a los trabajadores y a los jugadores con los cuales muchos equipos quedaron con una deuda multimillonaria.

Luego de consultar a varios expertos y jugadores dentro del ámbito basquetero nacional, los mismos expresan que la realidad de lo que alguna vez fue la LPB ya paso su momento ¿Por  qué? Porque una Liga Profesional de cualquier deporte en un país debe tener cada equipo una escuela donde generen, siembren y cosechen a las futuras generaciones de deportistas que van a enaltecer al atleta y deporte venezolano. Eso no sucede en la actualidad de la LPB donde muchos equipos no son más que una fachada para crear una empresa, muy lucrativa, con la cual pueden hacerse miles de dólares que le solicitan al estado, más una cantidad de recursos suficientes que cobran por derechos televisivos y por entradas. Sin contar el Marketing que se genera a su alrededor.

Estos recursos van directamente a los dueños del equipo donde son incapaces de cumplir con los honorarios, tanto de los jugadores, como del personal. Así fue reclamado por Oscar Torres, Pepito Romero y, como ellos, hay cientos de personas que perdieron su empleo y ni siquiera le fueron canceladas sus pasivos laborales. Todo debido a que los dueños del equipo se robaron los recursos que el estado aportó para que la liga funcionara, así como los recursos obtenidos por las distintas formas comerciales que genera este deporte.

La recién creada Súper Liga de Baloncesto tiene a todos sus equipos con una escuela de formación de jóvenes donde dan algo muy importante: dan la prioridad al jugador venezolano en cancha. Algo que no sucedía en la LPB donde se buscan tres jugadores importados que generan 30 puntos por juego cada uno y a nuestros futuros basquetbolistas los mantenían en la banca, sin darles la oportunidad de poder mostrar su talento. La idea de tener una Liga de Basquetbol venezolana es que jueguen los jugadores profesionales venezolanos y no que jueguen solamente importados para ellos tratar de generar puntos con la finalidad de ganar partidos y crear ganancias. La idea es que sea una liga de desarrollo del basquetbol donde, tanto el jugador, como el aficionado, se sientan representados por sus distintas comunidades ya que muchos de los jugadores que en estos momentos están en la súper Liga de Basquetbol vienen de comunidades humildes y pasan a ser ídolos dentro de esas comunidades.

La idea de cualquier Liga profesional de deporte es que cada estado del país, en un futuro, puedan estar representados por un equipo de modo de que la pasión y el cariño por su divisa sea representado en las regiones. La extinta Liga de Basquetbol Profesional convirtió eso en una posibilidad mercantil de hacer dinero colocando un cupo para crear un equipo en casi un millón de dólares, haciendo imposible la posibilidad de entrada de otro equipo a la Liga.

Otra gran diferencia con la recién creada Liga Superior de Basquetbol es que arrancó con 13 equipos y planea abrir nuevamente la próxima temporada del 2021 con dos equipos más, propiciando lo que se requiere: expansión de equipos para que el venezolano, amante de este gran deporte, comience a sentirse representado con equipos locales, equipos cerca de su comunidad y que no sea una liga elitista de equipos importados solamente que jueguen en Venezuela.

El Ministerio de Deporte en representación del estado Nacional, al igual que la federación de Básquet de Venezuela, ha apoyado la creación de esta naciente Súper Liga de Basquetbol con la finalidad de devolver el orgullo al basquetbolista venezolano y poder generar una generación parecida a los héroes de Portland que hace más veinte años nos llenó de orgullo colocándonos en lo más alto del Básquet mundial. Estos jugadores no los vamos a importar, estos jugadores no se van a fabricar de un día para otro, estos jugadores tienen que formarse, hay que encontrarlos y hay que hacerlos crecer para que en un día no muy lejano logremos nuevamente tener varios jugadores dentro de la NBA, dentro de las ligas europeas y para que eso suceda es necesario que exista una liga de Basquetbol venezolana que atienda las generaciones futuras, que crea en el jugador local.

La opinión de este humilde escritor es básica, necesaria y fundamental para que esta Liga pase a funcionar en el mes de marzo, o abril, que es el momento del Basquetbol en Venezuela.

Como aficionado que apoyé durante muchos años la extinta Liga de Basquetbol profesional, es tiempo de decirles a estos empresarios de que ya se lucraron bastante con las pasiones y el deseo de un buen basquetbol. Es momento de que estos empresarios inviertan las grandes cantidades de dinero, que lograron ganar, en otro tipo de inversiones. Que le den oportunidad al Básquet genuino, al Básquet de corazón, pero que no se retiren sin antes pagar los miles de dólares que deben a los jugadores, personal y jugadores importados, que dejan una muy mala imagen de Venezuela en el exterior cuando estos jugadores dicen que en Venezuela no se les paga su trabajo. Los jugadores venezolanos merecen, al igual que las luminarias que decidieron jugar en el país, a pesar de todo, que se les pague su dinero. A los empleados que viven de un quince y último, merecen que les paguen. Estos empresarios se niegan a pagarles lo que ellos ganaron con su humilde esfuerzo.

Nosotros como aficionados es el momento de que apoyemos a nuestros jugadores locales, que apoyemos nuestro talento, que así como en el Beisbol el talento principal es el venezolano, es momento de que en el Básquet el talento principal sea el venezolano, que nosotros apoyemos yendo a los juegos, apoyemos viendo las transmisiones, apoyemos discutiendo como discute el venezolano con esa pasión por defender a cada uno de los equipos. Gracias a Dios que existe una Súper Liga, y bueno, que gane el mejor.

Hay que agregar que con todo el bloqueo económico que sufre actualmente el país, el gobierno apoyó esta nueva iniciativa de la súper liga con toda la logística necesaria y, en primera calidad, para que se pudiera lanzar esta organización que ha conservado el nivel jugando en el esquema tipo burbuja, respetando todo el sistema de salud y de bioseguridad implantado por el estado.

Cuando se creó la Súper Liga se buscaron a los dueños de equipos de la extinta Liga Profesional pero el equipo Cocodrilos de Caracas, Trotamundo de Carabobo y Guaros de Lara, se negaron a participar en dicho certamen, ya que el certamen no tenía los principios financieros de los cuales ellos estaban acostumbrados.




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