sábado, 26 de noviembre de 2011

Ni con pastillas ni con cirugía crece el pene



Mabel Sarmiento Garmendia /- Quizás es una cuestión social o un morbo cultural el asunto de fijarse siempre en los genitales del varón de la casa cuando se le hace el primer cambio de pañal. De allí que de grande, no es nada nuevo que siempre el hombre tenga en mente que el tamaño "importa".

Incluso, quien presenta esta fijación física busca pastillas, spray, cremas, y hasta piensa en la cirugía para alargar sus genitales o para darle un poco más de anchura.

Formalmente hay especialistas que lo inducen y le ayudan con terapias sexuales para alcanzar el potencial deseado.

Malo es cuando el hombre cae en las redes comerciales y comienza a probar productos que promocionan por Internet, la TV o en los clasificados de la prensa nacional.

"Reforzado. Agiganta increíblemente. Pone tu pene anchilargo, retarda la eyaculación e incrementa tu semen".

Bajo esas especificaciones se ofertan fármacos que, según las indicaciones ofrecidas por teléfono, en el lapso de una semana ya se puede apreciar crecimiento de dos a tres centímetros. Claro está, tomando dos cápsulas diarias de estas medicinas, cuyo costo van a partir de 250 bolívares fuertes.

Rubén Hernández, médico psiquiatra y sexólogo, sostiene que ni las cremas ni las cirugías alargan el pene. Además, dice, todos los productos deben ser certificados. "Ninguno de estos que se expenden comercialmente para aumentar la potencia sexual y el tamaño tiene validez. Se hacen para engañar, al igual que la cantidad de fármacos polivitamínicos y esteroides que se ofertan en los gimnasios, los cuales no tienen registros sanitarios y, además, no generan efectos positivos. Contrario a lo que ocurre con los que sí son patentados".

Señala además que eso es un problema muy serio, incluso los venden hasta en los moteles, donde muestran catálogos con productos afrodisíacos y preservativos para alcanzar un mayor potencial sexual. "Todo ese tipo de cosas, en líneas generales, no es que vayan a provocar daños severos, pero se comercian bajo engaño y a precios elevados".

Hernández indicó que no quiere cortarle la nota a quienes usan este tipo de cosas, pero alertó que, científicamente, nada se consigue con estos tratamientos.

Más bien recomendó que se debe fortalecer la educación y los programas sexuales para que las personas no caigan en estos mitos de que el pene tiene que ser gigantesco, porque así se ve en las películas porno, donde se muestran unos de más de 15 centímetros.

"Esas cuestiones llevan a generar complejos en los adolescentes, e incluso pueden presentar trastornos psiquiátricos. Desgraciadamente, no hay programa de educación social integral que abarque desde preescolar hasta los estudios de quinto nivel. En Venezuela la gente tiene miedo a la educación sexual. Pero la realidad es que mientras esté más instruido su conducta será más responsable, habrá menos embarazo, sida y menos enfermedades de transmisión sexual. De esta forma se disfruta más, pues las relaciones íntimas se hacen de forma más segura". 

Min-Salud Le meterá el ojo

El doctor Divis Antúnez, de Contraloría Sanitaria del Ministerio de Salud, dijo que todo producto de consumo humano debe estar debidamente registrado.

Independientemente de que no produzca efectos adversos, y así sean naturales, señaló que tienen que pasar por los controles sanitarios. Informó que adelantan una investigación de estos casos para verificar el origen y la composición de estos fármacos.

Por lo pronto se conoció, vía Internet, que en Caracas se comercian varios de origen estadounidense.

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