Las FARC saldrán del convulso departamento colombiano del Cauca si también salen el Ejército, la Policía y los paramilitares, anunció hoy el máximo jefe de esa guerrilla, Rodrigo Londoño Echeverry, más conocido como “Timochenko”.
“Si el Ejército, la Policía y los paramilitares salen del Cauca, si termina su guerra contra indígenas, campesinos, mineros y pueblo en general, nosotros no tendremos problemas para salir también”, admitió el jefe de las FARC en una carta de respuesta a los indígenas del Cauca, difundida en la página de Internet de esa guerrilla.
La Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acín) pidió el pasado 17 de julio al líder rebelde de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ordenar a sus hombres el abandono de sus territorios en esa región del suroeste del país.
En su respuesta a la petición de los aborígenes, el jefe de las FARC aseguró que “si en Colombia cesan las operaciones militares, los bombardeos y ametrallamientos, los desplazamientos forzados, el despojo de la tierra, los crímenes contra el pueblo y la impunidad, con toda seguridad que no tendrá sentido la existencia de las guerrillas”.
La Acín había indicado, por su parte, que no necesitaba de la presencia rebelde “porque la guerrilla no trae tranquilidad”, y acusó a los insurgentes de atacar “a la población civil” y de “no respetar su autoridad y su justicia”.
Según “Timochenko”, “la guerra civil colombiana no ha sido una decisión del pueblo de este país, sino una imposición de sus clases pudientes dominantes” y por ello “es natural que el pueblo que la sufre la rechace con ahínco”.
Los habitantes del norte del Cauca quieren ser excluidos del conflicto y expulsar de su tierra, que ha sido tomada como escenario de guerra, tanto a los militares y a la Policía como a las FARC y en las últimas semanas han ocupado guarniciones, bases y fronteras de los uniformados para forzar su salida.
Para el jefe de las FARC “el Ejército debe salir no solo de las comunidades indígenas, sino de todo el campo colombiano” y afirmó que siente un “sincero respeto por su oposición al empleo de la violencia como mecanismo de lucha”.
El problema de ustedes, aconsejó “Timochenko” a los aborígenes, no puede ser examinado “a la simple luz de la no presencia del Ejército o la guerrilla en los resguardos, porque como dice (el presidente Juan Manuel) Santos, el Ejército jamás va a abandonar sus bases”.
Su presencia, anotó enseguida el jefe de las FARC, “encarna un modelo de dominación nacional, continental, de aspiraciones mundiales”, y aseguró que “lo que hay que derrotar es ese modelo, y para ello hay que comenzar por el cambio del régimen”.
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