La exposición al material radiactivo liberado al medio ambiente tras el accidente de la central de Fukushima podría haber causado «malformaciones severas» en las mariposas de Japón, según un estudio.
Según un estudio publicado en la revista científica «Scientific Reports», los científicos han demostrado que existe un aumento de las mutaciones en los genes que contienen información para el desarollo de las patas, las antenas y la forma de las alas en mariposas recogidas tras el accidente nuclear de 2011 en Fukushima (Japón).
Esto ha sido demostrado por una serie de experimentos que se han realizado en el laboratorio, y que confirman que hay un vínculo entre las mutaciones y el material radiactivo.
Un equipo de investigadores japoneses recogió 144 adultos de la mariposa 'Zizeeria maha' en 10 lugares diferentes de Japón, incluyendo el área de Fukushima, dos meses después del accidente nuclear de la central nuclear.
«Siempre se ha creído que los insectos son muy resistentes a la radiación», asegura el investigador principal, Joji Otaki, de la Universidad de Ryukyu de Okinawa (Japón) a la BBC. «En ese sentido, nuestros resultados han sido inesperados», dijo.
Los investigadores encontraron que las áreas con mayor radiación albergabaneran mariposas con las alas mucho más pequeñas y los ojos irregularmente desarrollados.
A 1.750 kilómetros del accidente, el equipo del profesor Otaki comenzaron a criar mariposas en el laboratorio. Durante la cría de estos insectos, los investigadores comenzaron a notar una serie de anomalías que no se habían visto en la anterior generación. Detectaron malformaciones en las anteas de los insectos, un órgano que utilizan para explorar su ambiente y buscar pareja.
Seis meses más tarde, volvieron a capturar de nuevo adultos y encontraron que los individuos en la zona de Fukushima tenían una tasa de mutación más del doble que la de las mariposas capturadas poco después del accidente.
Según un estudio publicado en la revista científica «Scientific Reports», los científicos han demostrado que existe un aumento de las mutaciones en los genes que contienen información para el desarollo de las patas, las antenas y la forma de las alas en mariposas recogidas tras el accidente nuclear de 2011 en Fukushima (Japón).
Esto ha sido demostrado por una serie de experimentos que se han realizado en el laboratorio, y que confirman que hay un vínculo entre las mutaciones y el material radiactivo.
Un equipo de investigadores japoneses recogió 144 adultos de la mariposa 'Zizeeria maha' en 10 lugares diferentes de Japón, incluyendo el área de Fukushima, dos meses después del accidente nuclear de la central nuclear.
«Siempre se ha creído que los insectos son muy resistentes a la radiación», asegura el investigador principal, Joji Otaki, de la Universidad de Ryukyu de Okinawa (Japón) a la BBC. «En ese sentido, nuestros resultados han sido inesperados», dijo.
Los investigadores encontraron que las áreas con mayor radiación albergabaneran mariposas con las alas mucho más pequeñas y los ojos irregularmente desarrollados.
A 1.750 kilómetros del accidente, el equipo del profesor Otaki comenzaron a criar mariposas en el laboratorio. Durante la cría de estos insectos, los investigadores comenzaron a notar una serie de anomalías que no se habían visto en la anterior generación. Detectaron malformaciones en las anteas de los insectos, un órgano que utilizan para explorar su ambiente y buscar pareja.
Seis meses más tarde, volvieron a capturar de nuevo adultos y encontraron que los individuos en la zona de Fukushima tenían una tasa de mutación más del doble que la de las mariposas capturadas poco después del accidente.
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