Todos nos hemos visto en la situación bastante comprometida, vamos a decirlo, de que en medio de una sesión de sexo ardiente, un calambre comienza a invadir nuestra pierna derecha. O de que un beso apasionado nos provoque un tirón en el cuello.
Y es que, por desgracia, no
practicamos suficiente deporte como para estar en forma de cada músculo
de nuestro cuerpo. Porque… ¿sabéis que el sexo es de las pocas rutinas
que mueven más cantidad de músculos? Pues entonces, no solo importan los
músculos de la vagina o el pene…
Necesitas una rutina que practiques,
sin que ti sea demasiada pesada, pero que te permita estar al 100% de
tus fuerzas para cuando llegue la noche. Tu pareja se quedará atónit@
cuando te vea moverte de tal forma; y le encantará que consigas
dominarle a él o ella y no que la situación te domine a ti, como antes.
Pero, tranquil@, no te vamos a decir
que te pongas a hacer sentadillas, flexiones o abdominales. Te lo
ponemos tan fácil que podrás hacerlo una vez al día, no te cansarás y lo
convertirás en un hábito muy beneficioso para ti.
Más que hacer ejercicio lo que
queremos buscar es que consigas alargar cada extremidad de tu cuerpo y
consigas que tus músculos no estén tan tensos. Por eso, simplemente hay
que prepararlos para que después en la cama puedas dar el máximo de ti y
estés a la altura de las expectativas.
En ocasiones atrás te hemos contado
cóm fortalecer tu vagina, para tener mejores orgasmos. Pero en este caso
no buscamos precisamente esto, que también, sino que puedas hacer
cualquier movimiento sin cansarte, sin hacerte daño y sin luego tener
agujetas.
Porque, vamos a confesarlo, sí, más
de una ha tenido agujetas después de una noche interminable de sexo con
tu chico… Así que la mejor forma de que esto no ocurra es estar
preparada para cuando llegue el momento. Hoy es jueves y quién sabe,
quizás esta noche tu chico te esté esperando con un poco de sushi y vino
blanco en la nevera…
¿Significará que hoy toca noche de
amor? Puede que sí. Eso sí, antes de comenzar a dar saltos de alegría,
si estás en la oficina, si estás en casa o si nos estás leyendo desde un
bar, haznos caso y estira las piernas, hasta que te duelan. Al momento
sentirás una leve mejoría y una sensación reconfortante.
Haz lo mismo para los brazos. Y para
el cuello, con mucho cuidado, muévelo de un lado para otro. Estarás
fotaleciendo los músculos y dándole movilidad a tus huesos. También la
espalda es importante, sobre todo, para esas posturas tan imposibles que
tu novio te sugiere hacer. Sentada en la silla comienza a girar de un
costado a otro. Similar al ejercicio del cuello. Hasta que notes que no
puedes más y que tus músculos dejan de estar tensos.
Cierto es que las preocupaciones y
el estrés nos hacen estar en constante presión. Y eso a la larga se
resiente en nuestro cuerpo. Por lo tanto, aunque no dejes de hacer estos
sencillos ejercicios, intenta que no te afecte tanto, ni a tu cuerpo ni
a tu mente, las tensiones que tengas fuera de casa. ¡Lo que importa es
lo que tienes dentro!
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