Aunque los encuentros sexuales no deberían medirse en cuando a su
cantidad sino por su calidad, muchas personas se preguntan si su
asiduidad íntima se halla dentro de la normalidad o para la pareja.
“Creía que mi vida amorosa era satisfactoria y plena hasta que un día
hablé con cuatro de mis amigas, y la mayoría de ellas hacían el amor
con su pareja alrededor de dos veces por semana. Mi marido y yo sólo
tenemos un encuentro semanal y rara vez llegamos a dos. ¿Nos estaremos
conformando y desenamorando?
“Mis compañeros de oficina que tienen aproximadamente mi edad afirman
que mantienen relaciones en cada ocasión que se les presenta y que su
pareja está dispuesta, lo cual sucede muy a menudo. Al lado de la de
ellos, mi vida amorosa parece palidecer porque es mucho menos activa.
¿Será verdad lo que me cuentan?, y si es así, ¿significa que no estaban
tan bien como yo creía?
Casos como estos planteados tanto por mujeres como hombres, son muy
frecuentes en las consultas psicológicas o sexológicas, y parecen
revelar que la frecuencia sexual es una fuente de preocupaciones, dudas e
inseguridades en un buen número de parejas, que al compararse con otras
no saben si su actividad amorosa es “excelente, buena, regular o mala”.
¿Cuál es la frecuencia sexual ideal para una pareja: ¿han de mantener
relaciones íntimas una, dos o tres a la semana, o incluso en más
ocasiones?
“La frecuencia es un asunto que deben pactar las parejas, sin que
tenga que ajustarse a las estadísticas, sino a las necesidades de
ambos”, explica la doctora Carmen López Sosa, profesora de ginecología,
obstetricia y pediatría en la Universidad de Salamanca y en el Centro de
Estudios Universitarios de la Mujer.
“Para que hombres y mujeres se entiendan necesitan respetar la
idiosincrasia biológica y las necesidades de contactos de cada uno, que
pueden ser diferentes. Y eso lleva a pactar”, explica la doctora López
Sosa , autora del libro “Sexo y sólo sexo”.
Respecto de la frecuencia sexual, esta experta opina que “quizá sea
cuestión de que tengan hambre el uno del otro. Además, “¿Qué es normal:
mucho o poco? En las prácticas sexuales, lo que para unos es vicio, para
otros es lo normal, ya que cada uno tiene una cadencia”.
Los expertos coinciden que intentar obligarse a alcanzar determinadas
frecuencias sexuales consideradas ideales, repercute negativamente en
la intimidad, provocando estrés y decepción. Hay otras cuestiones más
importantes que la cantidad de encuentros sexuales, de cara a mantener
una sexualidad plena y satisfactoria para ambos miembros de la pareja.
Para disfrutar la sexualidad con mayúsculas, la doctora López Sosa
aconseja “pensar que poder practicar sexo es un indicador de buena
salud, olvidarse de todo al hacer el amor es imprescindible para tener
placer, reservar un tiempo en la agenda para el sexo, ya que es igual de
importante que el resto de las tareas, y hablar de sexualidad con la
pareja, al igual que se habla de los demás temas”.
Para López Sosa “hacer el amor es ir creando un lenguaje bilingüe en
el cual puedan entenderse los amantes, en el que las palabras
signifiquen lo mismo, y allí donde no haya palabras, que existan los
gestos. Se trata de escribir una intimidad de a dos para poder crecer y
ser, y en ese “soy” de cada uno que quepa el otro. Eso sí: para
enriquecerse no deben confundirse los yo de cada uno”.
De acuerdo a la doctora Rosario Castaño, directora de Psicología y
Sexualidad, del Centro Médico Instituto Palacios de Salud de la Mujer,
“la frecuencia no es un criterio para diagnosticar problemas sexuales,
no hay un rango de normalidad dependiendo del número de veces que se
tengan relaciones sexuales”.
“La pregunta no debería ser ¿cuánto es lo normal?, sino ¿estoy
satisfecho con lo que tengo”, explica coautora del libro “Comprender la
sexualidad femenina”.
La respuesta a este interrogante dependerá mucho de la edad, de quien
lo formule y del momento en que se encuentre su relación amorosa, de
acuerdo al psicólogo y sexólogo Antoni Bolinches, director del Instituto
Psicológico que lleva su nombre y apellido y autor, entre otras obras,
del libro “Sexo Sabio”.
“Durante la fase pasional, la frecuencia sexual de la pareja es dos o
tres veces superior a la que tiene cuando se estabiliza. Una pareja
estable de mediana edad, en una fase no pasional, tiene una normalidad
estadística de una o dos veces por semana, pero esto es poco relevante.
El buen acoplamiento sexual es más importante”, añade el doctor
Bolinches, Máster en Sexualidad Humana.
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