Gritos, desmayos y caos generalizado: una familia del noreste de
Brasil que velaba el cuerpo de Gilberto Araujo, un lavador de coches de
41 años, lo vio entrar a su propio velorio e interrumpir la ceremonia a
la que asistían numerosos amigos y parientes.
El cuerpo que la familia había reconocido el domingo era en realidad
el de un hombre que se parecía mucho a Gilberto Araujo, pero cuya
identidad sigue siendo desconocida este martes, explicó el sitio web G1
de Globo.
"Todo el mundo tuvo mucho miedo. Las mujeres se desmayaban,
las personas corrían para todos lados", contó Maria Menezes, que estuvo
presente en el inusual velorio en Alagoinhas, a 100 km de Salvador de
Bahia, citada por G1. Gilberto Araujo se enteró a través de un amigo que
encontró en la calle que le daban por muerto. Llamó por teléfono a un
pariente para avisar que estaba vivo. Pero nadie le contestó y pensó que
se trataba de una broma. Entonces, decidió ir personalmente
al velatorio para demostrar que estaba vivo y coleando.
"Un amigo me dijo que había un féretro y que yo estaba
dentro. Entonces le dije, pero yo estoy vivo, ¡pellízcame!", contó
Gilberto. Uno de sus hermanos, José Marcos Santana Santos, explicó que
la última vez que alguien de la familia vio a Gilberto fue hace cuatro
meses. "Gilberto sólo aparecía algunas veces por año y pasamos mucho
tiempo sin verlo. Vive en Alagoinhas pero cada día está en un lugar
diferente", dijo a G1.
"Estoy muy contenta porque, ¿qué madre que da a un hijo por muerto no
se llenaría de alegría de verlo nuevamente en vida?", se felicitó
Marina Santana.
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