¿Qué cosas hay que nos disgusten
mientras hacemos el amor? Pues… Muchas, tantas como mujeres somos.
Pero hay algunas cosas que podemos considerar ‘comunes’. Hemos hecho un pequeño compendio de aquellas cosas que nos disgustan a la hora de tener sexo. ¡Tomen nota chicos!
Por favor, babosos no. Nos gusta que los
hombres sean cariñosos, pero los excesos no son buenos. Para demostrar
vuestra maestría como amantes no hace falta pasar la lengua como si
fuera una mopa. Gracias.
Que aguante poco/demasiado en la cama.
Aceptamos que los preliminares no sean vuestro fuerte, pero, puestos en
ello, ¿es tanto pedir que duréis un poco más? Y todo lo contrario
también es agotador…
Que sea narcisista. No aguantamos a los
que se gustan tanto que no tienen ni una palabra bonita para nosotras… Y
sí para ellos. En la cama estamos dos y para que haya complicidad
tiene que ser algo recíproco.
Que nos ‘estrujen’ demasiado. Apretar
nuestros pechos como si fueran dos ‘bocinas’ no es el mejor augurio
para una noche de pasión. Con delicadeza se pueden conseguir muchas más
cosas que pasándose de rudeza.
Las caras ‘raras’. Abres los ojos y ves
una cara desencajada al lado tuyo. Vale que estéis concentrados en el
sexo, pero las ‘caras raras’ no nos vuelven locas, sino todo lo
contrario…
Hacerlo con los calcetines puestos. El
‘antimorbo’ de una noche de pasión es dejarse los calcetines puestos.
Al igual que la ropa interior raída o con manchas. Hay que cuidar el
interior tanto como el exterior…
Hablar demasiado durante el sexo. No
hace falta estar preguntando todo el rato ‘¿te gusta?’ ni comentar
todas las ‘jugadas’. Nos damos por enteradas de que os gusta nuestro
cuerpo, no es necesario repetirse como un loro.
Que se queden dormidos justo después. Un
poquito de conversación, un abrazo, unos besos… Son la mejor manera de
terminar el sexo. Quedarse dormidos o vestirse nada más hacerlo es
poco menos que un completo desprecio.
Evitar las comparaciones. No necesitamos
saber si con nosotras es mejor que con la anterior. O la anterior a la
anterior. Si te ha gustado, háznoslo saber, pero no hay que hacer
paralelismos con nadie ¡ni dar puntuaciones! Recuerda, las
comparaciones (y más en cuestiones de sexo) son odiosas.
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