lunes, 18 de marzo de 2013

Contestar mensajes de móvil al volante es más peligroso que conducir borracho

Científicos españoles y australianos han comparado los efectos del uso del móvil con los del alcohol en la conducción de automóviles. Su experimento, realizado con ayuda de simuladores, demuestra que el riesgo de utilizar el "manos libres" y mandar mensajes equivale al que implica conducir con una tasa de alcoholemia por encima de lo legal.

Según explicaba a la agencia SINC Sumie Leung Shuk Man, investigadora de la Universidad de Barcelona y coautora del estudio que publica la revista Traffic Injury Prevention, el experimento se realizó con estudiantes voluntarios "con licencia de conducir, tenían que mantener su posición en el centro del carril de la izquierda de la pantalla, a una velocidad de entre 60 y 80 kilómetros por hora y frenar cada vez que veían aparecer un camión". El test de simulación de conducción duró dos días, separados por una semana cada uno. Por un lado, realizaron la prueba después de consumir alcohol, y por otro, mientras utilizaban el teléfono móvil. Los bebedores habituales y los que no habían injerido nunca alcohol antes del experimento se excluyeron de participar en el test.

Al comparar el nivel de concentración de alcohol en sangre (BAC) con los efectos del uso del teléfono móvil, vieron que cuando la conversación telefónica requería una alta demanda cognitiva o cuando los conductores a un mensaje de texto, el equivalente en el test de alcoholemia estaba por encima de lo permitido en España (0,5 gramos/litro). Para simular el efecto del manos libres utilizaron unos auriculares y un micrófono.

Los dos niveles diferentes de conversación por el manos libres que contempla el estudio equivalen a: una conversación natural –en la que el sujeto y el científico hablan sobre temas interesantes pero como pasatiempo– y a un diálogo con preguntas más específicas –exigentes cognitivamente– como, por ejemplo, que el sujeto respondiera si era capaz de describir la ruta en coche desde su trabajo hasta llegar a su casa, o que enumerara cuántos de sus amigos tienen nombres que empiezan por vocal.

“Nuestros resultados sugieren que el uso de dispositivos de manos libres también pueden suponer un riesgo importante para los conductores. Aunque debe estar permitido, requieren más investigaciones para determinar su regulación y, por supuesto, que las autoridades nacionales conozcan los pros y los contras minuciosamente”, concluye la experta.






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