Elif Bilgin, alumna turca de 16 años, fue premiada con el prestigioso
premio “Science in Action” por desarrollar un innovador método de
producir plástico a partir de cáscaras de plátano. El premio,
patrocinado por la revista “Scientific American”, está dotado con 50 mil
dólares.
Una alumna turca de 16 años, Elif
Bilgin, ha sido premiada con el prestigioso premio norteamericano
“Science in Action” (Ciencia en Acción) por desarrollar un innovador
método de producir plástico a partir de cáscaras de plátano, informa hoy
el diario turco “Hürriyet”.
El premio, patrocinado por la revista estadounidense “Scientific
American” y anunciado ayer, está dotado con 50 mil dólares y recayó en
Bilgin, que compitió con otros 14 jóvenes de diferentes continentes.
Su proyecto se llama “Going Bananas”, un juego de palabras que
significa tanto “Volverse loco” como “Recurrir al plátano”, y explica en
detalle cómo utilizar las cáscaras del popular fruto en lugar de los
derivados de petróleo para producir plástico.
“El método que he diseñado es tan simple que prácticamente lo puede
hacer uno en casa (algunos químicos son irritantes pero no realmente
peligrosos). Todo el mundo puede usar ese plástico y nuestro bello
planeta se ahorrará las consecuencias de la producción de plástico con
derivados del petróleo, como la contaminación de aire, suelo y agua”,
asegura Elif Bilgin en su proyecto.
La alumna, que estudia en un colegio de Estambul para jóvenes
especialmente dotados, invirtió dos años en desarrollar el método,
comprando plátanos en el mercado y macerando las cáscaras con químicos
diversos.
Bilgin señala que el bioplástico se produce normalmente a partir de
patatas, pero que la cáscara de plátano es igualmente rica en almidón, y
además es uno de los desechos más comunes de la industria alimentaria.
Probando
La joven investigadora hervía las cáscaras para luego mezclar la
pasta con pequeñas cantidades de glicerina, soda cáustica y ácido
clorhídrico, pero el plástico resultante se descomponía al cabo de tres
días, por lo que siguió investigando.
Averiguó que colocando las cáscaras en una solución de disulfito de
sodio, un antioxidante, antes de hervirlas, y ajustando las cantidades
usadas, el plástico se mantenía inalterable y resistente.
Un primer uso, señala Bilgin, podría ser como aislante para cables
eléctricos, pero también servirá para prótesis médicas o estéticas,
añade.
En una entrevista con “Scientific American”, la joven señaló que toma
como modelo a Marie Curie, Premio Nobel de Física y Química, por romper
no sólo moldes científicos al investigar la radiactividad sino también
sociales y abrir nuevos caminos a las mujeres.
El premio, aparte del dinero, incluye un viaje en septiembre a las
oficinas del gigante informático Google en California (EEUU), donde
Bilgin y otros jóvenes de todas partes del mundo competirán por el
premio Google Science Fair, dotado con 100 mil dólares y diversas
oportunidades de formación científica.
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