miércoles, 18 de diciembre de 2013

Banda del Picure creció por drogas, extorsión y sindicatos del ferrocarril

Cuerpos de seguridad continuaron el lunes la búsqueda de José Tovar Colina y sus cómplices en centro del país.
El miércoles, 11 de diciembre, en la tarde, la Guardia Nacional y la policía judicial fueron advertidos sobre la llegada al barrio Bicentenario de El Sombrero, Guárico, de uno de los delincuentes más buscados del país: José Antonio Tovar Colina, apodado el Picure.
El hombre, de 25 años de edad, llegó al lugar donde creció manejando una camioneta Toyota 4Runner, para participar en un festín que se celebraría desde el viernes en la cancha de la comunidad. El evento fue llamado Gran Rumba Tren del Llano.
Poco a poco, la zona fue tomada por los miembros armados de la organización comandada por Tovar. Versiones extraoficiales indican que el viernes fue asaltado un agente del Sebin en la misma estación de servicio donde el 22 de julio integrantes de la banda mataron al funcionario del Cicpc, Renny Jesús Mejías, de 35 años de edad, en venganza por haber prestado un camión para transportar los bienes decomisados de un hotel propiedad de Tovar.
La policía judicial organizó una operación con más de 200 efectivos enviados desde la Brigada de Acciones Especiales y de los estados Aragua y Guárico. El tiroteo del sábado causó ocho muertos y nueve heridos, según el último parte suministrado por el ministro de Interior, Miguel Rodríguez Torres. Entre las víctimas fatales está un inspector del Cicpc, José Manuel Fernández; así como un lugarteniente de Tovar, José Bernardino Galindo, alias Tucusito. Pero el líder de la banda logró escapar, y hasta el lunes en la tarde seguía prófugo, junto con un grupo de sus más cercanos colaboradores.
Menú delictivo. La organización del Picure comenzó como una pequeña banda de ladrones de vehículos en 2008. Los atracadores le quitaban las camionetas a los hacendados de Guárico y el sur de Aragua para luego exigir dinero por devolverlas.
A la extorsión derivada del robo de automóviles se unió la aplicada contra los dueños de fincas, comercios y constructoras. Un organigrama elaborado en la Guardia Nacional reveló que dos de los fallecidos el sábado en la madrugada fungían como enlaces entre el grupo delictivo y los sindicatos que dominan el tendido de la vía férrea en Guárico: José Gregorio Campos, alias Goyito, y Anderson Solórzano, apodado Morroco.
La organización también incursionó de lleno en el tráfico de drogas. Fuentes militares informaron que lo hacían de dos formas: mediante la custodia de cargamentos en el centro del país y también por la venta al mayor en El Sombrero. Esto originó enfrentamientos con otras bandas ya establecidas. El 7 de febrero de 2012, por ejemplo, asesinaron a Luis Abad Maluenga e hirieron a Wilson Torrealba durante un tiroteo en el barrio Campo Alegre.
En la actualidad, el grupo del Picure contaría con 25 miembros, algunos de ellos soldados de la Fuerza Armada Nacional plenamente identificados. Los muertos o detenidos han sido remplazados por nuevos cuadros. Usan armas cortas, así como también fusiles Colt AR-15, AK-103 y FAL. Tenían en su poder al menos un lanzagranadas antitanque (AT4), que fue recuperado en septiembre. Entre sus últimas adquisiciones figuran dos fusiles rusos hurtados en agosto de la base aérea de El Sombrero.
Cadáveres en San Juan. Hasta ayer en la tarde permanecían en la morgue de San Juan de los Morros los cadáveres de los ocho integrantes de la banda fallecidos el sábado. Entre ellos, los de Bethzabeth Aponte y Mileidis Belisario. Fuentes de la Fiscalía señalaron que varios internos de la Penitenciaría General de Venezuela presionaban para que los entregasen a sus familiares.
El Cicpc busca al Picure en San Juan de los Morros, Calabozo, El Sombrero y Barbacoas, donde aún opera parte de sus redes delictivas.





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