viernes, 27 de diciembre de 2013

Militares asesinados se habían escapado del servicio a una fiesta


 Nadie sabe con exactitud lo que realmente pasó la madrugada de ayer en el barrio El Cafetal, kilómetro 12 de El Junquito.

Lo cierto es que la balacera que despertó a los vecinos de la parte baja, culminó con cuatro funcionarios de la Guardia del Pueblo asesinados en plena vía pública.

Tres de ellos estaban en horario de servicio, pero decidieron escaparse de sus labores e irse para la zona a disfrutar de una fiesta.

Fueron identificados como: sargento I Orlando Enrique José Mendoza Montilla, de 24 años; sargento I Omar Lorenzo García Brochero, de 23, y el sargento I Darwin José Parra Gómez, de 23 años.

El cuarto efectivo asesinado estaba de permiso, y respondía al nombre de Jexsar del Carmen Robles Cobos, de 25 años. Era sargento II del organismo de seguridad.

De acuerdo a la versión que ofrecieran testigos del hecho y funcionarios del Cicpc, el efectivo Parra Gómez, quien era residente del sector Luis Hurtado (parroquia El Junquito) sabía de la fiesta que estaban realizando en el barrio.

Aunque le tocaba trabajar, acordó con sus compañeros asistir a la celebración e invitar al que estaba de permiso.

Los cuatro estaban adscritos al comando de seguridad de Maripérez, y llegaron al barrio en dos motos oficiales, con ropa de civil.

La fiesta, según dijeron testigos, se llevaba a cabo en la casa de una familia conocida como "Los Guajiros". Tenían varios días ofreciendo la reunión pública, donde los asistentes pagaban por entrar.

Al parecer, en horas de la madrugada, uno de los militares sostuvo un intercambio de palabras con un sujeto.

No se supo la causa del altercado. Por ello, los funcionarios decidieron retirarse del lugar y cuando salieron a montarse en las motos fueron atacados a tiros.

Dos ya se habían sentado en las unidades cuando recibieron los disparos. El resto de los efectivos se enfrentó, pero cayeron muertos también.

A todos les dispararon en la cabeza y rostro.

Jexsar sufrió la peor parte, pues al caer al piso también le dispararon en cada ojo.

Los pistoleros se apoderaron de las tres armas que llevaban los militares que estaban fugados de su servicio, y huyeron.

En horas de la mañana, cuando se confirmó el cuádruple homicidio, al barrio llegó un contingente de la Guardia del Pueblo, el Cicpc y policías.

Mientras acordonaban la zona del suceso, detuvieron a tres personas por averiguaciones.

Se conoció que están manejando la identidad de dos hermanos que pudieran estar involucrados en el hecho, y que también forman parte de un colectivo armado.

El subdirector del Cicpc, comisario Douglas Rico, estuvo en el lugar y manifestó que un equipo especial está abocado a las investigaciones.

Por su parte, vecinos indicaron que la zona es tranquila, y es muy raro que pasen estas cosas allí.

Según las estadísticas, en ese barrio no se cometía un homicidio desde hacía seis meses.



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