viernes, 31 de enero de 2014

Salud: Aunque no tengas SEXO tu vagina se puede enfermar

Por: Fatima Morillo
Asistir a una consulta ginecológica no tiene que ser siempre porque se inició la vida sexual o para el control del embarazo. Lo más recomendable es ir desde la primera menstruación para hacer chequeos y verificar que todo está en perfecto estado.
No solo las chicas que están activas sexualmente tendrán enfermedades o problemas ginecológicos puesto que existen algunos de estos que se dan frecuentemente antes y después de iniciarse íntimamente, como lo son el síndrome de ovarios poliquísticos y vaginitis.
Además, está el cáncer de cuello uterino, el cual tiene factores predisponentes que son: la edad de las primeras relaciones sexuales, la multiplicidad de parejas y que esas parejas a su vez sean promiscuas.
Síndrome de ovarios poliquísticos:
Es un problema de salud frecuente en las adolescentes. Aunque no se conocen sus causas, parece estar relacionado con un desequilibrio hormona y un incremento en la producción de insulina.
Cuando se tiene este síndrome, los ovarios producen grandes cantidades de andrógenos, la hormona masculina, y esto afecta el desarrollo y liberación del óvulo, es decir que, a veces, en vez de formarse y madurar el óvulo, se desarrollan quistes en los ovarios, que son bolsitas llenas de líquido. Esta bolsita no se libera durante la menstruación, como debería ocurrir con el óvulo, estas crecen y siguen aumentando de tamaño, esto produce que las chicas no tengan presencia de menstruación o tengan periodos irregulares.
Sus síntomas son: periodos muy fuertes o irregulares, aumento de peso, obesidad o dificultad para mantener un peso normal, hirsutismo, poco cabello en la cabeza, acné y poros obstruidos, oscurecimiento y engrosamiento de la piel alrededor del cuello, axilas o senos, hipertensión, colesterol alto o diabetes.
Las chicas que padecen esta afección son más proclives a la infertilidad, crecimiento excesivo de vello corporal, obesidad, diabetes, cardiopatía, hipertensión, sangrados uterinos anómalos y cáncer.
Esta enfermedad no tiene cura, aunque si se trata a tiempo se puede controlar. El paso más importante consiste en diagnosticarlo, ya que el hecho de recibir un tratamiento adecuado reduce las probabilidades de que los pacientes desarrollen efectos secundarios o colaterales graves.
Este síndrome desencadena una serie de problemas que son: amenorrea, dismenorrea, oligomenorrea e hipermenorrea.
Amenorrea:
Es la falta de menstruación en una mujer. Se pueden clasificar en dos grandes grupos: amenorreas primarias y amenorreas secundarias. Las amenorreas primarias son aquellas en las que una mujer nunca ha menstruado, a pesar de haber alcanzado una edad en la que esto ya debería haber ocurrido, y que se establece entre los 16 y los 18 años como máximo; y las amenorreas secundarias son aquellas que le suceden por algún motivo a una mujer que hasta ese momento menstruaba con regularidad.
Sus causas pueden ser anomalías hormonales, hipogonadismo o hipogonadotropo, pubertad retrasada y síndrome de Kallman. Otra de las causas son las anomalías de los genitales, síndrome de Turner, síndrome de Swyer, síndrome de Morris, de Rokitansky e Himen imperforado.
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Dismenorrea:
Es una irregularidad de la función menstrual que se caracteriza por períodos dolorosos que aparecen con la menstruación. Muchas adolescentes experimentan calambres menstruales justo antes y durante sus períodos menstruales. Para algunas, el malestar es más que molesto. Para otras, puede ser lo suficientemente grave como para interferir con las actividades cotidianas por unos días cada mes.
Sus síntomas son dolor sordo, de larga duración, palpitante o calambres en la parte baja del abdomen, dolor que se irradia a la zona lumbar y los muslos. Hay algunas que experimentan náuseas, vómitos, heces líquidas, transpiración o mareo.
La dismenorrea es un problema tratable, existen medicamentos y tratamientos caseros que disminuyen el dolor. Si el dolor es causado por un trastorno subyacente, como endometriosis o fibromas, se necesitará de cirugía para reducir los síntomas.
 Oligomenorrea:
El ciclo menstrual regular dura de 28 días, aproximadamente, en el caso de la oligomenorrea este ciclo es más largo, pudiendo alcanzar los 90 días. Se deben hacer análisis hormonales entre el tercer y el quinto día del ciclo para determinar cuál es la causa de sufrir este trastorno.
Sus causas pueden ser: obesidad, trastornos alimentarios o pérdida repentina de peso, glándula del tiroides hiperactiva, hacer ejercicio excesivo, enfermedades emocionales o psíquicas, aumento de los niveles de prolactina, síndrome del ovario poliquístico y crecimiento de la producción de andrógenos.
Hipermenorrea:
Se llama “hipermenorrea” a la hemorragia menstrual abundante, que se traduce en el aumento de paños que debe cambiarse la mujer durante la menstruación. Para que la cantidad de menstruación sea normal debe haber una buena contracción del útero, el endometrio cubrirse adecuadamente del tejido epitelial y la coagulación de la sangre tiene que ser normal.
Este problema tiene diversas causas, que pueden ser: alteraciones de la contracción del útero, aumente de la superficie sangrante del útero, congestión del útero, alteraciones de la sangre y enfermedades generales.
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Vaginitis:
Es una inflamación de la pared mucosa de la vagina, que normalmente se acompaña de afectación vulvar, por lo que es más común hablar de vulvovaginitis. Esta inflamación es más frecuente en niñas y adolescentes. Las mujeres padecen de vaginitis a lo largo de su vida.
Sus causas pueden ser infecciones, reacciones alérgicas, traumatismos o cuerpos extraños en el interior de la vagina y hormonales. Sus factores de riesgo son: inmunodepresión, tratamientos prolongados con antibióticos de amplio espectro y corticoides, anticonceptivos orales, embarazo, diabetes, obesidad, usar ropa muy ajustada y el cigarrillo.
Sus síntomas son: picazón, hinchazón, enrojecimiento de los tejidos y una secreción vaginal extraña denominada leucorrea. El flujo vaginal normal es blanco, heterogéneo y carece de olor; cualquier cambio en las características del mismo puede indicar la presencia de una vaginitis infecciosa.
Si tiene síntomas de alguno de estos problemas es necesario asistir a la consulta ginecológica, para así controlar estos problemas. Para evitar infecciones en el aparato reproductor se recomienda no usar ropa ajustada, utilizar jabones íntimos que controlen el pH, no sentarse en baños públicos tal y como recomiendan las mamás, tías y abuelas, no abusar del ejercicio, entre otras cosas.



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