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Las mafias de bachaqueros enquistadas en el Zulia se las ingenian
cada día más para seguir llevándose los productos regulados a Colombia.
Entre sus modalidades están la utilización de unidades de
transporte público, acaparamiento en zonas rurales y urbanas de
Maracaibo y la compra excesiva de artículos al detal en supermercados
y pequeños abastos.
En la subregión Guajira existen 52 rutas de transporte público que
sirven para movilizar a 285 mil habitantes, pero el 30% de las
unidades ha desertado en los últimos meses para migrar al contrabando de
alimentos y gasolina en la zona fronteriza, aseguró Erasmo Alián,
secretario general de la Central Única de Transporte del estado Zulia.
“Nosotros hemos recibido denuncias de la deserción del transporte
público en sus actividades para dedicarse al bachaqueo, los choferes
prefieren pasar alimentos o gasolina al otro país que dar vueltas
transportando pasajeros.
No solo ocurre con los transportistas de esos municipios, también de
Maracaibo, sobre todo las líneas por puestos de la zona oeste, han
abandonado sus trabajos para dedicarse al contrabando”, explicó Alián.
Advirtió que con las nuevas leyes, los conductores están propensos a
perder sus vehículos en caso de ser detenidos con contrabando.
Recientemente, la Guardia Nacional Bolivariana retuvo en el municipio
Mara cuatro carritos por puesto repletos de artículos de la cesta
básica en su parte trasera, mezclados con productos como sueros médicos
y de aseo personal.
“Como las inspecciones son más rigurosas en los vehículos pesados, los
cabecillas de estas organizaciones captan a los conductores por puestos
y hasta taxistas para llevar la mercancía, de forma más discreta, a
Colombia, haciendo hasta cinco viajes al día hacia la frontera”, reveló
un vocero de la Policía Municipal de Mara.
“Además de utilizar gandolas y por puestos, ellos se movilizan en
buses, camionetas y autos particulares hacia la frontera. Siempre van
con bolsas pequeñas, llevando dos kilos de cada producto y del otro
lado del puente del río Limón los espera un camión y así sacan el
cargamento más grande. Igual pasa con la gasolina, calculan la cantidad
que gastarán en el recorrido y el resto (80 o 100 litros) lo revenden
en Colombia”, explicó un funcionario del Cpbez.
El secretario de Seguridad y Orden Público, Jairo Ramírez, confirmó
también que los transportistas se han volcado a la acción delictiva
con sus unidades de transporte.
“En Zulia se ven busetas, por puestos y otros carros viejos para pasar
desapercibido los alimentos, quizás aquí no tanto, pero en el caso de
Táchira, los contrabandistas pasan a pie porque están mucho más cercanos
a la frontera”, sostuvo el funcionario público.
Destacó que las autoridades en los puntos de control hacen una
revisión más exhaustiva de los camiones con mercancía pues otra
modalidad es utilizar falsas guías de movilización.
Al ser consultado sobre las operaciones que “desangran” al país, el
comandante de la Policía Fiscal Aduanera de la Guajira colombiana, el
mayor Alejandro Carreño, indicó que “los contrabandistas que operan en
Zulia, Táchira y Apure son dirigidos y financiados por comerciantes
colombianos, quienes se lucran de los productos venezolanos”.
“Por las retenciones que hemos hecho del lado colombiano, sabemos que
estas personas (bachaqueros) sacan alimentos de los establecimientos,
los guardan cerca de la frontera para luego pasarlos al país”, dijo
el jefe policial.
Y es que así ocurre. En algunas casas abandonadas y negocios de las
parroquias Venancio Pulgar, Ildefonso Vásquez, San Isidro y Antonio
Borjas Romero fungen como centros de acaparamiento de miles de
toneladas de alimentos, esperando ser llevadas al vecino país. Tal como
sucedió el pasado viernes, cuando los vecinos denunciaron la entrada y
salida constante de camiones 750 de una residencia solitaria, en el
barrio Balmiro León.
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