jueves, 5 de junio de 2014

Educación sexual: ¿Positivo o negativo? Qué pasa cuando un hombre no quiere sexo

(Caracas, 5 de junio).- A menudo escuchamos o participamos en conversaciones sobre sexo en las que muchas veces hacemos alarde de una actividad suprema, frecuente y satisfactoria o damos consejos para lograr ese objetivo partiendo del gozo, disfrute y dispuestos a ser activos sexualmente.
Actualmente, ha aumentado de forma significativa las consultas por falta de deseo sexual en los consultorios psicológicos, sexológicos y médicos. Muchas veces el motivo es por algún síntoma físico o psicológico que pareciera no tener relación con la sexualidad y es frecuente tanto en hombres como mujeres de diferentes edades; aunque las mujeres piensen infinitas cosas cuando su pareja le dice “hoy no tengo ganas”.

Viagra, ¿la pastilla mágica?

Ante la falta de “ganas”, surge la fantasía de fórmulas mágicas que generarían deseo de manera automática y garantizan el placer sexual. Este medicamento ayuda a lograr una erección pero no causa el deseo. Malas experiencias sexuales, vivencias traumáticas, duelos, la educación que hemos recibido, miedos, tabúes, los cambios que sentimos en el cuerpo, la falta de diálogo, el desconocimiento de la sexualidad del otro y los conflictos, entre otros, pueden ser las causas de la falta de deseo sexual.

¿Le pasa a las mujeres y hombres por igual?

Sí, la diferencia es que las ellas tienen más permiso social para hablar de sus problemas, emociones, fantasías y son las que generalmente consultan cuando se presenta un problema de salud o algún malestar. Por su parte los hombres cumplen con el rol de ser los más fuertes, sostenedores, proveedores, siempre deben estar bien y dispuestos al sexo; no deben llorar, no se enferman, no consultan por vergüenza. Es normal que ellos también pueden no tener ganas finalmente, son humanos.

Algunos motivos que pueden provocar la falta de deseo sexual en los hombres:

* Estado depresivo no diagnosticado
* Preocupaciones económicas, laborales o familiares
* Baja autoestima
* Presencia de una enfermedad física
* Alto nivel de exigencia para demostrar un buen desempeño sexual frente a su pareja y frente a sus pares
* No reconocimiento de los cambios corporales que se van suscitando con el paso del tiempo (andropausia)
* Consumo de alcohol, cigarrillos y otras sustancias tóxicas
* Prácticas sexuales que resultan monótonas y aburridas
* Falta de diálogo en la pareja sobre la sexualidad y los deseos de ambos
* Necesidad insatisfecha de explorar e innovar en la intimidad sexual
* Vergüenzas, pudores y miedos
* Desconocimiento de la fisiología, de la respuesta sexual del varón y de la mujer
* Desconocimiento del cuerpo femenino y del placer femenino
* Ansiedad
* Temor a volver a tener un mal desempeño sexual si ya se presentó en alguna oportunidad (dificultad para sostener la erección, eyaculación precoz, etcétera)
* Crisis en la pareja.
* En el embarazo y el puerperio puede presentarse la falta de deseo sexual por diferentes causas

La solución está en nosotros

Tanto para los hombres como para las mujeres permitirse consultar frente a alguna dificultad sexual, de pareja o emocional es la manera de empezar a resolver lo que sucede. El placer es un derecho humano, no debe vivirse como imposición, mandato, con culpa o miedo al castigo.
La sexualidad forma parte de la salud emocional, psíquica y física de las personas, por lo tanto podemos darnos el permiso de vivir el sexo como queramos, potenciar nuestras capacidades y escuchar nuestros deseos.




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