Aunque
al funcionario le robaron la pistola de uso oficial para despistar a
los investigadores del Eje de Homicidios de Aragua, el móvil del crimen
se orientó hacia un acto de venganza, según el resultado de las
investigaciones periodísticas.
De
acuerdo a los datos recabados, el gendarme investigado, quien fungió
como chofer de la víctima cuando ésta estuvo en la dirección del Centro
de Coordinación Policial Mariño II, tuvo un fuerte altercado y amenazó
de muerte a su jefe.
Seguidamente
Carlos Antonio, en aras de evitar hechos desagradables en su comando
situado en el sector Arturo Michelena, lo transfirió a la estación
policial de Rosario de Paya.
Sin
embargo, el sujeto iracundo y molesto planificó la tragedia. Contactó
los servicios de unos delincuentes de la banda “El Felipito”, la cual
opera en la comunidad de Samán Tarazonero.
Le
habría dicho lo siguiente: “Ustedes hacen el trabajo y se quedan con la
pistola de Villasana” para desvirtuar la investigación. Como el
gendarme conocía el movimiento del jefe y los sitios que frecuentaba en
las primeras horas de la mañana, se trasladó con sus compinches al
sector La Atascosa, en donde le montó guardia.
En
el crimen participaron cuatro individuos incluyendo el agente. El
policía, quien estaba de reposo debido a una herida por arma de fuego en
una riña registrada en una fiesta en San Jacinto, se acercó a ese lugar
en un Ford Fiesta Power, de color negro. Se hizo acompañar de dos
antisociales y un cuarto se presentó en una moto Empire de color negro.
Una vez
que ejecutaron el homicidio, los malvivientes emprendieron la huida con
destino desconocido. Luego de conocerse el trágico desenlace, el
secretario de Seguridad, general Erling Rojas Castillo y el comisionado
agregado Noé Liendo, director general de la PA, giraron las
instrucciones de rigor al comisionado Saúl Ramos, director del Centro de
Coordinación Policial del municipio Libertador y al supervisor Alexis
Aguirre.
Ambos
funcionarios “peinaron” distintos rincones de los municipios
Libertador, Linares Alcántara, Lamas y Santiago Mariño. Contaron con la
ayuda del personal de la Diep y los del eje de Homicidios de Aragua,
bajo la responsabilidad del inspector Gilbert Cruz.
Transcurridas
varias horas, los investigadores ya tenían identificados a los
responsables del vil asesinato. El meollo del asunto se despejó cuando
apresaron a uno de los vinculados en el hecho y en medio de la presión,
“cantó clarito la historia”.
Tres
de los cuatro sospechosos fueron aprehendidos en Samán Tarazonero II,
específicamente en la manzana 3, casa número 1.. En rueda de prensa, el
comisionado Saúl Ramos, con la venia de la superioridad, identificó al
presunto policía como Jhon Eduardo Ordóñez Hernández, de 34 años de
edad y sus secuaces Luis Eduardo León Espinosa (24) y Yeison Alfonso
Ayala Salinas, de 26 años de edad.
Falta
por detener a Manuel, quien es miembro de la banda de “Felipito” y es
uno de los fugados del Centro de Atención al Detenido de Alayón, de los
últimos escapados de ese recinto.
Durante
el procedimiento, los pesquisadores (Cicpc, PA y la Diep) recuperaron
dos motos: una Yamaha YT-115, de color negro y una Empire Horse 150cc,
de color negro, así como dos armas de fuego correspondiente a una
pistola marca Glock, modelo 26, calibre 9, serial CLH367, solicitada
ante la Subdelegación de Los Teques del estado Miranda por el delito de
hurto, de fecha 25 de febrero del 2009, expediente I-127.560 y un
revólver calibre 38, serial número AT517807, dos bombas lacrimógenas y
dos chalecos antibalas.
Por
su parte, el general Erling Rojas Castillo, durante el acto de arranque
del dispositivo “Navidades Felices” Aragua 2014 en el estacionamiento
del Coliseo de El Limón, confirmó la participación en ese hecho de
sangre de un funcionario de la PA y señaló además que falta por detener
una persona que es miembro de una banda.
Puntualizó
que al supervisor jefe Villasana se la habían “jurado” con matarlo,
debido a la detención de un delincuente que paró en la cárcel. Finalizó
diciendo que el caso está plenamente resuelto y felicitó a todos los
funcionarios que “le pusieron corazón” para llegar a la identidad y
paradero de los presuntos implicados.
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