"Liberar a Simonovis sería
importante para la reconciliación, pero el diálogo no debe limitarse a
eso..." "En Venezuela existe libertad de expresión con limitaciones. Yo
quisiera que hubiera mucha más".
Son pocos los hombres públicos venezolanos que tienen el privilegio de
sentarse a conversar, en serio, tanto con la alta dirigencia del
chavismo, así como con la de oposición. Uno de ellos es el periodista
Vladimir Villegas, quien, habiendo dejado las filas del oficialismo, ha
sabido manejarse como ferviente "militante del partido del dialogo".
Pero en medio de tan complicado ejercicio de equilibrio no falta la
leyenda negra y él no tiene problema en reconocer que mucha gente lo
acusa de "guabina". Guabina, sin embargo, que aparece a la hora de los
tan frecuentes y poco fructíferos llamados al diálogo, sobre todo en
situaciones como las que vivió el país durante el primer semestre del
año.
-El 26 de febrero, en la instalación de la
Conferencia por la Paz, dijiste que "haremos lo necesario para evitar
más muertes". Le planteaste al Gobierno la creación de "un clima de
confianza" para sostener el diálogo y las garantías suficientes para
saber que "no vamos a perder el tiempo". Seis meses después, ¿no crees
que perdiste el tiempo, que no se creó ningún clima de confianza y que
no se evitó más muertes?
-Se evitó situaciones más graves de
las que vivíamos entonces porque la convocatoria a diálogo logró, en
alguna medida, bajar los ánimos y crear conciencia de que por esa vía se
puede resolver los problemas. Creo que no se perdió el tiempo porque no
están cerradas las puertas a la posibilidad de volver al diálogo,
extenderlo a todos los ámbitos y resolver el caso de los detenidos.
-Propusiste liberar a Simonovis y no pasó nada.
-Lamentablemente
no ha pasado, aunque se debe retomar esas iniciativas. Sería un paso
importante hacia la reconciliación. Ahora, el diálogo no debe limitarse a
este tipo de situaciones porque está por encima de cualquier
condicionante y esas medidas podrían ser resultado de un exitoso proceso
de conversaciones. En ese sentido convocan al optimismo posturas como
la del nuevo Secretario General de Unasur, el expresidente colombiano
Ernesto Samper, quien puede contribuir al restablecimiento del diálogo e
intuyo que si lo planteó es porque recibió alguna señal del Ejecutivo.
-También
recomendaste la creación de un grupo de trabajo que se acordara sobre
una agenda previa. Está claro que no se trataba solo de superar una
situación de violencia, sino de abrirle camino a la convivencia y a la
gobernabilidad. Pero de eso no quedó nada.
-En el campo
económico se crearon grupos de trabajo. Si bien no se resolvieron los
grandes problemas, algunos temas, planteados por los empresarios, se
fueron resolviendo.
-Pero los problemas de fondo se dejaron intactos.
-Efectivamente
y por eso me atrevo a replantear la creación de un Consejo de Asesoría
Económica, compuesto por voces independientes, procedentes de distintos
sectores y con diferentes visiones, chavistas y no chavistas, que le
propongan al gobierno iniciativas en esa materia. Así el Gobierno
dejaría de remitirse solo al criterio de quienes comparten su mismo
pensamiento económico.
-Ante los magros frutos de la
iniciativa, ¿no cabe pensar que el Gobierno se decantó por el diálogo en
un momento de debilidad y que luego de recuperar el control, olvidó las
buenas intenciones?
-Esa es una hipótesis. Pero en realidad
no había convencimiento total, ni en el gobierno, ni en la oposición,
sobre la necesidad del diálogo. Desde ambos sectores se saboteó por
falta de claridad y de unanimidad, en torno a ese recurso del cual
podemos sacar provecho todos los venezolanos. Por eso era difícil que
cristalizara. Ahora, en el mundo sobran ejemplos de tentativas que, a
pesar de las dificultades, terminan por imponerse, como lo está
demostrando el caso colombiano. Es difícil ponerse de acuerdo, máxime
cuando no hay voluntad de reconocer la existencia del otro quien,
además, tiene el derecho de pensar diferente.
-Todo
depende de hasta dónde se quiera llegar. Si vas al diálogo con un
gobierno que no está dispuesto a conceder en nada (ni en lo coyuntural
ni en lo estructural) y se mantiene aferrado a una concepción de la
economía que está llevando el país a la quiebra, no hay nada qué hacer.
-Ese
es un tema para la discusión. Yo no soy economista, pero creo que se
debe escuchar otras voces y atender las realidades de la economía, lo
cual no implica olvidar a los más débiles. Así mismo, se impone la
necesidad de pasar de un modelo rentista a uno productivo, objetivo que,
siendo el gran reto del proceso, no se ha podido cumplir. En realidad
hemos retrocedido y hoy somos más rentistas que hace 15 años.
-¿No
obedece ese retroceso al intento de imponer una economía que, bajo la
óptica marxista-leninista, está condenada al fracaso?
-No
creo que nuestros problemas económicos obedezcan al intento de imponer
un modelo marxista-leninista. Aquí no hay ni marxismo-leninismo, ni
socialismo. Tenemos, sí, la reproducción de las taras de modelos del
pasado. Lo que se plantea es hacer real el mandato constitucional, que
da espacio a una economía mixta y a diversos tipos de propiedad.
-Cuando digo marxismo-leninismo me refiero al control creciente del Estado sobre la actividad económica.
-¿Cómo hablar de un modelo marxista-leninista en una sociedad donde la banca es el sector con mayores ganancias?
-Esa
es una de las contradicciones en las que se debate el Gobierno. Pero,
¿niegas su intención de controlar actividades económicas que no le
corresponden al Estado?
-El Estado debe preocuparse de lo que
le corresponde. No puede tomar, de manera dogmática, medidas
privatizadoras o estatistas. Creo, por ejemplo, que las empresas
estratégicas no deben ser privatizadas.
-Pdvsa está viviendo una crisis profunda.
-Es
difícil la situación de Pdvsa. No soy experto en el tema y como decía
Luis Herrera, "a animal que no conozco no le jurungo el rabo". Pero es
evidente que vive una situación compleja. Veremos si los cambios que se
han dado apuntan a la corrección de los problemas. Pero insisto, todo
eso se puede plantear en una instancia como la del Consejo de Asesoría
Económica. Hay que pasar de los temas puntuales a los grandes temas.
Creo que se debe fortalecer al empresariado nacional. A mí me da envidia
observar a presidentes de otros países, en sus giras internacionales,
acompañados de representantes del sector privado. ¿Por qué nuestro
presidente no los incluye en su comitiva?
-¿No será porque los quiere liquidar como clase?
-No
creo que quiera liquidarlos, pero ha habido errores en la conducción
de la política económica. Cuando el presidente Maduro se sentó a
conversar con Fedecámaras se envió un mensaje muy positivo que debe
repetirse. La agenda compartida por ambos factores es muy amplia y no
pueden caer en el chantaje de los extremistas, sean chavistas u
opositores.
-Así como el Estado tiende a controlar la
economía, hace lo propio con los medios. La tesis de la Hegemonía
Comunicacional, proclamada por Andrés Izarra, es un objetivo alcanzado
parcialmente. ¿Crees que el predominio de una sola visión informativa,
de una sola línea editorial, de un solo pensamiento, del reflejo de una
sola perspectiva sobre la realidad, se corresponden con la libertad de
expresión y el derecho a la información?
-Me remito a lo que
veo en la prensa y allí hay opiniones de todos los sectores. Eso es
apreciable en los medios de televisión y radio donde trabajo, en el
diario en el cual escribo y en El Universal. Que hay un
sector del gobierno que cree en la Hegemonía Comunicacional, sí, esa es
una postura. Como también había sectores mediáticos privados que
manejaban la Hegemonía Comunicacional a su manera. Se trata de dos
posturas extremas equivocadas. Yo soy partidario de la no hegemonía
comunicacional. Pero los dueños de los medios tienen derecho a venderlos
y si el señor Mata y el señor Zuloaga lo hicieron, fue decisión de
ellos. Que los nuevos propietarios establecen líneas informativas que no
son del gusto de algunos, es posible y también válido. Las presiones,
lamentablemente, existieron, existen y existirán. Bien sea del factor
gubernamental, militar, económico o religioso. No deberían existir, pero
están ahí.
-¿Por qué se les exige a los medios
privados equilibrio y objetividad cuando los medios públicos son ejemplo
palmario de falta de equilibrio y de objetividad?
-Creo que los medios públicos deberían hacer lo mismo que se les exige a los privados.
-¿Lo hiciste cuando eras presidente del Canal 8?
-Recuerdo
una entrevista que me hizo Milagros Socorro donde yo le decía que no se
le podía exigir equilibrio solo al canal 8. Todos los medios deben ser
equilibrados. Ahora, que un partido tenga a un diario, es otra cosa.
Pero medios como El Universal deben estar abiertos a todas las voces y opiniones. Eso es lo sano en democracia.
-Era, bajo tu presidencia, el canal 8 un medio abierto a todas las voces y opiniones?
-Recuerdo
que allí estuvieron, en momentos de elevada confrontación, Pompeyo
Márquez y Teodoro Petkoff quienes no fueron los únicos, pero que cito
porque el presidente Chávez llamó por teléfono y se incorporó a las
entrevistas. Eso fue noticia. Pero no olvido, tampoco, a medios privados
que le bajaban el volumen no solo a los chavistas sino también a
dirigente de oposición con puntos de vista moderados, que estaban en
desacuerdo con salidas no democráticas.
-¿Cómo quiénes?
-Como Eduardo Fernández y Claudio Fermín.
-¿Crees
que en Venezuela existe libertad de expresión? ¿Pueden los ciudadanos
expresar su opinión ante las represalias que genera una posición crítica
al gobierno?
-Existe libertad de expresión, existe con limitaciones. Yo quisiera que hubiese mucha más.
-¿No es la libertad como el embarazo? Se está o no se está. La tienes o no la tienes.
-La
libertad se debe ejercer con responsabilidad y dentro del marco
constitucional. Si haces una denuncia sin pruebas o llamas a derrocar un
gobierno democrático, debes asumir tu responsabilidad.
-¿No
atentas contra la libertad de expresión y el derecho a la información
cuando silencias hechos delictivos, le echas tierra a evidencias de
irregularidades, acallas denuncias u ocultas casos de corrupción?
-Si
hay un tema ante el cual debe imponerse la libertad de expresión es en
el de la corrupción, cuyo combate y derrota es clamor de toda la
sociedad.
-Eso no está ocurriendo.
-Hay
denuncias gravísimas y se están investigando, aunque otras no se
investigan como se debe. Aquí se han develado, a través de los medios,
muchos casos de corrupción.
-¿Cuántos presos hay por hechos de corrupción?
-Tiene
que haber muchos más. Hay muy pocos y son puntuales. Quizás no hemos
visto a los peces gordos presos. Espero verlos algún día.
-¿No te arrepientes de haber estado en el Gobierno?
-Yo no me arrepiento de nada. Ni me arrepiento de haber estado en el Gobierno.
-¿O sigues con el gobierno?
-No. No estoy con el gobierno, pero tampoco estoy con la oposición. Estoy conmigo.
-¿Eres como CAP. Ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario?
-El
país necesita algo distinto en materia política. Pero no me arrepiento,
aunque llegó un momento en el que consideré que debía retirarme. Eso
ocurrió cuando se propuso la reforma constitucional. A partir de ahí
asumí mis puntos de vista con total independencia y desde entonces
milito en el partido del diálogo. Creo que mi aporte consiste en apoyar
ese proceso y mantengo contacto, tanto con el gobierno como con la
oposición. En ese sentido apuesto al éxito del presidente Maduro y al de
su gobierno. Y lo hago porque si lo logra nos puede ahorrar muchas
dificultades. Si el gobierno fracasa pudiéramos vivir situaciones no
solo peores sino que nos pueden hacer mucho daño.
-¿No se impone, entonces, la rectificación?
-En lugar de pensar en un cambio de gobierno, prefiero apostar a que el Gobierno cambie. Por eso creo en el diálogo.
-Hay tres hermanos Villegas periodistas. Uno, Mario está en la oposición, otro, Ernesto, en el Gobierno y tú en el medio.
-Es
así. Además, estoy en el medio porque Mario me lleva nueve años y yo lo
le llevo la misma cantidad a Ernesto. A mi mucha gente me acusa de
guabina (pez de río) y yo quisiera decir que las guabinas también tienen
derecho a existir. Si se extinguen se altera el equilibrio ecológico.
-¿No te importa el mote?
-No me importa. Me siento cómodo. Es mi manera de ver al mundo. A mí no
me van a meter en el esquema blanco y negro. Yo creo en una sociedad
donde los grises se perciban.
-¿Te sientes cómodo en Globovisión?
-Globovisión
ha venido haciendo un gran esfuerzo en cuanto a la diversidad. En su
proceso de transformación ha dado cabida a todas las opiniones y
posiciones. Lo mismo pasa con Unión Radio, donde puedo hacer un
periodismo sin cortapisas. Nunca se me ha impedido hacer la tarea con el
profesionalismo debido. Quienes condenaron a priori a Globovisión se
equivocaron. Creo que han debido esperar el desarrollo del canal tal y
como se ha venido dando y se puede apreciar.
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