La venta de tabletas en todo el mundo se
disparó desde el 2010 con el lanzamiento del primer iPad, desde
entonces no ha hecho más que crecer. En el mercado se encuentran cientos de modelos, desde pantallas de 7 pulgadas hasta 12 pulgadas y con un sinfín de configuraciones.
En el 2014, la curva de crecimiento cayó
considerablemente de 55% en 2013 a 11% en 2014, lo que se traduce en
229 millones de tablets vendidas durante el 2014.
Podría pensarse que pasaron de moda y que el formato ha caducado, pero lo que en realidad ocurre es que el mercado está saturado y todas las personas que querían uno de estos artefactos ya posee uno y no necesita renovarlo.
Desde los primeros modelos de tableta, ha habido poca innovación en el mercado,
los dispositivos han evolucionado poco. No sólo hacen falta mejores
pantallas y procesadores más potentes, sino un avance que mejore su
utilidad.
Todos los productos que salen al mercado, pasan una serie de etapas desde su lanzamiento, es decir, cumplen un ciclo. Primero, introducción, segundo crecimiento, tercero madurez y cuarto declive. Las tabletas se encuentran en su fase de madurez, donde el crecimiento se detiene porque el mercado no crece.
Lenovo lo ha intentado con el
Yoga Tablet 2 Pro, añadiendo a la tableta un proyector que puede crear
una imagen de 50″ sobre una pared a una resolución de 854x480px
durante 4 horas. Pero, aunque es un avance interesante, tampoco es algo
que vaya a cambiar el paradigma de la tableta.
Para que las tabletas “sobrevivan” necesitan evolucionar, ya sea mediante software o hardware, y por una razón u otra, volver a una fase de crecimiento.
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