El hombre vivía en el estado Anzoátegui pero el 18 de julio pasado
vino a Caracas con su esposa y dos hijos, de 1 y 3 años de edad,
respectivamente. Tenía una cita médica en una clínica de la capital
donde se pondría en tratamiento por problemas de sinusitis que le
produjo el trabajo con químicos y madera en su carpintería.
Zapata era epiléptico desde niño pero estaba medicado. El 22 de julio
discutió con su esposa y se marchó del hotel donde se hospedaban en
Plaza Venezuela con su hijo de 3 años. Se subió con él en un taxi,
aparentemente en medio de una crisis. El niño fue localizado solo en una
calle por la GNB y el hombre apareció en otro lugar.
Ante esa situación la esposa de Zapata tomó su equipaje y se fue con
su pareja, además de los niños en busca de boletos para devolverse a
Anaco, pero en el terminal de Oriente no encontró y decidió hospedarse
esa noche donde unos parientes en la avenida Lecuna.
En la madrugada su esposo de nuevo tuvo una crisis, reventó una
puerta y se escapó sin decir adonde. Lo estuvieron buscando al amanecer
sin éxito. Familiares viajaron desde Anzoátegui para ayudarlos pero no
daban con su paradero. Presuntamente el domingo fue visto saliendo del
hospital Miguel Pérez Carreño donde un traje quirúrgico.
Un vigilante le dijo a la familia que fue llevado al hospital por una
comisión de PC. Ellos siguieron buscándolo hasta que la mañana del
miércoles apareció su cuerpo flotando en el Guaire. Tenía un tiro en el
hombro. Le robaron un reloj de marca, una suma no determinada de dinero
y celular que cuesta 200.000 mil bolívares, informaron familiares desde
la morgue de Bello Monte.
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