Los delincuentes fueron interceptados cuando huían por la Intercomunal de Antímano el sábado en la noche.
Un grupo de habitantes de Antímano
intentó matar a golpes a tres de los cuatro hombres que supuestamente
participaron en el asalto a un transporte colectivo y el posterior
homicidio de un mototaxista que los perseguía en la Intercomunal de
Antímano, el sábado en la noche.
Los
integrantes de la banda robaron las pertenencias de los usuarios de una
buseta de la línea Ucab-Antímano. Pero una de las mujeres que iba en
la unidad se negó a entregar el teléfono celular. Para presionarla, uno
de los atracadores tomó como rehén a una niña.
Eso
ocasionó la ira de las demás víctimas, quienes se abalanzaron sobre
los hampones y los obligaron a huir. Los pasajeros enardecidos gritaban
mientras los perseguían, lo cual llamó la atención de transeúntes.
Entre estos se encontraba el mototaxista Alex Antonio Márquez, miembro
de un consejo comunal, que se incorporó al seguimiento.
Tres
de los cuatro hampones se apoderaron luego de un vehículo usado para
transporte público de ruta troncal. Aun así los alcanzaron frente a la
Coca Cola de la avenida Intercomunal. Al verse rodeados dispararon.
Márquez, de 28 años de edad, fue impactado en la cabeza y murió de
inmediato.
La poblada desarmó a los
delincuentes y los golpeó a mansalva brevemente hasta que llegó una
comisión de la Policía Nacional Bolivariana, procedente del puesto de
La Yaguara.
Uno de los asaltantes
huyó con el botín y un arma, mientras que otro tuvo que ser llevado de
inmediato al hospital Pérez Carreño. Los otros dos integrantes de la
banda tienen 19 y 20 años de edad. La comunidad los entregó a los
agentes.
En el lugar fue colectada una escopeta y una granada lacrimógena. El arma homicida supuestamente se la llevó el otro cómplice.
Los
detenidos coincidieron ayer en la Medicatura Forense con familiares y
allegados de Márquez, cuyo cadáver aún no había sido entregado.
Al
reconocerlos cuando apenas llegaban, los familiares se abalanzaron
contra ellos mientras oficiales de la Policía Nacional Bolivariana se
esforzaban para impedir la agresión. La situación se repitió cuando
hacían el traslado de los detenidos de regreso a la camioneta.
El
grupo de los deudos había crecido y todos querían descargar su ira. En
medio de los golpes, un agente del Cicpc desenfundó la pistola de
reglamento mientras intentaba disuadir a uno de los familiares.
Los
detenidos, con las franelas rasgadas y más moretones, fueron subidos a
la camioneta de Polinacional de regreso a la celda en La Yaguara.
Al
comprender lo que ocurría familiares de otros fallecidos se
solidarizaron con los de Márquez y pedían que dejaran a los detenidos
“un rato” con ellos. “Después pagan y quedan en libertad”, exclamó uno.
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