Una familia mexicana ganó su primera batalla para importar legalmente
un medicamento a base de marihuana, que ayudaría a controlar las crisis
epilépticas que padece su hija de ocho años, y que está prohibido en
México.
Raúl Elizalde y Mayela Benavides, los padres de Graciela que padece
síndrome de Lennox-Gastaut, una epilepsia infantil sin cura, lograron
que un juez mexicano autorizara en agosto la importación, portación y
consumo de Cannabidiol (CBD), un aceite derivado de la cannabis, mejor
conocida como marihuana.
El juez mexicano concedió a la familia, que radica en la norteña
ciudad de Monterrey, una suspensión definitiva contra la negativa de las
autoridades de salud de permitir el uso de CBD, dentro de un juicio de
amparo que todavía está en curso.
Además, el juez pidió a la familia que un doctor prescriba el
medicamento y presente un informe sobre los beneficios que traería a la
menor, quién sufre cientos de convulsiones al día, según los padres y el
abogado.
De obtener el medicamento, Graciela sería la primera persona en el
país en usar legalmente un tratamiento a base de marihuana, lo que abre
la puerta a la discusión de la necesidad de una reforma que permita el
uso de la droga para uso médico.
“Está pendiente de obtener la prescripción del doctor llevarlo al
juez y que el juez lo valore. Creo que en cuestión de semanas podríamos
comenzar a tener el medicamento”, dijo Raúl Elizalde, mientras veía a su
hija tomar un poco de sol recostada en un parque público cerca de su
casa.
La menor no habla, no tiene motricidad y depende de su familia para todo.
Elizalde dijo que planean comprar el medicamento en Colorado, en
Estados Unidos, en uno de los dispensarios de los hermanos Stanley, uno
de los mayores productores de marihuana del estado y quienes ayudaron a
desarrollar el aceite para su uso terapéutico en niños.
Tras agotar los tratamientos conocidos y una operación para Graciela,
el padre descubrió el medicamento luego de leer en Internet la historia
de Charlotte Figi, una niña estadounidense que logró reducir las
convulsiones que sufría desde la edad de tres meses, después de usar
aceite de CBD.
“El cannabidiol es un derivado medicinal de la marihuana, pero no es
la sustancia activa que da los efectos sicoactivos de la marihuana”,
dijo el neurólogo Saúl Garza, quien trata a la niña.
“Lo que estamos proponiendo es el uso (de medicamentos) para niños
que tienen enfermedades epilépticas que no han respondido a ningún otro
tipo de tratamiento y con los cuales hay evidencia preliminar de que se
pueda mejorar el nivel de vida”, dijo.
El neurólogo, jefe del departamento de neurociencias en el Instituto
Nacional de Perinatología en Ciudad de México, dijo a Reuters que en el
país hay alrededor de un millón de niños con epilepsia, de los cuales al
menos el 25 por ciento no va a responder a los tratamientos actuales y
de ellos al menos la mitad tienen una condición similar a Graciela.
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