Arnoldo Arcaya. María Sierra está pisando la tercera edad. Ella
estuvo por muchos años negada a confiar en Internet para hacer sus
diligencias bancarias, pero se cansó de hacer colas y perder tiempo y
decidió registrarse en la página web de su banco. Ahora hace casi todas
sus transacciones por ahí.
Para ella lo más tedioso
es tener que cambiar la clave “a cada rato”, responder las preguntas de
seguridad e inventar una contraseña diferente a las anteriores, aunque
sabe que es con el fin de reguardar su dinero. Lo que desconoce es que
todo eso está enmarcado en las Normas que Regulan el Uso de los
Servicios de la Banca Electrónica, emanada de la Superintendencia de las
Instituciones del Sector Bancario y publicada en enero de 2011 en la Gaceta Oficial Nº 39.597.
En ella destacan los factores de seguridad que deben aplicar los bancos para que el cliente se sienta protegido:
El usuario con que se ingresa al sistema debe ser único y tener al menos 6 caracteres.
Los
cuestionarios (preguntas de seguridad) que le aplican a los clientes
serán definidos previamente y modificados una vez al año.
Cuando
la entidad financiera asigne una clave de acceso a la banca
electrónica, el cliente está en la obligación de cambiarla cuando lo
requiera. Esto es necesario, por lo general, para la primera vez que se
inicia sesión.
También hay “claves dinámicas”,
las cuales son generadas y enviadas al teléfono celular del cliente y
que pierden vigencia cuando se cierra la sesión por Internet.
Responsabilidad.
Las entidades acataron y ahora ofrecen en sus servicios en línea más
opciones para que sus clientes sientan que su dinero está resguardado y
que no sufrirán fraudes electrónicos; sin embargo, más allá de lo
teórico y todo lo que los bancos inviertan en seguridad, la principal
responsabilidad para evitar ser víctima es de los propios clientes, por
esa razón las instituciones financieras hacen cada vez más hincapié en
esto en sus mensajes de seguridad.
Cada banco
tiene procesos diferentes para que el usuario ingrese a su cuenta
personal y para hacer afiliaciones, transferencias, pagos y demás
movimientos.
Daniel Blanco, ex trabajador de una entidad financiera privada, enumeró algunos consejos que dan los bancos en sus páginas web:
Ingresar
directamente en la barra de direcciones del navegador el dominio de la
entidad, y no usar buscadores de Internet para acceder a la página del
banco.
En sus claves use aspectos similares a las letras; es decir, en vez de poner una “i” coloque 1.
Use varios caracteres, no se quede con los mínimos.
Algunos navegadores dan la opción de almacenar sus datos cada vez que inicia sesión; no los guarde.
No comparta sus datos.
Evite usar caracteres iguales consecutivos en una misma clave; es decir, 222 o LLL.
En caso de usar un servicio de coordenadas, reguarde los códigos en un lugar seguro.
Precise montos máximos para transferencias bancarias.
Si
cambia de número telefónico infórmelo en el banco para hacer la
modificación, de manera de continuar recibiendo información de los
movimientos de su cuenta.
En caso de irregularidades, contacte directamente al banco y no a terceros.
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