La saga fue un éxito, pero solo Harrison Ford fue una estrella
después. Indagamos en la trayectoria de los actores a los que se los
tragó el lado oscuro de la fama
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Star Wars hizo de Harrison Ford la estrella
que es hoy en día, pero, ¿qué pasó con el resto de sus compañeros?
Indagamos en el lado oscuro de algunos actores clave de la trilogía
original y nos encontramos con campañas de seguridad vial, cómics en
cajas fuertes, estupefacientes, y autógrafos a cambio de dinero.
DAVID PROWSE (DARTH VADER)
“En la primera reunión que tuvimos, George Lucas
me dijo que podía elegir entre interpretar un personaje llamado
Chewbacca y otro que se llamaba Darth Vader. Le pregunté que qué
demonios era Chewbacca, y me dijo que era una especie de oso peludo que
iba con los buenos. A mí no me apetecía nada pasar el verano disfrazado
de oso, y cuando me dijo que la otra opción era ser el villano de la
película, no tuve duda. Le dije: George, quiero ser Darth Vader”. El resto, como suele decirse, es historia, y el tandem formado por Toni Bestard y Marcos Cabotá han decidido contarla en I’m your father,
documental de próximo estreno que disecciona la vida de David Prowse.
El hombre bajo la máscara de Vader, paradójicamente, nunca pronunció la
frase que da título a esta película de no ficción: “No supe, hasta que vi Star Wars,
que habían sustituido mi voz por la de otro actor. Todos mis amigos me
preguntaban por ello, pero yo no tenía ni idea, ¡ésa no era mi voz!
Contrataron a otro actor (James Earl Jones) para doblarme. He de decir,
sin embargo, que James hizo un trabajo formidable”.
En su visita al Festival de Sitges, este culturista británico convertido en actor nos recordó que Star Wars
no ha sido el único clásico en el que ha participado. Seis años antes
de dominar el espacio exterior, se puso a las órdenes de Stanley Kubrick
en La Naranja Mecánica, componiendo el inquietante papel de asistente del escritor al que Malcom McDowell y sus drugos destrozan la vida. También nos desveló que fue él quien enseñó a volar a Superman: “Entrené
a Christopher Reeve durante dos meses para que pudiera interpretar a
Superman en la película de 1979. Yo realmente habría preferido hacer el
papel de Superman, pero fue una gran experiencia muscular a Christopher
Reeve. Durante esa época fuimos como hermanos. Muchas tardes, después
del entrenamiento, venía a cenar y a dormir a mi casa. Era un gran tipo”. Se podría pensar que, con un curriculum semejante, la Medalla de la Orden del Imperio Británico
que le concedieron a Prowse tuvo como coartada alguno de estos
trabajos, pero ni de cerca. La Reina Isabel le otorgó tal honor por Green Cross Code Man, un superhéroe camp al que Prowse dio vida para una campaña de seguridad vial de lo más exitosa: “En
los primeros años de campaña con Green Cross Code Man conseguimos
rebajar en más de medio millón los atropellos a niños en Gran Bretaña”.
Aunque todos los fans de Star Wars estén contando las horas que quedan para el estreno de El Despertar de la Fuerza, Prowse parece más interesado en la recepción que pueda tener I’m your father: “Me gustaría tener la oportunidad de volver a las convenciones oficiales de Star Wars, a las que no estoy invitado, por orden de Lucasfilm, desde hace muchos años. Sólo espero que este documental haga cambiar de opinión a George Lucas y a su empresa”.
MARK HAMILL (LUKE SKYWALKER)
¿Hay alguien que guarde sus cómics en la caja fuerte
de un banco? La respuesta es sí, y Mark Hamill es uno de ellos. Con
ejemplares que alcanzan los 100.000 dólares por número, el actor que
interpretó a Luke en la trilogía original pertenece a la élite americana
de los coleccionistas de tebeos. Sea o no debido a estas credenciales,
en los noventa le invitaron a poner voz al Joker en Batman: The Animated Series y al Duende Verde de la serie de dibujos de Spider-Man. También le causó problemas a The Flash
en sus dos adaptaciones a imagen real: en la serie de televisión
original se enfundó unas coloridas mallas para interpretar al villano
Trickster, el mismo rol que desempeña -con competencia desleal incluida-
en la serie actualmente en emisión. Cuando en el reciente capítulo Tricksters
el personaje de Mark Hamill se topa con Axel Walker, el encargado de
tomar el relevo tanto de sus malas artes como de su viejo nombre de
batalla, aprovecha para escupirle la frase que todos los fans, de aquí y
de allá, estaban esperando: “Yo soy tu padre”.
CARRIE FISHER (PRINCESA LEIA)
Si poco antes de fallecer él mismo por una sobredosis,
John Belushi te advierte de que tienes un problema con la cocaína,
probablemente es que tengas un problema con la cocaína. Carrie
Fisher ni siquiera esperó a convertirse en un juguete roto para lanzarse
a los brazos de la dama blanca, sino que en el rodaje de El Imperio Contraataca
ya estaba completamente enganchada a los narcóticos. Décadas después
del colocón, se enteraría, por boca de su yerno, de que existe una
variedad de marihuana llamada Princess Leia, valorada con cuatro de cinco estrellas en la revista High Times. ¿Su vida sentimental? Fue novia de Dan Aykroyd de The Blues Bothers y, el mismo año que El Retorno del Jedi llegaba a los cines, contrajo matrimonio con Paul Simon de Simon & Garfunkel,
una unión que la inestabilidad de Fisher obligaría a zanjar en menos de
doce meses. Todas estas experiencias, así como su trastorno bipolar, o
su adicción a los antidepresivos y al alcohol, fueron exorcizados por la
actriz en su libro Wishful Drinking, una mirada humorística a los demonios del pasado que, además, se convirtió en todo un éxito de ventas.
PETER MAYHEW (CHEWBACCA)
Antes de convertirse en el wookie más famoso de la historia, Mayhem trabajaba en un hospital, al que volvería, años más tarde, ataviado como Chewacca para visitar a niños enfermos y llevarles juguetes. Como otros actores de Star Wars, entre los que se encuentran Kenny Baker (R2-D2), Jeremy Bulloch (Boba Fett)
o el propio Prowse, Peter Mayhew lleva el estigma de haber formado
parte de uno de los fenómenos cinematográficos más lucrativos del pasado
siglo con la cara cubierta por -en este caso- una careta peluda. Es por
ello que, entre llamada y llamada de George Lucas, ha pasado y pasa
buena parte de su tiempo en los únicos eventos donde puede sentirse
arropado por el público: las convenciones de ciencia ficción, donde
firma autógrafos y se hace fotos con los fans… A cambio de dinero. ¿Que
cuánto? Las rúbricas de este tipo pueden alcanzar sin problemas la
friolera de 30 dólares. Por un precio similar, se puede adquirir por
Internet cualquiera de los dos libros infantiles que ha escrito junto a
su esposa Angie Mayhew: Growing Up Giant y My Favorite Giant.
ANTHONY DANIELS (C-3PO)
Anthony Daniels no sólo ostenta el mérito de aparecer en todas y cada una de las películas de Star Wars, sino que también ha sacado tiempo para grabar el disco navideño oficial Christmas in Stars, firmar los guiones de cómics como Star Wars: The Protocol Offensive,
o participar en campañas contra el tabaco enfundado en su
característica hojalata dorada. El carácter servil de su personaje
contrasta con lo incendiario de Daniels en la vida real: no se corta a
la hora de afirmar que Mark Hamill ya no está para los trotes que exigen
las nuevas películas, o que Disney y su secretismo para con El Despertar de la Fuerza hacen que la casa de Mickey Mouse
parezca el Kremlin. Poco amigo de juntarse con sus compañeros de
reparto, es pública la animadversión que siente por Kenny Baker, el
actor que interpreta a su inseparable escudero R2-D2. Aunque Baker aparece acreditado en la nueva película de la saga, Daniels aseguró no haberlo visto en años y que “su personaje lo podría interpretar fácilmente un cubo”. Las malas lenguas dicen que no soporta a los fans.
KENNY BAKER (R2-D2)
La carrera de Kenny Baker, una vez salió de la lata de
sardinas con ruedas en la que lo metió George Lucas, siguió ligada al
cine fantástico, de Flash Gordon a El Hombre Elefante, pasando por las secuelas y precuelas de Star Wars.
Entre producción y producción, Kenny Baker también probó suerte como
monologuista, músico ocasional, e incluso apareció en la novela gráfica
de Bryan Talbot Hearth of Empire. Protagonizó
además una pequeña polémica en 2004, cuando fue detenido por conducir
bajo los efectos del alcohol y se le castigó con la retirada del permiso
de conducción durante todo un año. Este episodio de su vida fue
ampliamente comentado en foros geeks: los fans de R2-D2
defendían al actor aduciendo que, cuando mides 112 centímetros, por
poco que bebas ya das positivo en un control de alcoholemia.
WARMICK DAVIS (EWOK)
Tras participar en El Retorno del Jedi, este actor de poco más de un metro de altura tuvo una carrera dedicada a la fantasía y el terror: la saga Leprechaun, las adaptaciones de Harry Potter, o Willow,
la única película en la que ejerció de protagonista absoluto, se
cuentan entre sus trabajos más populares. Su cameo en la serie
televisiva Extras de Ricky Gervais, sin
embargo, descubrió una vis cómica del intérprete que haría dar un vuelco
a su carrera. En este sentido, daría el do de pecho con Life’s too short,
creación del propio Gervais donde Davis se interpretaría a sí mismo,
sin disfraz ni maquillaje, durante los siete episodios que duraría esta
comedia televisiva. Con un estilo confesional cercano a Curb your enthusiasm o The Michael J. Fox Show, Life’s too short
sirvió a Davis no sólo para demostrar su valía como actor, sino que fue
toda una terapia para sobrellevar, con mucho sentido del humor, la Star Wars afterlife:
en uno de los capítulos es invitado a la boda de una pareja de fans de
la saga galáctica que, viendo que ha tenido la osadía de presentarse a
la ceremonia vestido de paisano, le obligarán a ponerse, a falta de un
disfraz de Ewok, un ridículo atuendo de osezno.
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