Así fue el drama que vivió el exfuncionario de la PNB y su esposa antes de morir quemados por delincuentes

“Mátenlos a todos y quémenlos dentro del carro" ordenó el delincuente que comandó el secuestro.

 Están identificados los tres asesinos que le quitaron la vida al ex funcionario de la Policía Nacional Daniel de Jesús Suárez (41) y a su esposa Rosa Verónica Castillo (37), después de secuestrarlos frente a la plaza Madariaga de El Paraíso, pero las autoridades no los han localizado aún según fuentes policiales.

La pareja y sus dos pequeñas niñas fueron plagiadas el sábado en la mañana, cuando compraban helados en un negocio ubicado en la vía de entrada a la Cota 905, según revela la primera parte de la pesquisa.

Los criminales se movilizaban en un auto negro de modelo reciente. Tan pronto Suárez fue dominado, amenazado por los pistoleros, le colocaron una capucha, lo subieron a un auto Aveo y junto a la niña mayor los llevaron hasta el barrio La Montañita de la Cota 905, mientras el tercer maleante y Rosa Castillo, fueron llevados a la fuerza hasta el apartamento que habitaban, cercano al lugar del plagio. Mientras éste último sujeto se ocupaba de buscar objetos de valor y dinero en la vivienda, no solo encontró fotos de Daniel Jesús uniformado de agente de la antigua Policía Metropolitana, sino que además entendió que la familia carecía de recursos económicos suficientes para saciar la codicia de los tres criminales. 

Entonces el pistolero se comunicó vía celular con sus cómplices que al momento mantenían a los rehenes en el rancho de propiedad de una vecina del barrio, conocida como Rosa. Les participó que el hombre había sido funcionario policial, aunque ahora se desempeñaba como gerente de Seguros University desde hacía un año, mientras la esposa trabajaba como contadora para la aseguradora Constitución.
La versión fue confirmada por los asesinos torturando a la víctima. Entre sus documentos, localizaron evidencias de su antiguo trabajo como funcionario tanto en la Policía Metropolitana como posteriormente en la Polinacional.
El jefe del grupo gritó amenazante: “si eres policía y no tienes dinero ustedes están muertos”. Ordenó a su informante que condujera a la esposa del exoficial y a la pequeña, hasta la autopista regional del centro. Al llegar al kilómetro 16, a la altura de Hoyo de La Puerta, cerca de las residencias Monteclaro, ejecutaron el doble crimen.

El moreno del grupo, director de la agresión, ordenó: “mátenlos a todos y quémenlos dentro del carro”. El lugarteniente dijo: “las niñas no, éllas no sabrán nada de esto”. Sin embargo, las criaturas no solo observaron el tiroteo donde le dieron muerte a sus padres, sino que además presenciaron cuando ambos cuerpos fueron rociados con gasolina y les prendieron fuego.
Aunque las llamaradas también cubrían el vehículo, la niñas desesperadas se esforzaron para tratar de sacar de aquel incendio a sus padres. No pudieron. Se quemaron las manos. Una persona que pasó por el sitio manejando un auto, advirtió a las nenas caminando por la vía; las rescató y llamó a las autoridades. Nada se podía hacer.
Más tarde fue comisionada para investigar este horrible crimen la fiscal 124° del Ministerio Público, Adriana Escalante. Los parientes cercanos de las víctimas y compañeros de servicio en otras ocasiones, conversaron con los periodistas en la morgue de Bello Monte. Todos estaban temerosos. Estiman que los maleantes están dispuestos acabar con la vida de policías y exfuncionarios de seguridad. Incineran los cuerpos para propiciar en sepelio rápido, sin velorio.
Familiares de las dos niñas aseguraron que ambas están sometidas a exámenes psiquiátricos y psicológicos, como una forma de evitar futuras desviaciones de conducta.

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