1. Protege las neuronas
A partir de cierta edad, nuestras
neuronas mueren y no son reemplazadas lo que, en última instancia, acaba
provocando la conocida como demencia senil. De hecho, a partir de los
35 años perdemos unas 7.000 neuronas al día. La buena noticia es que el
sexo podría frenar esta perdida progresiva de células del sistema
nervioso.
La práctica sexual libera hormonas como
la testosterona que ayudan a mejorar la concentración y el tiempo de
reacción ante los estímulos
Un estudio elaborado por científicos de
la universidad de Princeton y publicado en la revista PLOS ONE mostró
que el sexo estimula el crecimiento de neuronas en el hipocampo, la
parte del cerebro responsable de la memoria y el aprendizaje. El sexo
parece además proteger a las neuronas del declive propio del
envejecimiento.
“Hay evidencias de que la gente mayor
que es sexualmente activa tiene menos probabilidades de desarrollar
demencia, algo que puede ocurrir por múltiples motivos”, explica en ‘The
Daily Mail’ el doctor Arun Ghosh, médico especialista en salud sexual
del Spire Liverpoll Hospital. En primer lugar, parece que el sexo
incrementa el flujo sanguíneo en el cerebro, lo que mejora los niveles
de oxígeno (algo fundamental para el correcto funcionamiento de las
neuronas). Pero, además, la práctica sexual libera hormonas como la
testosterona que ayudan a mejorar la concentración y el tiempo de
reacción ante los estímulos.
2. Es un analgésico natural
El orgasmo puede inhibir la emisión de
los neurotransmisores responsables del dolor desde la médula espinal,
por lo que no llegan al cerebro para activar la señal del dolor, además
de liberar endorfinas. El clímax sexual funciona por tanto como un
analgésico natural. De hecho, puede llevar a elevar tanto el umbral del
dolor como tres veces la dosis estándar de morfina.
3. Aleja la depresión y el estrés
Las endorfinas son similares a los
opiáceos en su efecto analgésico, pero también en la producción de
sensación de bienestar, por lo que pueden ayudar a tratar la depresión y
el estrés.
“Una de ellas, la serotonina”, explica
el doctor Ghosh, “es también llamada la hormona de la felicidad, pues
crea una sensación de dicha. La gente dice que normalmente practicar
sexo es lo último que les apetece hacer cuando están deprimidos, pero
deberían intentarlo si pueden”.
Y, según el doctor, no debes preocuparte
si después te pones triste. Es muy habitual llorar después de hacer el
amor debido a la combinación de las endorfinas y las emociones a flor de
piel, pero el efecto posterior es positivo.
4. Nos hace felices
“Hay una conocida región del cerebro que
está involucrada en la sensación de felicidad”, explica el doctor Paul
Thompson, profesor de neurología de la Universidad de California. “Se
llama el sistema límbico, que está en las profundidades del cerebro, y
es más activo cuando recibimos alguna recompensa. El mismo sistema se
activa con el sexo, las drogas o el juego, básicamente con cualquier
cosa que nos haga disfrutar”.
El acto sexual aumenta la producción de
dopamina, la hormona relacionada con el placer, sin la contrapartida de
otras actividades que provocan su producción, como es el caso de muchas
drogas recreativas.
5. Ayuda a dormir mejor (a los hombres)
El cuerpo quiere relajarse después de
hacer el amor, por ello el sexo es un buen recurso si se tienen
problemas de sueño. Según el doctor Ghosh, un buen orgasmo produce en
los hombres efectos equivalentes a tomar entre tres o dos miligramos de
diazepam (Valium), y es por ello que la mayoría se quedan fritos justo
después de hacer el amor.
Las mujeres, sin embargo, permanecen más
tiempo estimuladas tras hacer el amor, por lo que les cuesta más
relajarse tras la práctica sexual. A ellas, en cierta medida, el sexo
les despierta, aunque el efecto “despertador” no dura demasiado tiempo.
6. Aumenta la fertilidad
Obviamente, cuanto más hagamos el amor
más posibilidades tenemos de concebir, pero incluso usando
anticonceptivos y en cualquier periodo del ciclo mensual, la práctica
sexual desencadena cambios en el sistema inmunitario de las mujeres que
aumentan las posibilidades de tener un hijo llegado el momento deseado.
“Habitualmente, se recomienda a las
parejas que estén intentando tener un bebé que mantengan relaciones
sexuales de forma regular para aumentar las probabilidades de quedar
embarazada (incluso durante los periodos ‘no fértiles’), aunque no está
claro cómo funciona esto”, explicó Tierney Lorenz, investigadora de The
Kinsey Institute y autora del estudio que constató este hecho. “Esta
investigación es la primera en mostrar que la actividad sexual podría
provocar que el cuerpo promueva unos tipos de inmunidad que ayuden a la
concepción”, señala.
7. Protege de problemas cardíacos
Un reciente estudio de la Queens
University de Belfast aseguraba que hacer el amor tres veces por semana
puede reducir a la mitad el riesgo de sufrir un infarto o un ictus. Un
estudio similar de científicos israelíes mostró que las mujeres que
tienen dos orgasmos a la semana tienen un 30% menos de probabilidades
tener problemas cardiovasculares respecto a aquellas que no practican
sexo o no logran alcanzar el orgasmo.
La causa no está clara, pero dado que el
sexo evita sufrir estrés y depresión podría estar librándonos de dos
importantes factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular.
8. Refuerza nuestros huesos
Científicos estadounidenses han
descubierto que las mujeres menopaúsicas que hacen el amor todas las
semanas tienen el doble de estrógenos que aquellas que no lo practican.
La producción de esta hormona, que tiene un efecto protectivo en los
huesos, disminuye con el cese permanente de la menstruación, pero la
práctica regular de sexo aumenta su producción, lo que puede
contrarrestrar el efecto de la menopausia.
9. Protege del cáncer de próstata (a partir de los 50)
Mantener una frecuencia sexual demasaido
elevada puede elevar el iresgo de sufrir cáncer de prostata con 20 o 30
años, pero un estudio de la Universidad de Nottingham mostró que los
hombres que tienen una vida sexual activa pasados los 50 tienen menos
posibilidades de sufrir la enfermedad. Otras investigaciones han
comprobado que la incidencia de esta enfermedad es mayor entre las
poblaciones célibes, como es el caso de los monjes.
10. Evita los problemas de incontinencia
La incontinencia urinaria afecta a 4 de
cada 10 mujeres de mediana edad y alcanza a la mitad de las españolas de
más de 65 años, según datos del Observatorio Nacional de la
Incontinencia. En total, se estima que en España hay más de seis
millones de personas que sufren esta patología.
La causa principal de esta dolencia es
la falta de tono muscular del suelo pélvico y las mujeres son más
propensas a ello que los hombres (un 24% frente a un 7%), debido a sus
características anatómicas. Aunque existen ejercicios específicos, hacer
el amor obliga a las mujeres a fortalecer los músculos encargados de
detener el flujo de orina.
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