Franchesca Natalia Carrillo Rodríguez,
la jovencita de 13 años que fue hallada sin vida al rayar el sol esta
mañana en la calle 106 del barrio José Gregorio Hernández del sector La
Matancera de Maracaibo, fue asesinada por uno de sus vecinos.
Funcionarios de la División de
Homicidios del CICPC-Zulia al mando del comisario Wilmer Rodríguez se
movilizaron rápido y detuvieron a los involucrados en ese repudiado
hecho.
Una mujer, su hijo de 17 años, otro
menor de 16 y tres adultos, fueron arrestados. Las pesquisas hechas por
los investigadores determinaron que Franchesca acudió a una cita amorosa
que le hizo el mencionado adolescente de 17 años, quien reside a
escasos 50 metros de su casa.
La jovencita no sabía que todo se
trataba de un engaño. Fue al encuentro sin contratiempos debido a una
libertad desenfrenada que le dio su madre Angie Rodríguez. En esas
andanzas por ese sector creó un círculo de amistades de no muy buena
reputación. Entre estos se encontraba este adolescente de apellido
González, quien cambió sus estudios por la vagancia y el consumo de
estupefacientes.
Como a las ocho de la noche Franchesca
Natalia salió y sus hermanas y madre, con quien residía frente al kínder
María Campos, presumieron que andaba cerca con sus amigos. Esta mañana
ante de descubrirse todo, residentes de esa barriada dijeron haberla
visto con dos jovencitos.
Lo cierto es que la muchacha llegó hasta
la casa de Yuraima Del Carmen Hernández Hernández (34), para verse con
el joven de 17 años, el mayor de sus hijos. Eso lo supieron los sabuesos
del CICPC luego de varios interrogatorios pues Franchesca apareció sin
vida encima de una acera, al lado de la casa de Yuraima, quien además
reside allí con tres hijas y su marido, KipaGonzález, padrastro del
citado adolescente.
Este jefe de familia llegó a su casa
esta mañana y se consiguió con la escena del crimen. Aseguró que desde
ayer se encontraba trabajando en la terminal de pasajeros. Cuando quiso
entrar a su casa, los detectives le cortaron el paso y le ordenaron
sentarse mientras interrogaban a su mujer y a su hijastro.
A lado de esa residencia se encuentra un
anexo en el que hasta hace diez años funcionó un abasto. Su interior,
donde la chica pensó que sería el encuentro perfecto para verse con su
enamorado, se convirtió en el escenario de su muerte.
Fue una trampa la que le montaron. El
residente de esa casa y sus amigos se pusieron de acuerdo para drogar a
la menor y violarla. Fueron dos adolescentes y tres adultos los que la
sometieron. La víctima en algún momento no aguantó más y cuando se
resistió, la mataron golpeándola.
Una vez cometido el crimen, los amigos
del adolescente de 17 años que citó a la chica se perdieron del lugar.
Fue entonces cuando su madre, Yuraima Hernández, ayudó a su hijo
arrastrando el cuerpo hasta la acera de la casa vecina para librarse de
responsabilidades.
Pudieron engañar a la menorcita, pero no
a los expertos del CICPC. Luego de las primeras pesquisas en la escena
del crimen y el levantamiento del cadáver, los funcionarios a cargo se
llevaron detenidos a madre e hijo. Pocas horas después de los
interrogatorios a los que fueron sometidos, arrestaron el resto de los
comprometidos en ese homicidio.
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