Mónica Mares, de 36 años, vive en el estado de Nuevo México en Estados Unidos. Cuando tenía 16 años tuvo un hijo al que llamó Caleb, pero debió darlo en adopción a los pocos días de nacer.
19 años más tarde, este 2015, madre e hijo se reencontraron gracias a Facebook. Así y dos semanas después de eso, el amor de pareja surgió entre ellos.
La primera vez que se vieron fue en Navidad cuando la mujer fue a buscar a su hijo a la casa de su padre adoptivo en Texas.
"La primera vez que lo vi en persona fui muy feliz y le di un abrazo grande. Sentí mariposas en el estómago", contó Mares al Daily Mail.
Caleb en tanto, relató que tras ese encuentro, fueron conociéndose con el pasar de los días, hasta que él se lanzó y la besó.
"Los dos somos adultos y tomamos nuestras propias decisiones. Nos amamos con el corazón", recalcó el joven.
Así, al principio de la relación vivían en casa de Mónica junto a los nueve hijos más pequeños de ella. Mantenían la relación en secreto, pero los niños empezaron a llamar a Caleb "papá". A raíz de eso no pudieron mantener el engaño por mucho tiempo y la policía los detuvo en abril ya que su amor está prohibido según las leyes estadounidenses.
Tras quedar en libertad bajo una fianza, tienen por ahora prohibido comunicarse y tener cualquier tipo de contacto.
La mujer se enfrenta a una pena de 18 meses de cárcel acusada de incesto, por lo que la pareja ha anunciado que lucharán por su amor y ha iniciado una campaña de recolección de fondos.
"Es el amor de mi vida y no quiero perderlo", aseguró Mónica. "Mis niños lo aman, mi familia también. Nada puede evitar que estemos juntos: ni los tribunales, ni la cárcel, nada. Tengo que estar con él. Cuando salga de la cárcel, si voy me mudaré a un estado que nos permita estar juntos", agregó entre lágrimas al periódico.
Además aseguró estar dispuesta a dejar de ver a sus otros nueve hijos si es que la obligan a elegir entre ellos y su amor por Caleb.
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