Al imaginario colectivo venezolano han regresado paulatinamente gracias a su tesón, el cual les ha permitido vencer muchas barreras, incluyendo la tecnológica. Para garantizar que su trabajo perdure, docentes y líderes de los pueblos indígenas cumanagoto y chaima fueron entrenados recientemente en el uso de herramientas computacionales.
La actividad fue promovida por el Laboratorio de Etnohistoria y Oralidad del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), como parte de un proyecto más amplio para el estudio del resurgimiento de su identidad.
El investigador del Centro de Antropología del Ivic y organizador del curso, Horacio Biord Castillo, explicó que los participantes “utilizaron un programa informático para construir bases de datos sobre toponimia, zoonimia y fitonimia”.
La toponimia se refiere a los nombres de los lugares, la fitonimia alude a las denominaciones de las plantas y la zoonimia abarca los nombres de los animales indígenas.
“Más adelante, los datos toponímicos pudieran contribuir con la demarcación de sus territorios, pero en estos momentos estamos en una fase inicial del proyecto, que consiste en conservar el material por escrito y digitalizado para el acceso de todos”, precisó Biord.
Hasta mediados del siglo XX, los cumanagotos y chaimas se dieron por extintos, pero desde hace unas décadas sus representantes comenzaron un proceso bastante complejo, conocido como etnogénesis: recuperar y redimensionar su identidad originaria mediante el rescate de su idioma, cultura y memoria histórica ancestrales.
De acuerdo con Biord, son de suma importancia los vínculos colaborativos que se han creado con el Ivic pues, con el entrenamiento, serán capaces de “convertirse en agentes multiplicadores a fin de involucrar al mayor número posible de docentes, líderes, dirigentes, ancianos y personas interesadas. Esto tendrá una aplicación directa en la educación intercultural”, agregó el investigador del Ivic.
Cumanagotos y chaimas pertenecen a la familia lingüística caribe. Al momento de la conquista española (finales del siglo XV y transcurso del siglo XVI) habitaban en el nororiente de Venezuela, extendiéndose hasta la región centro-norte costera. Hoy en día, sus comunidades persisten en los estados Anzoátegui, Monagas y Sucre.
Esfuerzo recompensando
Manuel Morales se asume como descendiente cumanagoto y vive en San Pablo de Azaca, municipio Juan Manuel Cajigal del estado Anzoátegui. Por cinco años ha viajado regularmente a Caracas para asistir a los encuentros impulsados por el Ivic, “algo que le agradecemos porque se ha interesado en la etnogénesis de nuestro pueblo y el rescate del legado de nuestros antepasados”, señaló.
A su juicio, el trabajo ha arrojado sus frutos. “Nos sentimos satisfechos porque se está viendo el logro y ya se están poniendo en práctica en las instituciones educativas y comunidades. Estamos poniendo nuestro granito de arena para que nuestra etnia renazca de las cenizas”, aseguró Morales.
Procedente de Caigua Patar, en el municipio Simón Bolívar de Anzoátegui, José Taipo también reconoció el avance alcanzado con las investigaciones. En particular, “en los sitios de la región, estudiando la toponimia, donde estuvieron los asentamientos cumanagotos, la derivación de ellos, para ubicarlos y luego posiblemente desprenderlo en un mapa cultural”, dijo.
Siendo herederos de los antiguos cumanagotos, “venimos al Ivic con mucho cariño para fortalecer esa cultura a través de los estudios antropológicos. Caigua Patar es un pueblo de historia, arraigado en su tradición y su gastronomía”, indicó Taipo.
Registros antiguos indican que las comunidades cumanagotas y chaimas fueron objeto de una demarcación de tierras entre los años 1782 y 1784 por orden de la Real Audiencia de Santo Domingo. La validez de esos títulos fue reconocida en 1998 por la Corte Suprema de Justicia.
Maribel Caguana es oriunda de Pilar de Guaimacuar, ubicado igualmente en el municipio Simón Bolívar del estado Anzoátegui. A ella le corresponde precisar los nombres de los animales desde 1680 hasta el presente y ha descubierto datos interesantes de la zoonimia cumanagota.
Según Caguana, se han encontrado animales desconocidos hasta el año 1700 aunque después fueron introducidos a la vida del pueblo cumanagoto. Tal es el caso del caballo, burro, mula, cochino y pavo. “Podemos ver que en la época independentista se trajeron muchos caballos, que en realidad no forman parte de nuestro hábitat pero ahorita se les da mucho uso en nuestras comunidades”, aclaró.
Asimismo, informó que se está elaborando un proyecto de diccionario de la lengua indígena chotomaimu, “que es el idioma que se hablaba antes de la división entre cumanagotos, chaimas, entre otros”, dijo.
Por su parte, Maritza Solano, descendiente cumanagoto de Boca de Uchire, en el municipio San Juan de Capistrano de Anzoátegui, manifestó su agrado con la iniciativa de aprender a utilizar la computadora para ir introduciendo la información recopilada.
“Es la segunda vez que participo y ya hemos hecho algunos mapas, a mano y con colores, colocándole sus montañas y todo eso; los que no sabíamos dibujar hemos aprendido”, señaló Solano.
Las aplicaciones idóneas para sistematizar e integrar los insumos fueron suministradas por el especialista en informática, Enrique Crespo; mientras que Guillermo Da Silva, indígena baré del Río Negro (zona sur del estado Amazonas), habló de su experiencia en la investigación histórica y lingüística de su pueblo.
Finalmente, Gisela Pastori, profesora de folclore venezolano y estudiosa del baile conocido como La Llora, compartió sus amplios conocimientos acerca de esa peculiar danza del Día de los Muertos (cada 2 de noviembre).
Según el último Censo Nacional de Población y Vivienda del año 2011, en Venezuela hay aproximadamente 21.000 cumanagotos, lo que representa el 2,9% del total de personas que se declararon como indígenas. Chaimas, por su parte, se contabilizaron más de 13.700 personas, equivalentes al 1.9%.
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