Familiares de las víctimas dieron sepultura con
ritual wayúu y buscan al exesposo de Adriana.
Los expertos del Cuerpo de Investigaciones
Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) dieron respuestas en tiempo
récord al cuádruple homicidio en la villa del Rosario donde varios delincuentes
ingresaron a la casa de Adriana Mabel Acosta Garcés de 30 años y le dieron muerte dentro de su habitación junto
a su actual pareja Francisco Toro alias “El Cachaco” y sus dos primos, Daliel
Acosta Ardila, de 16 años y Elvis Acosta de 17, hecho perpetrado la
madrugada de este martes.
Los
sabuesos de la policía científica lograron determinar que el exesposo de la
joven Adriana, identificado como Jonathan Guillén, trabaja de lugarteniente de
uno de los criminales más buscados en el estado Zulia, Lirio José Jiménez,
alias “Cara Cortada”, quien se encuentra solicitado por múltiples homicidios y
extorsiones y además lidera una banda de sicarios.
El exesposo aparentemente estaba celoso tras la ruptura sentimental con la joven, por
lo que en más de una ocasión llegó a amenazarla. Al parecer, en una ira de
celos, este sujeto involucró a varios miembros de la banda con participación de
“Cara Cortada” para perpetrar el asesinato de la que fue su mujer.
Entre el
historial de muertes de Cara Cortada se encuentra un doble homicidio,
perpetrado el pasado 7 de octubre, cuando acabó a balazos con la vida de la
abogada Yenny Coromoto Medina Oliveros y la del joven taxista Kendry Saúl
Villasmil; También es el autor del asesinato de una niña en La Concepción.
Desde
entonces es activamente buscado por las fuerzas policiales del estado, logrando
escapar en cada redada que le hacían las autoridades.
Asimismo,
Jonathan Guillén de 37 años, exesposo de Adriana Acosta y con quien
engendró a una niña de 6 años, se encuentra evadido de las autoridades. La
última vez visto, fue el lunes en la noche antes del cuádruple homicidio cuando
llegó a la casa de su exmujer para llevarse apresuradamente a su hija.
Se conoció que la pequeña se encuentran actualmente en custodia de su abuela
paterna.
La
madrugada de este martes, los delincuentes llegaron buscando a Adriana y a su
actual pareja “El Cachaco” con quien tenía una relación sentimental desde hace
varios meses, el motivo era matarlos; pero al llegar al lugar se encontraron
con que la joven tenía a sus dos primos de visita en casa, por lo que al ser reconocidos
fueron degollados.
Varios
detonaciones de armas de fuego fueron escuchadas por los residentes del barrio
de la calle Santa Teresa en el sector El Valle en la parroquia El Rosario. El
sitio suele ser tranquilo, según vecinos, no obstante nadie se levantó a ver
qué pasaba.
Fue al
amanecer que un familiar de la casa de al lado, se percató que el portón del
hogar de Adriana estaba abierto, por lo que ingresó y se encontró con la
macabra escena.
Los
hermanos quedaron tendidos en el piso, mientras que la joven estaba arrodillada
con medio cuerpo en la cama, con signos de tortura, fue estrangulada con un
cable, el cabello cubría su rostro, junto a ella estaba “El Cachaco”, que de
acuerdo a fuentes policiales fue quien recibió la peor parte, por la golpiza recibida
se le desprendieron varios órganos, con el palo de una escoba lo apuñalaron en
el pecho y le propinaron tres disparos.
Del Cachaco se supo que estaba en la localidad
porque iba a comprar un ganado a eso se dedicaba a la compra y venta de reses para luego distribuirlas en el
Cruce.
En la casa se encontró el dinero con
el que haría el negocio la mañana de ayer. Estaba residenciado en un hotel
ubicado a pocos metros de la vivienda de su amiga con la que presuntamente
mantenía una relación.
Según
allegados él se casaría en el mes de julio con otra mujer de esta localidad
quien se presentó en el lugar del asesinato pero no quiso hablar. El cuerpo del
Cachaco fue trasladado durante la mañana de hoy a Colombia, familiares
retiraron el cuerpo en la morgue de Maracaibo.
Parientes de Adriana y sus dos primos realizaron un
ritual wayúu: Dicen que habrá venganza.
A las 10.00 de la mañana de este miércoles una decena
de mujeres vestidas con mantas rojas, sin calzado, con los rostros pintados con
círculos y reprimiendo sus lágrimas, sacaron en una caravana los cuerpos de los
dos hermanos y su prima Adriana.
Todos fueron torturados, maniatados, apuñalados y
baleados dentro de la habitación de la vivienda de la joven Adriana. “Fue mucho
ensañamiento, no tuvieron compasión por ninguno, este crimen no quedará
impune”, decían los familiares mientras sacaban a sus muertos con el ritual
wayúu al cementerio Jardines de La Paz.
Los jóvenes y su prima fueron llevados a la residencia
donde creció Adriana, ahí fueron preparados por las mujeres de la familia como
una costumbre indígena. Las mujeres cargaron los ataúdes, aplaudían, lanzaban
arroz y frente a la multitud que los acompañaban llevaban un espejo con el que
decían que el culpable iba a aparecer.
Los familiares reprimían sus lágrimas unos a otros se
decían no lloren tenemos que ser fuerte pues de acuerdo al ritual al llorar no
tiene efecto la venganza.
Caminaron por más de media hora hasta llegar a la casa
de la joven donde solo entraron sus familiares más cercanos, ahí estuvieron por
varios minutos y después los trasladaron al cementerio en los vehículos
fúnebres.
A Adriana sus familiares y maestros la recordaron como
una mujer carismática, inteligente y amante de la cultura. Se graduó de maestra
de preescolar, ejerció en el
Centro de Educación Inicial Prados de La Villa, permaneció
por varios años sin cobrar por lo que hace un año
decidió renunciar y dedicarse a su hogar y al comercio.
Junto al padre de su hija menor de 6 años, construyó la vivienda donde fue
asesinada brutalmente. En el mismo lugar tenía un local donde vendían
detergentes. A pesar de tener su vivienda, un negocio y un vehículo planeaba
viajar a Panamá, en busca de nuevas oportunidades.
Se supo que hace varios meses se separó de su esposo
Jonathan Guillén de 33 años y padre de su hija menor, él se mudó a
la casa de su madre mientras que Adriana se quedó en su casa junto a sus hijos
y sus dos primos quienes vivían con ella desde que perdieron a su padre en un
accidente de tránsito. Además de la niña tenía otro hijo de 12 años que
procreó con otro hombre y quien al momento de la tragedia estaba con su padre.
Guillen, la noche del lunes llegó a buscar a su hija, desesperado,
sostuvo una discusión con Adriana y a la fuerza se llevó a su hija, informaron
familiares. A la niña la dejó en la casa de su abuela y él desapareció. Anoche
autoridades del Cicpc visitaron a la madre de Guillen para ser interrogado pero
no ha sido localizado.
Las últimas horas de Adriana transcurrieron con “El
Cachaco”, según amigos de las víctimas habían salido a tomar unos tragos y a
comprar pizza, luego regresaron a la vivienda donde se registró la masacre.
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