Dicen que no es el tamaño lo que importa. Sin embargo, muchos hombres todavía no pueden con sus sentimientos y prefieren algo más sustancial “allá abajo”.
Una demanda de penes más grandes ha impulsado un auge en las operaciones quirúrgicas de ampliación y ahora, un cirujano de Nueva York ha presentado un procedimiento que promete, en 10 minutos, engrosar el miembro con una inyección (estilo Botox) de la propia sangre del paciente en sus genitales.
De acuerdo con el doctor Norman Rowe, cirujano certificado, los pacientes pueden obtener hasta 3,8 centímetros de grosor más de circunferencia con una visita durante la hora del almuerzo al consultorio.
“Entras, obtienes la inyección y 20 minutos más tarde que está caminando. No hay un período de recuperación”, comentó Rowe al explicar los orígenes del procedimiento, inspirado por las innovaciones de la medicina deportiva.
“Me empecé a preguntar: ¿por qué no puedo hacer que funcione para los hombres?”, dijo al DailyMail.
Tradicionalmente la ampliación del pene sólo se podía hacer de manera quirúrgica. La extensión de longitud involucra cortar el ligamento, trayendo consigo problemas sexuales a largo plazo por la movilidad del miembro; y para agregar circunferencia era necesario en algunos casos injertos de piel.
Sin embargo, con el advenimiento del Botox, el Dr. Rowe comenzó a considerar el concepto de la inyección de materiales en el miembro y funcionó.
A continuación, comenzó a buscar en un método comúnmente utilizado en la medicina deportiva: inyección de plasma o sangre que se ha librado de sus plaquetas, por lo que es más concentrada. En el deporte, esto se hace para impulsar y rejuvenecer el músculo.
Las inyecciones de plasma llegaron a los titulares en 2013 cuando Kobe Bryant lo realizó en algunas partes de su cuerpo para corregir las lesiones.
Poco después, el Dr. Charles Runels, comenzó a inyectar plasma en el clítoris para mejorar el orgasmo femenino y, más recientemente, se realiza el procedimiento para lograr el levantamiento de senos, una tendencia viral.
Los pacientes masculinos del Dr. Rowe, salieron de su clínica con un impulso en el tamaño y, según él, incluso ha logrado revertir casos de disfunción eréctil.
Rowe aconseja a sus pacientes no tener relaciones sexuales durante dos días después de la operación, con el fin de no perturbar la simetría del miembro, pero asegura que “las erecciones están bien”.
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