Funcionarios del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) entregaron el cadáver de María Ignacia Torreles, de 90 años, a una familia equivocada el pasado lunes 26 de febrero. Fue velada, cremada y sus cenizas esparcidas.
Mientras, a los parientes de María Ignacia les daban excusas cuando pedían respuestas en la morgue.
El 3 de marzo, llegaron con la carroza fúnebre a retirar su cuerpo y notaron que no era el de ella.
Su nieta, Nathaly Peña, aseguró que a su abuelita le faltaba la dentadura y este cuerpo sí la tenía.
Tras la confusión, los empleados del Senamecf les pidieron que regresaran el domingo porque el encargado de la cava, donde reposan los cuerpos, no había ido a trabajar.
Al día siguiente la excusa fue parecida, esta vez no encontraban la llave de dicho lugar.
No se despedirán de la abuelita
Su nieto, Andrés Peña, exigió una respuesta y confesaron que le habían entregado el cadáver a otra familia.
La otra familia ya la habían velado y cremado en el Cementerio del Este, y además habían regado sus cenizas.
Por esto, ambas familias se reunieron en la morgue este lunes.
Los parientes de la otra fallecida deberán hacer los trámites nuevamente y los de María Ignacia no podrán despedirse.
No es la primera vez que ocurren este tipo de errores en la morgue. Familiares de víctimas han comentado a la prensa que se equivocan durante la entrega, aunque rectifican rápidamente.
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