El exmandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y la presidenta electa de ese país, Dilma Rousseff condenaron el asesinato a tiros de la concejala del Ayuntamiento de Río de Janeiro, Marielle Franco, hecho ocurrido en la noche del 14 de marzo en el centro de esa ciudad.
“Lamento y repudio la muerte de la activista Marielle Franco, concejal del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y de Andersor Pedro Gomes, su chófer; un acto cobarde practicado contra una luchadora social incansable”, escribió Rousseff en un comunicado difundido a través de sus redes sociales.
Rousseff subrayó que las circunstancias de esas muertes, baleados dentro del coche en el que viajaban, “son absolutamente impactantes y pueden indicar que fueron ejecutados”.
“Estoy profundamente impactada, atónita e indignada”, añadió, cita este jueves Sputnik.
El expresidente Lula, por su parte, expresó sus condolencias a los familiares y amigos de la concejala y resaltó el impacto que esta muerte tiene en el conjunto del país, al decir: “Río de Janeiro y la democracia brasileña fueron golpeados por este crimen político bárbaro“.
La activista de los derechos humanos y concejala, Marielle Franco, era una dura crítica de la intervención del Ejército en Río de Janeiro, medida que aplicó el presidente de facto de Brasil, Michel Temer el pasado mes de febrero.
El ataque contra la concejala tuvo lugar un día después de que criticara la intervención en la seguridad de Río de Janeiro en un mensaje en su cuenta Twitter, donde escribió “¿Cuántos más tienen que morir para que esta guerra acabe?”, se preguntó Franco.
La intervención militar en Río de Janeiro ha sido condenada por diversas organizaciones sociales, quienes afirman que la medida implica una violación a los derechos humanos.
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