Luis Alfredo González Hernández, el nuevo “Comegente”, mató a Lisandro Rosales García, su novio y propietario de la finca, en el estado Miranda, para comérselo. En el lugar en el que enterró los restos se encontraron otros seis cuerpos
Los uniformados llegaron al rancho del caníbal.
Como extraído de las películas y la serie de Hannibal Lecter, Luis Alfredo González Hernández, el nuevo “Comegente” de Venezuela, mata a sus víctimas, corta la piel de sus músculos con cuchillos y cocina los pedazos de carne en carbones no sin antes aderezarlos con jugo de naranja para comérselos. Los detectives del Eje de Homicidios, adscritos a la subdelegación de San José de Barlovento, después de interrogar al asesino continuaron la investigación. Nuevos detalles salieron a la luz; Lisandro Rosales García, el propietario de la finca, era su pareja sentimental.
La versión preliminar manejada por los funcionarios del cuerpo detectivesco indicaba que el “artista antropófago” mató a Rosales para saciar sus bajos instintos. Sentado en una silla del comando policial, confesó hace tres días que lo contrató para que le prestará un servicio funerario, el cual consistía en descuartizarlo, verter su sangre en un envase y crear obras de arte con su sangre y cenizas. Ahora el móvil del crimen cambio a pasional.
La versión ofrecida por el caníbal es falsa, los efectivos presumen que el infortunado conocía sus andanzas, interceptaba a hombres, mujeres y niños, enterraba sus cadáveres debajo de piso de cemento pulido de la casa, luego preparaba la carne, decoraba los platos con conchas de naranja, “no desperdiciaba nada”, utilizaba la sangre para pintar lienzos, una vez listos decoraba la casa.
Durante una fuerte discusión el “Comegente” asesinó a su novio, agarró un objeto punzo penetrante, lo apuñaló en reiteradas oportunidades, devoró parte de su carne, el resto lo enterró en el patio de la residencia. Tras recibir docenas de denuncias los uniformados se trasladaron a la localidad, buscaban a los desaparecidos, encontraron documentos personales en la fosa, creen que son las otras víctimas del criminal. Compartieron el mismo destino de García, la muerte.
Hallazgo
El comisario general Douglas Rico, director nacional de la Policía científica, comentó que los efectivos hallaron en la zona enmontada seis cuerpos, descartaron la posibilidad que bandas de narcotraficantes, o alguna secta satánica utilice la finca, en el estado Miranda, como área de liberación. Sospecharon de Vargas, vivía en una choza improvisada, los funcionarios realizaron una inspección ocular. En su interior había recipientes, contenían carne humana y viseras condimentadas.
También encontraron tres cabezas humanas, pies y manos. Cuando interrogaron al caníbal confesó, mató a 10 hombres y se comió su carne, en un periodo de dos años. Este nuevo caso de canibalismo rememora lo ocurrido en 1999, cuando José Dorángel Vargas Gómez (60), alias el “Comegente”, interceptaba a hombres que caminaban por las orillas del río Torbes, en el estado Táchira, para matarlos, comerse su carne y preparar empanadas con ella.
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