Luego de ser reportado en territorio africano, un asteroide designado como 2018 LA por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (Nasa, por sus siglas en inglés), se desintegró en la atmósfera provocando una bola de fuego. Los expertos habían señalado que por su tamaño se desintegraría durante su entrada a la atmósfera.
El cuerpo rocoso se convirtió en el tercer asteroide que científicos pueden detectar con trayectoria directa a la tierra. "Sin embargo, este evento en el mundo real nos permite ejercitar nuestras capacidades y nos da más confianza de que nuestros modelos de predicción de impactos son adecuados para responder al posible impacto de un objeto mayor”, señaló al respecto una oficial de la NASA.
El evento, cabe destacar, fue presenciado por varios observadores y capturado por cámaras de seguridad, por lo que algunos videos han sido difundidos en las redes sociales mostrando el momento en que la bola de fuego desciende rápidamente aumentando de tamaño hasta volverse un enorme destello en el cielo.
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